01 Dic

4.-Pitágoras y Los Pitagóricos:

La vida de Pitágoras se encuentra envuelta en leyendas. Nació en Jonia, en la isla de Samos, y parece que conoció a Anaximandro en Mileto. Tradiciones diversas le atribuyen viajes a Egipto, a Babilonia (donde conocería a Zoroastro, el fundador de la religión dualista persa) e incluso a la India. La tiranía de Polícrates le hizo abandonar Samos, trasladándose a Italia y estableciéndose en Crotona. Allí funda una secta filósofo- religiosa: hombres, mujeres y niños viven con comunidad de bienes, manteniendo un riguroso ascetismo y guardando secreto acerca de las doctrinas profesadas. Su influencia en Crotona es enorme, y surgen las leyendas: se considera a Pitágoras hijo de Apolo, se le atribuyen milagros, es capaz de recordar sus anteriores reencarnaciones…Sin embargo, la secta, por su


carácter aristocrático y secreto, y por su influjo en la ciudad, se gana la enemistad del pueblo: una revuelta popular expulsa a los pitagóricos. Pitágoras debió refugiarse en Metaponto, donde murió poco después. Más tarde, la secta consiguió volver y restableció su influencia en las ciudades de la Magna Grecia, hasta que un movimiento democrático en la segunda mitad del S.V las volvió a dispersar. Resulta muy difícil saber qué doctrinas se remontan al fundador de la escuela y cuáles se deben a sus discípulos, puesto que éstos tenían por costumbre atribuírselas siempre a su maestro (empleo de la fórmula ritual: “él mismo ha dicho”). Podemos citar, en los pitagóricos posteriores más conocidos, a: Alcmeón (S.XI-XII), Filolao y Eurito (S.V) todos ellos de Crotona.En primer lugar, el pitagorismo tiene un contenido místico-religioso:
doctrina de la


transmigración de las almas (en la que se observan notables similitudes con el orfismo) y, en onsecuencia, aformación de que existe un parentesco entre todos los seres vivos (parece que Pitágoras creyó en la posibilidad de reencarnarse en una planta, y no solamente en animales); creencia en un eterno retorno de los mimsos acontecimientos en ciclos cerrados. Además, practicaban numerosas reglas de abstinencia (por ejemplo, la de no comer habas, por recordar su forma a la de un embrión humano), así como diversas normas rituales y morales (la abstinencia de la carne se explicaba por el parentesco entre los seres vivos).Para los Pitagóricos, la ciencia estaba estrechamente unida con la mística. Es Aristóteles quien aporta los testimonios más fiables acerca de las doctrinas pitagóricas:“Los llamados pitagóricos se dedicaron a


las matemáticas y fueron los primeros en hacerlas progresar; absortos en sus estudios, creyeron que sus principios eras los principios (arché, en plural) de todas las cosas […] y en los números creían contemplar muchas semejanzas con los seres existentes […] puesto que veían que los atributos y las relaciones de las escalas musicales eran expresables en números y que parecía que todas las demás cosas se asemejan en naturaleza (physis) a los números […] Los cielos todos eran armonía y número […] Por ejemplo, como creen que la década es perfecta y que abarca la naturaleza entera de los números, afirman que también los cuerpos que se mueven en los cielos son diez, más al ser nueve solamente los visibles, se inventan, por esta razón, el décimo, la “Anti-Tierra” […]También creen que los elementos del número son lo par y lo impar, que de éstos el primero es ilimitado y el segundo


limitado, y que la unidad procede de ambos, porque es, a la vez, par e impar; que el número precede de la unidad, y que todos los cielos, como se ha dicho, son números.Otros miembros de la misma escuela dicen que los principios son diez y los disponen por columnas de pares coordinados.Éste es el modo en el que parece que Alcmeón de Crotona lo concibió y afirma que la mayoría de las cosas humanas son duales” (Aristóteles, Metafísica)En esta cita tenemos lo más esencial de las doctrinas pitagóricas. Sin duda es sorprendente la primera afirmación: que los números son los principios de todas las cosas. Aristóteles indica que esta doctrina se basa en descubrimientos empíricos, por ejemplo el hecho de que los intervalos musicales que hay entre las notas de la lira puedan expresarse numéricamente.

Triple identificación del número:


Pero además parece que los pitagóricos concibieron los números espacialmente, confundiendo el punto geométrico con la unidad aritmética. Las unidades tienen, pues, extensión espacial y pueden ser consideradas, como dice Aristóteles, “como elemento material de las cosas”; si las cosas se componen de números es por que se componen de agregaciones de unidades-puntos. Esta interpretación no hace sino corroborar algo desconocido: los griegos tenían dificultad en concebir cualquier realidad sin extensión espacial (será Platón el primero que lo consiga, y a él le seguirá Aristóteles). Ésta es la interpretación más probable de la afirmación pitagórica de que el número es al arché de todas las cosas.El dualismo parece ser el rasgo más característico del pitagorismo, y podría explicar el origen de la tradición que pone en contacto a Pitágoras


con Zoroastro. De todos modos, dualismo y doctrina del número vienen a coincidir en cuanto a que la primera oposición (límite, ilimitado) coincide con la segunda (impar-par), y ésta constituye “los elementos del número”.

Por fin, en la cosmología pitagórica se reúnen las diversas doctrinas de esta escuela en una explicación global del cosmos. Aquí también abundan las afirmaciones de difícil interpretación y comprensión. Así, se dice que primero existió la Unidad (=límite, o lo limitado) rodeada por lo ilimitado; luego la unidad crece y se escinde en dos; el vacío de lo ilimitado se introduce en medio y mantiene las dos partes separadas: de este modo se originan el número 2 y la línea. Después se generan el 4 y el triángulo (la figura plana más simple) y el 4 y el tetraedro (la figura con volumen más simple)



La descripción del mundo -concebido típicamente como un cosmos en armonía- es más inteligibley anticipa las doctrinas de Copérnico: el cosmos es una esfera en cuyo centro hay un fuego originario. A continuación vienen los cuerpos celestes: la Anti-Tierra (añadida para completar el número 10 de planetas), la Tierra, la Luna, el Sol, los cinco planetas y el cielo delas estrellas fijas. Una esfera de fuego envuelve este conjunto. El movimiento de las estrellas celestes produce una maravillosa música, que no oímos por estar habituados a ella desde el nacimiento. Música y armonía, ésta es la visión del mundo en una escuela que supo también armonizar mística y matemáticas.

Deja un comentario