09 Feb

 En teatro, dramaturgos como Benavente o Arniches siguen triunfando, mientras que los autores innovadores fracasan: fracasa el teatro del 98, así como el vanguardista. Los únicos autores que destacan en cuanto al teatro innovador son Ramón Gómez de la Serna, quien escribe un teatro original pero poco teatral, que carece de unidad y en donde predomina el tema erótico junto a la crítica social, de Serna destaca su obra
Los medios seres. Otro autor destacable es Jacinto Grau, quien a pesar de no triunfar en España triunfa en el extranjero. Desarrolla una tragedia intelectual con temas universales y míticos. Más tarde se pasa a la farsa, en donde aplica técnicas expresionistas a temas contemporáneos tratados con ironía y denuncia social. De Jacinto Grau destaca El conde Alarcos.

Por otro lado, nos encontramos con las vanguardias. Las vanguardias son un conjunto de movimientos (ismos) que proponen una ruptura con todas las estéticas anteriores. De manera que llevan al extremo los principios novecentistas para transformar radicalmente la literatura. Se desarrolla, sobre todo, durante el periodo de entreguerras. Los ismos son antirrealistas, niegan el arte y la literatura que se ponen al servicio de la realidad.
Buscan creaciones originales, que expresen lo irreal e irracional. En Europa las vanguardias más desarrolladas son:

Futurismo: nace en 1909, con Marinetti. Literariamente rompe con el lenguaje tradicional: defiende un léxico que se puede crear a capricho, la sintaxis deja las palabras en libertad y la puntuación se desmantela.


Cubismo: surge como corriente pictórica (Picasso). Literariamente se desarrolla a partir de 1913. El Cubismo utiliza la técnica del collage, en donde se mezclan conceptos y se crea una literatura visual con juegos tipográficos. Eliminan lo discursivo, lo descriptivo, los nexos, la puntuación.

Dadaísmo: se funda en 1916 en torno al autor Tristan Tzara. Este movimiento se rebela contra la racionalidad y la lógica. Niegan las normas, los convencionalismos morales, sociales, estéticos y literarios. El Dadaísmo dará paso al Surrealismo

Surrealismo: Se inicia con André Bretón, quien aplica el Dadaísmo a las ideas de Freud sobre el subconsciente. Pretende la liberación total del espíritu y de la sociedad. El subconsciente se expresa a través de técnicas como la escritura automática.

Expresionismo: fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del Siglo XX, que se plasmó en un gran número de campos: artes plásticas, literatura, música, cine, teatro, etc. El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad.

 En España, las vanguardias son reflejos de las europeas. Destacan el Ultraísmo, el Creacionismo y el Surrealismo. Estas vanguardias españolas presentan ciertas peculiaridades. Son movimientos de carácter poético. Se desarrollan durante los años veinte y treinta, coexistiendo con los novecentistas y los del 27.  Se manifestó sobre todo a través de revistas y tertulias literarias. Vicente Huidobro, chileno, traerá a España las vanguardias europeas. Por otro lado, La deshumanización del arte e Ideas sobre la novela de Ortega y Gasset, sirvieron de impulso al arte y literatura vanguardista.


Con todo, el más destacable de la vanguardia española fue Ramón Gómez de la Serna. Este autor dirigíó la revista Prometeo (donde publicó el Manifiesto futurista) y presidíó la tertulia del café Pombo. Escribíó ensayos en donde expone su visión personal del arte vanguardista, que defiende la creación de una realidad lateral. Este pensamiento le lleva a la creación de las greguerías. Las greguerías son pequeños fragmentos que mezclan metáfora con humor. A veces pueden parecer absurdas; sin embargo, tienen su lógica interna.  Además las greguerías anticipan la imagen surrealista. En sus novelas los personajes y la narración ceden el protagonismo a la visión humorística de la realidad, que se pone al servicio de una realidad puramente verbal. Trata temas como el erotismo y la sexualidad. Destaca su obra El torero Caracho. Una de las vanguardias desarrolladas en España es el Ultraísmo. Su origen se vincula a Vicente Huidobro.  El Ultraísmo es un conglomerado de diferentes vanguardias que defiende las siguientes carácterísticas: Ir más allá de las corrientes literarias vigentes; eliminar lo extraliterario; representar los signos del mundo moderno, el uso de la yuxtaposición de imágenes, la supresión de nexos y puntuación, los juegos tipográficos y la renuncia a la métrica entre otras. Dentro del Ultraísmo destaca Hélices de Guillermo de Torre. Este movimiento será importante en Hispanoamérica, sobre todo, en autores como Jorge Luis Borges.

Por otro lado, nos encontramos con el Creacionismo. El creacionismo pretende crear una realidad nueva a través de poemas que tengan vida por sí mismos. Para esto recurren a la yuxtaposición de imágenes y metáforas 


y a un lenguaje poético despojado de su significación. Vicente Huidobro es su principal exponente, su obra más importante es Altazor. En España destaca el miembro de la Generación del 27, Gerardo Diego con su obra Manual de espumas. El Ultraísmo y el Creacionismo abrieron el camino del Surrealismo. Este movimiento estuvo vinculado a la Residencia de Estudiantes de Madrid. El Surrealismo supuso, además, la rehumanización, a partir del crack del 29, y una reacción contra la poesía pura. El Surrealismo en España fue más instrumental. Ejercíó gran influencia en algunos poetas del 27. No obstante, autores propiamente surrealistas son José María Hinojosa, con su obra La flor de California y Juan Larrea, con Versión celeste. En novela destaca Crimen, Media hora jugando a los dados, de Agustín Espinosa y en teatro la obra de Lorca Así que pasen cinco añ

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