17 Abr

La II República empezó el 14 de Abril de 1931 siendo un gobierno provisional, gobernado por una coalición republicano-socialista, donde también se incluían los nacionalistas. El presidente de la república fue Alcalá-Zamora. La II República tuvo un amplio consenso aunque sus bases no eran sólidas. En ella todos los sectores estaban ilusionados: la burguésía, los militares, los obreros y a los estudiantes. En este periodo se encontraron grandes problemas. El principal problema fue el inmovilismo estatal ante los cambios del resto de Europa, lo que generó una serie de problemas estructurales en la agricultura, el mercado interno, la influencia eclesiástica, el ejército, el retraso educativo y la poca inversión científica. Todo esto causó una caída de la exportación que generó consigo un aumento del paro y de las migraciones. La principal oposición a la República fueron: por un lado los nacionalismos, a los que se le otorgó la posibilidad de convertirse en comunidad autónoma presentando un Estatuto de Autonomía. A Cataluña se le aceptó su estatuto pero al País Vasco no, ya que se le tachó de anticonstitucional. Por otro lado la Iglesia desde el Estatuto del 15 de Abril por el que se declaró la separación entre Iglesia  Estado. Las cortes constituyentes del 28 de Junio de 1931 tuvieron alrededor de un 70% de votantes. Salíó una amplia mayoría republicana-socialista. El 9 de Diciembre del 31 se promulgó la Constitución del 31. En esta Constitución se declara el Estado como una república de trabajadores que se organiza en régimen de libertad y la justicia, se daban amplios derechos entre todos los españoles sin distinción de sexo, se declaró un parlamento unicameral y la posibilidad de expropiación y nacionalización. Sus artículos más polémicos eran donde admitía las autonomías regionales y la desvinculación de la iglesia de la educación y la economía, lo que llevó a la dimisión de Maura y Alcalá-Zamora. El 10 de Diciembre se nombró a Alcalá-Zamora presidente de la república y el 12 de Diciembre se formó gobierno, dirigido por Azaña, empezando el bienio reformista. El nuevo presidente del gobierno, Manuel Azaña, lleva a cabo una serie de reformas: Una de las reformas fue la reforma educativa, ya que se pensaba que una mejor educación sería la solución al atraso de España. Para ello lleva a cabo una sustitución de métodos y profesores religiosos, creando una enseñanza progresista que fomenta la igualdad e introduce las innovaciones científicas. Una de las reformas más importante que llevó a cabo fue la reforma agraria, que se inició con la ley del 9 de Septiembre de 1932, que junto a la Ley de Autonomías fueron paralizadas en Cortes por la derecha.
Después del éxito de la república frenando el golpe de Sanjurjo la ley fue aceptada a pesar de la falta de medios.
La ley se llevó a cabo a través del Instituto de Reformas Agrarias (IRA). El objetivo de la reforma fue que alrededor de 60 y 75 mil campesinos fuesen dueños de tierras, que se conseguían por expropiación de tierras a latifundistas que no le daban uso. Para finales del 1933 solo repartieron 24 mil hectáreas a 4.500 campesinos. Esto generó un enfado entre el campesinado. Este enfado se intenta paliar mediante el Decreto de Intensificación de Cultivos, por el que los campesinos podían ocupar temporalmente las fincas ganaderas para cultivar, debido a que no había dinero para las expropiaciones. Y, por último, una de las reformas más conflictivas fue el Estatuto de Autonomía. Azaña consiguió el 9 de Septiembre de 1932 aprobar la autonomía de Cataluña en el congreso. A partir de entonces el órgano representativo del gobierno catalán pasa a ser la Generalitat y se elige el catalán como lengua oficial, pudiendo ser utilizada en actos oficiales y cuestiones administrativas. El representante de Cataluña es el presidente de la Generalitat. Por otro lado en el País Vasco, después de la negación de su Estatuto de Autonomía por anticonstitucional, se genera un mayor desarrollo del independentismo. La derecha aprovechaba los puntos débiles de la izquierda para atacarles en Cortes. En 1933 se formó la CEDA, cuyo líder fue José Mª Gil Robles, quien unifica a la derecha. Los componentes de la CEDA eran los sectores democristianos, los ultramonárquicos y los carlistas. Surgieron aquí los movimientos fascistas. Se creó la Falange, liderada por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, y busca un auge del nacionalismo español y la exaltación patriótica. La presión ejercida por la derecha y el desgaste del gobierno llevó a Alcalá-Zamora a disolver las Cortes. En unas nuevas elecciones, el 19 de Noviembre de 1933 ganó la CEDA, dando comienzo a un nuevo bienio. El nuevo gobierno estaba presidido por Lerroux, centrista, y de mayoría de derechas que iba en oposición a todas las medidas de los socialistas. El socialismo empezó a apoyar a ambos nacionalismos. Alcalá-Zamora decidíó que en el gobierno se debían incluir al menos tres ministros pertenecientes a la CEDA. Esto provoca la revolución de Octubre de 1934, debida a huelga convocada por PSOE y UGT ante la entrada de la CEDA en el gobierno. Consistíó en un paro total en las grandes ciudades y las zonas industriales. Ante esto, Companys aprovechó para declarar el Estado catalán dentro de la República Federal Española. Ante esto, el general Batet les dio un ultimátum a los separatistas, causando su rendición el 7 de Octubre.

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