30 Dic

EL Renacimiento EN Italia

El Renacimiento surge en Italia en el Siglo XV mientras que el resto de Europa
continúa el gótico. Las razones son varias: persistencia de la tradición clásica,
mecenazgo de sus múltiples cortes principescas, y una burguésía rica y ávida
de cultura.
Focos renacentistas en Italia: Florencia, Nápoles, Roma, Venecia, Umbría,
Padua y Ferrara son los más destacados.

CarácterÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA


La nueva visión del mundo cristaliza en el Urbanismo.
La ciudad gótica crece
sin ordenamiento previo; en el Renacimiento se trata de que la ciudad sea
producto de la planificación. El plan urbano obedece a esquemas geométricos
ortogonales o radioconcéntricos. Durante esta época no surgieron nuevas
ciudades en Europa. Las novedades urbanísticas se plantean en la
remodelación de los centros urbanos de las grandes ciudades. Los edificios
(ayuntamientos, lonjas, palacios…) financiados por la burguésía, los monarcas
y la Iglesia, cambiaron la fisonomía del centro de las ciudades. En general
prima la idea de predominio del edificio sobre el entorno; se crea un escenario
urbano para acoger la obra arquitectónica (o escultórica). En el Renacimiento
se escribieron tratados teóricos sobre la ciudad ideal, estos proyectos si se van
a llevar a cabo en América, donde se construyeron ciudades con criterios de
regularidad y de ordenación racional de la trama urbana.
La arquitectura renacentista supone una ruptura con la arquitectura medieval.
Se organiza en torno a dos principios:
1)

Utilización de elementos constructivos de la antigüedad:

bóvedas
de cañón con casetones, cúpulas de media naranja, entablamentos,
arcos de medio punto, columnas y pilastras con los órdenes
clásicos….Pero utilizados libremente especialmente en lo decorativo
como los grutescos.
2)

Consecución de la unidad espacial:

se entiende el edificio como
resultado de un cálculo matemático. En la estructura y en la planta se
buscan efectos de calculada y matemática perfección. Todo el edificio se
basa en buscar la proporción matemática de sus elementos. Se busca la
claridad de los espacios, contrapuesta con la coloreada penumbra
gótica. Para lograr esa claridad en los espacios se utilizan diferentes
modelos de plantas, centralizadas y longitudinales, cúpulas
semiesféricas u ojivales. La arquitectura renacentista es racionalista y
consecuencia de ello es que el edificio ideal es simétrico en todos sus
ejes.
Proporción geométrica y equilibrio con el fin de crear un espacio unitario.
Debe existir una relación proporcional entre las partes y el todo. Se
aprecia una tendencia a la horizontalidad, frente a la verticalidad del
gótico.

Libertad ornamental


El muro recupera su función tectónica (de soporte)
aunque recubierto con mármoles de colores o aparejo rústico. Predomina la
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libertad decorativa y fantasía como en los grutescos: decoración a partir
de seres fantásticos humanos, vegetales y animales, completamente
entrelazados.
Etapas arquitectura renacentista italiana.
a.

La arquitectura del Cuattrocento (Siglo XV): destaca como arquitecto
Brunelleschi aunque también es escultor y pintor. Brunelleschi realiza
una arquitectura basada en los principios de medida, orden y proporción.
Es un arquitecto pero también un científico que cultiva las matemáticas,
música, filosofía… Es un típico representante del artista del
Renacimiento. Entre sus obras se encuentran el Hospital de los
inocentes, la Iglesia de San Lorenzo y la Cúpula de Santa María de
las Flores en Florencia. Otro arquitecto representativo es Alberti con
obras como Santa María Novella y el Palacio de Rucellai.

B


La arquitectura del Cinquecento (Siglo XVI): desde finales del siglo
XV la importancia artística va pasando de Florencia a Roma,
agrupándose en torno a la Corte pontificia de Julio II y León X. A Roma
llegan artistas procedentes de diferentes lugares atraídos por la
actividad artística y el mecenazgo papal. En arquitectura se desarrollará
un estilo solemne y monumental basado en la medida y el equilibrio. Un
papado humanista hace del clasicismo su cultura oficial con la intención
de transmitir la grandeza de la Iglesia. El Cinquecento es un período de
Renacimiento pleno, pero que apenas dura las dos primeras décadas
del Siglo XVI. Sigue existiendo un modelo antropocéntrico que empapa
todas las obras tanto en arquitectura como en escultura, y se potencia el
carácter científico y de investigación de la obra de arte. Destaca
Bramante arquitecto que representa el clasicismo arquitectónico del
Cinquecento, con obras como Claustro de Santa María de la Paz y
San Pedro in Montorio.

C


La arquitectura del manierismo: a partir del 1530 se abandona la
severidad, la claridad y el equilibrio del clasicismo. Aparecen elementos
de tensión y se rompe el sentido unitario del Cinquecento. El
vocabulario clásico se empleará de modo libre y caprichoso:

ruptura
de ritmos, órdenes gigantes, gran desarrollo del entablamento, frontones
inacabados, alternancia de elementos formales, esculturas en cornisas…
El primer arquitecto en romper el lenguaje clásico será Miguel Ángel,
arquitecto, escultor y pintor será quien inicie estas nuevas formas,
sometiendo los elementos clásicos a una interpretación personal. Miguel
Ángel se siente ante todo escultor y trata a la arquitectura como si de
una escultura se tratase; utiliza las formas clásicas con plena libertad.
Algo que va a reflejar en la Basílica de San Pedro del Vaticano donde
transforma el proyecto inicial de Bramante y construye la cúpula que
cubre el crucero. Realiza otras obras como La Biblioteca Laurentiana y
la tumba de Julio II. Otros arquitectos manieristas importantes son
Vignola y Palladio.

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