04 Ago

Tema 5: Fundamentos de la competencia literaria en E.I


La narración

La narración consiste en contar una sucesión de acontecimientos (reales, ficticios o ambos juntos), realizados por personajes (reales, ficticios o ambos juntos) en un tiempo y lugar (reales, ficticios o ambos a la vez). También habría que añadir la presencia de objetos  (las cosas que forman parte del lugar o pertenecen a las personas).

Lo más importante de la narración es su carácter temporal. Por ello, es muy importante usar bien los tiempos verbales y la disposición temporal de los hechos que se narran.

En cuanto a la cronología de los hechos, se pueden presentar desde diferentes perspectivas:

  • En disposición lineal natural, o sea, desde el principio de los sucesos.

  • En orden retrospectivo, es decir, comenzando por el final.

  • «In media res» (en medio de los acontecimientos), lo que significa que el relato comienza en medio de la peripecia.

  • En forma mixta, o partiendo del presente para evocar el pasado y después, vueltos al presente, continuar hacia el desenlace en el futuro.

  • Mezclando caóticamente pasado, presente y futuro.

A veces aparecen formas descriptivas que amenizan la narración, e incluso diálogos, reflexiones, argumentación, etc…, pero la forma dominante será el relato. Los rasgos lingüísticos de la narración son:

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Función central del verbo para situar los hechos en el tiempo

 –
El pretérito perfecto simple presenta la acción ocurrida en época relativamente lejana.


-El pretérito perfecto compuesto la presenta más cercana temporal y psicológicamente.


-El presente histórico se emplea para acercar los hechos y presenta la acción como si ocurriera en ese momento.



-El pretérito imperfecto muestra la acción en su desarrollo y suele aparecer en pasajes descriptivos, aunque también puede abrir y cerrar una narración, por lo que entonces se llama de «apertura» y «cierre».

La variedad de las formas verbales da animación al relato para que no resulte monótono.

2) Economía de medios

 -Conviene evitar, siempre que sea posible, la expresión de ciertos elementos que fácilmente supone el lector, como «después», «a continuación», «seguidamente», «al final».

-También se ha de procurar el ahorro de los “verba dicendi” en el estilo directo y evitar su repetición innecesaria.

Las cualidades para que una narración mantenga el interés son:

 -Un comienzo significativo que evite los rodeos.

-Intercalar descripciones que no sean prolijas y diálogos para que den animación y plasticidad al relato.

-Un final inesperado para sacar el relato fuera de lo trivial.

-El elemento humano ha de ser lo medular en la narración para rechazar la anécdota que no tenga un fondo de humanidad.


-No multiplicar los elementos para no perder intensidad, es decir, no manejar muchas tramas.


-Verosimilitud, en el sentido de que los hechos parezcan posibles y mantengan una lógica interna.

Elementos propios de la narración

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Acción:

La acción es el conjunto de sucesos que se van relatando y viene dada por la relación que se establece entre los personajes. Debe estar ordenada en una línea progresiva de interés. Tradicionalmente, la narración se dividía en tres partes, y por este orden:

  1. Los caracteres

Los caracteres son los personajes que realizan las acciones. Cuando los personajes son animales, como sucede en las fábulas, se les da contenido humano por un proceso de personificación.

Según la función en el relato, pueden ser:

  1. Principales


    . Llevan el peso de la acción. Son los más importantes. Hay dos tipos: el protagonista, sobre el que gira la acción, y el antagonista, que se opone al anterior.

  2. Secundarios

    . Tienen menor importancia, pero participan junto al protagonista de la acción.

  3. Episódicos

    . Aparecen puntualmente y no desempeñan un papel importante en el desarrollo de la acción.

El personaje creado ha de presentarse como un ser vivo, capaz de motivar y ser motivado, de sufrir y hacer sufrir, y con todas sus contradicciones, vicios y virtudes. Su personalidad debe ir descubríéndose a través de lo que dice, hace y por lo que los demás personajes piensan de él. Por medio del diálogo, puede descubrirse la psicología de los personajes.


1. Exposición o presentación


En ella se crea el ambiente en el que se desarrollan los hechos, es decir, se indica el lugar y el tiempo determinados en que transcurren. Constituye un elemento fundamental porque sitúa a los personajes e incluso puede condicionar su actuación. Piénsese, por ejemplo, en el cuento, narración infantil por excelencia. Comienza siempre con fórmulas lingüísticas similares: “Érase una vez, en un lugar llamado… vivía el pequeño Juan con su familia…”

2. Nudo o desarrollo


. Integra la acción en sí misma, el núcleo del relato. Puede constar de un único hecho, pero con frecuencia se desarrollan varios; en este caso, la extensión de cada uno variará según la importancia que se les conceda. Pueden aparecer entremezclados sucedíéndose unos a otros. Pero, como ya señaló Aristóteles en su Poética, la simple sucesión no basta; los hechos deben encadenarse cronológicamente y establecerse una relación de causalidad con un comienzo, un medio y un final. Por este motivo, el tiempo constituye una categoría fundamental en la narración, su eje central, porque se encarga de transformar las acciones. La expresión temporal viene señalada por el verbo aunque también se utilizan otros marcadores que indican simultaneidad, regresión o progresión (de repente, a la vez; antes de, con anterioridad; más tarde, a continuación, etc.).

3. Desenlace


. Es la solución de las situaciones planteadas. Representa el final de la historia, el fin en el que desemboca la acción. Puede ser también un final abierto que el lector u oyente concluye.

Sin embargo, el relato puede componerse de un modo causal o de una forma libre, aunque es importante la presencia de un móvil central que incita a la acción: se trata del conflicto de fuerzas.

C) El ambiente:


Las acciones que realizan los personajes se desarrollan en un marco espacial y temporal, dado que todo ser vive en una realidad social y en una determinada época. Puede ocurrir que el autor retrate toda la sociedad, o sólo una parte de ella, e incluso en la narración se pueden contar los conflictos entre distintos sectores de esa sociedad.

Las carácterísticas del medio familiar, profesional y geográfico, así como ciertos factores de orden fisiológico, educativo…, contribuyen a modelar la conducta y la moral de los personajes.

D)

La perspectiva

Es la forma que el autor elige para afrontar la narración. Los lectores deben tener cuidado porque el autor puede no ceñirse a la verdad, o contarla a su manera, desde su punto de vista, que no necesariamente tiene que ser el correcto o verdadero.

El autor tiene en cuenta dos cuestiones importantes:

– Por un lado, está el tiempo de la lectura, que no necesariamente coincide con el tiempo de la escritura

– Los distintos lectores (fundamentalmente, hay tres: el lector ideal, que sería algo así como el escritor hecho lector; el lector potencial, que serían todas las personas que pueden leer la narración. En principio, son los que comparten el idioma del escritor, pero hoy en día, con la rapidez de las traducciones, puede ser todo el mundo; y el lector real, que es aquel que efectivamente lee la narración).

E)

Punto de vista o técnica narrativa:

Ahora bien, todos estos elementos pueden interrelacionarse y presentarse desde diferentes puntos de vista o técnicas narrativas. El punto de vista narrativo es la inteligencia que comunica la acción al lector, o el enfoque desde el que se ve la acción y se transmite. Las técnicas principales son:

1. La narración en primera persona


Consiste en narrar desde la perspectiva del «yo», en la que el autor, el narrador y el protagonista están identificados plenamente, o en la que el autor es un «yo» que da testimonio de algo ocurrido. A esta técnica se adscriben:


-Las narraciones autobiográficas. – Las crónicas. – Las memorias. – Las confesiones.

 

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La narración en tercera persona

Presenta varias formas:

El autor omnisciente


. En este caso, el narrador muestra un conocimiento total y absoluto de todo lo narrado, sean los sucesos externos, sean los sentimientos íntimos de los personajes. Esta técnica también se denomina «omnisciencia editorial». El autor se permite intervenir, de vez en cuando, para enjuiciar lo que narra.

Omnisciencia neutra


. En ella, el autor conoce la trama mejor que ningún personaje, pero persigue una mayor objetividad y no interviene.

Narrador testigo


. Un personaje de la historia que no es protagonista asume el papel de narrador y cuenta lo que sucede a los demás. Ofrece una visión personal de los hechos, de ahí la denominación de testigo.

Narrador múltiple


. Varios personajes relatan los acontecimientos desde su perspectiva.

3. La narración en segunda persona:


No es frecuente y suele alternar en el mismo relato con el narrador en tercera o en primera persona, por lo que afecta a parte de la obra, no oa toda ella. Cuando se da este tipo de narrador, el lector se siente implicado en ese tú que lo interpela.

LA DESCRIPCIÓN:


La descripción es una pintura hecha con palabras o una pintura viva y animada de las personas, animales o cosas, explicando sus partes, cualidades o circunstancias. También se define como la representación lingüística de la imagen de un objeto (persona, animal, cosa o ambiente).

Lingüísticamente, se caracteriza por:

– El predominio del sintagma nominal. – Si dentro del sintagma nominal hay pocos adjetivos, la descripción resulta rápida y desasosegada. -Si hay muchos adjetivos, la descripción cobra lentitud y sensualidad e indica una pintura abierta a los rasgos esenciales.


– Los adjetivos seleccionan, valoran o individualizan. – Si los adjetivos van antepuestos, indican más subjetivismo e intimismo que los pospuestos. 

– Los adjetivos especificativos son necesarios para que el lector pueda reproducir en su mente lo que se quiere representar. Por tanto, no son un adorno ni suscitan emociones. – Con los epítetos, en cambio, el autor manifiesta sus sentimientos y desea comunicarlos al receptor. – Dentro del sintagma nominal, pueden aparecer las figuras literarias: metáfora, símil, hipérbole, sinestesia… – Los tiempos verbales propios de la descripción son el presente de indicativo y el pretérito imperfecto, ya que presentan la acción sin concluir y, por lo tanto, nos instalan en la esencia, en la intemporalidad, en la duración o permanencia de las cualidades, en la dimensión contemplativa.

Con los recursos propios del lenguaje de la descripción, el autor intenta mostrar lo que describe de manera que cause una impresión o un sentimiento, pero esto supone un proceso en el que intervienen: 1.
La observación de la realidad, con atención minuciosa a las cualidades y circunstancias de lo que se describe. Se necesita el ejercicio de los sentidos corporales para percibir esa realidad. 2.
La reflexión como ejercicio de conocimiento, pues no basta la observación sensorial, ya que es preciso analizar y valorar el objeto, su estructura, relaciones espaciales y situación frente a los demás objetos. 3.
La selección de datos para acentuar lo más carácterístico e intensificar la impresión que queremos transmitir. 4.
La fijación de un punto de vista para ordenar los datos y determinar la estructura de la descripción: . De lo general a lo particular. De la forma al contenido, o a la inversa.De lo próximo a lo alejado o viceversa.


5.B. Carácterísticas, recursos y aplicaciones didácticas para el  desarrollo de las habilidades lingüísticas

El objetivo-tendencia (objetivo-tendencia es aquel que se adquiere a largo plazo y que requiere la combinación de muchas habilidades para conseguirlo) más importante para la enseñanza de la literatura es la competencia literaria.
Por competencia entendemos la capacidad o capacidades que tiene cada persona para llevar a cabo con éxito cualquier tarea.

La competencia literaria es la uníón de la competencia lingüística, la competencia pragmática, la competencia crítica (aquella que nos sirve para cuestionar si un texto es literario o no, así como para juzgar y valorar su contenido) y la competencia creativa

 Ello no es obstáculo para que podamos (y debamos) marcar unos objetivos claros y concretos de aprendizaje:

1.Comprender una muestra de textos literarios variados. 2.Aprender cosas a través de la literatura. 3.Contribuir a la socialización y a la estructuración del mundo del alumno a partir de los textos literarios. 4.Fomentar el gusto por la lectura. 5.Configurar la personalidad literaria del alumno. 6. Fomentar el interés creativo del alumno.

Los libros de lectura


Hay dos grandes objetivos-tendencia directamente relacionados con la lectura de textos literarios: 1. Descubrir la literatura como fuente de placer y enriquecimiento personal. 2.Conocer hechos y realidades literarias con sus carácterísticas más estéticas y lingüísticas. Los libros de lectura más útiles y motivadores son los más próximos al alumno. Por ello, hay que tener en cuenta:

·

Los temas

Deben interesarles

·

Los personajes

. A ser posible, debe haber identificación entre personaje y lector  (edad, gustos…)

·

El lenguaje

Hay que empezar por lengua y  tramas sencillas

·

Aspectos formales

. Hay que tener en cuenta dibujos, imágenes, tamaño de letra…


Poco a poco, hay que añadir a las lecturas motivadoras otras que proporcionen conocimientos literarios más complejos.

Hay que trabajar los conocimientos de teoría literaria, técnica, géneros…con textos un poco más complejos. De igual manera, hay que conectar al nuevo lector con los temas universales de la literatura: amor vida, paso del tiempo, recuerdos…

La lectura de fragmentos escogidos en clase y la lectura colectiva pueden facilitar la adquisición y el desarrollo de estrategias de comprensión e interpretación, que ayuden al alumno a convertirse en un lector autónomo.

LOS GRANDES RELATOS


Idea general del relato en la escuela


a) El relato se caracteriza como género lingüístico por su contenido y por forma: – extensión mayor que la del cuento- es transmitido por tradición fija e invariable.

– dramatismo que hace referencia a sucesos que forjan el sentir del pueblo. – algún fondo verídico, pero con la veracidad del pueblo que ha hecho suyo el relato.

Desde el punto de vista lingüístico el gran relato pide un estilo literario, una forma pulida con el tiempo. La persona necesita escuchar relatos en el mismo clima de solemnidad con que los ha escuchado el niño. La experiencia de escucha de grandes relatos acentúa el desarrollo de las capacidades: – de percepción, de sensibilidad y de imaginación. – de seguir una idea mental, una línea de pensamiento. -de interpretar el vocabulario y la construcción verbal.

Hay dos tipos de relatos: –


relatos de tipo testimonial personal con cierta significación histórica. – relatos épicos y legendarios, cercanos a las grandes aventuras.

Pero la estructura formal de la narración coincide.

El relato discurre entre la narración y la descripción. La “narración” hablará a la imaginación, dotará de humanismo a los personajes modificará ligeramente los sucesos. La “descripción” cuidará l Realismo de las personas, de los lugares y de los hechos.


A) En cuanto a los grandes relatos testimoniales personales, de significación histórica, deben poseer:

Entidad:


Estos relatos se hacen casi en primera persona, pero a la vivencia de los hechos narrados se insertan de una manera típica en una vasta corriente de vida colectiva, dotada de claros valores.

Por esa cercanía el relato es rico. 

Valores:


Estos relatos facilitan la comunicación personal entre el adulto y el niño, el lenguaje directo, sencillo y expresivo, permite descubrir claves de interpretación psicológica.

Condiciones para su narración:


La narración podrá ser interrumpida con preguntas y es normal que introduzca un coloquio.

B)  En cuanto a los relatos épicos y legendarios

Entidad


Es la narración en la que el elemento fantástico entra en una proporción mayor. Conviene distinguir los de claro fondos históricos y los míticos.

Valores:


Una condición inevitable para su narración es el conocimiento exacto de los datos que forman parte del relato.

Es necesaria la exigencia de adaptación al niño.

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