17 Mar

EL ESPERPENTO

Raíces históricas y estéticas del esperpento

La época en que vive Valle es una de las más revulsivas y dramáticas: la humillación de la derrota en Cuba (1898), la sangría incesante de jóvenes por la Guerra del Rif en Marruecos (1909), la Semana Trágica de Barcelona (1909) desatada al oponerse los obreros al nuevo envío de tropas al Rif, la I Guerra Mundial (1914), la huelga revolucionaria de 1917, las profundas convulsiones 1919-1920, la dictadura de Primo de Rivera (1923), y el atraso y pobreza secular del pueblo español.

Ante esta situación, la actitud de Valle fue siempre de compromiso y de denuncia. Y para mostrar profundamente esta realidad, Valle crea el esperpento, nueva estética que distorsiona la imagen que tenemos de la realidad con el objeto de mostrarnos su verdadero rostro: la grotesca y absurda vida española contemporánea. Su crítica es demoledora, no propone soluciones ni alternativas, no pacta con ninguno de los personajes ni con las ideas que representan.

En Luces de bohemia sostiene Valle del esperpento: “una estética sistemáticamente deformada”; “Sirve para expresar el sentido trágico de la vida española”; “Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas”; “Deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España”. Según Valle, se trata de ver a los personajes desde un plano superior, como demiurgo (dios creador) o titiritero, y así se convierten en seres inferiores, como “enanos y patizambos” que juegan una tragedia y a los que se observa con indiferencia, ironía, sin implicarse sentimentalmente con ellos. Desde este distanciamiento se puede juzgar críticamente la realidad presentada.

La técnica del esperpento no es, por otra parte, totalmente, novedosa, está implícita como hemos visto en obras anteriores a Valle- Inclán y entronca con una vasta tradición de lo grotesco en la literatura y el arte: Quevedo y Goya, pero también el Guernica de Picasso; la Viridiana de Buñuel, y algunos movimientos estéticos, como el expresionismo alemán, el dadaísmo italiano, las novelas de Kafka o el teatro del absurdo. Una tradición, pues universal.

También Zamora Vicente ha señalado la conexión del esperpento con el sainete  y el “género chico”, en el que con frecuencia se parodia el teatro serio y grandilocuente.


Rasgos esenciales del esperpento

• Libertad de forma: el esperpento puede manifestarse en cualquier forma literaria tradicional, prosa o verso, novela o drama con tal de que se dé esa nueva visión de la realidad.

• Mundo irreal: el mundo, a veces, da la impresión de ser un puro escenario teatral. Mundo recreado con cierto gusto por lo cinematográfico.

• Constante rebajamiento de la realidad: animalización de los personajes o la personificación de animales o de objetos para rebajar lo humano. Con la misma

intencionalidad llega a reducir a los seres humanos y a los mismos animales a puros objetos inanimados, en una especie de burlesca “cosificación” inmovilizadora. La degradación de lo humano llega a la transformación de los personajes en fantoches, peleles (muñequización), con apariencia humana pero insensibles como objetos. En otras ocasiones da vida (humanización) a seres inanimados: la luna, animales…

•Deformación sistemática de la realidad: consiste en subrayar los rasgos más acusados de la realidad para subrayar las contradicciones entre el comportamiento de una determinada sociedad y la escala de valores que predica (caricatura de corte expresionista). Se descubre sin hipocresías embellecedoras lo que hay de negativo en la “condición humana”.

• Humor satírico: exageración deformadora y el juego de contrastes violentos que se logran generalmente acercando situaciones vitales esencialmente distintas o categorías lingüísticas inusualmente combinables. Del comentario más jocoso a la ironía más intencionada o al sarcasmo más cruel.

•Personajes extraordinarios, fuera de lo corriente.

•Máscaras o caretas: las máscaras valleinclanescas tienen por objeto descubrir la realidad esencial de los seres que están tras ellas.

• La muerte, personaje principal: en ninguno de los esperpentos falta. Acompaña al protagonista, reduciéndolo con su sola presencia a la categoría pura de “infrapersona”, de fantoche, pelele o monigote de guiñol.

•Espejos, luces y sombras: siguiendo el ejemplo de Goya, Valle-Inclán nos dice que se sirve de unos espejos “especiales” que tienen la virtud de reflejar en su superficie no la copia fiel de la realidad, sino una imagen retorcida y deformante de ella; una imagen que se parece más a la amarga realidad interior de cada cosa o ser que no a su aparencial y muchas veces falsa superficie visible. Estos espejos reflejan la radiografía más que la pura reproducción de esa realidad verdadera y a la que en el fondo trata de reproducir por todos los medios.

•El desgarro lingüístico: uso constante del habla coloquial, de la lengua hablada: expresiones, vocablos, modismos considerados como ordinarieces o groserías. Muchos personajes, incluso los pertenecientes a las clases sociales más elevadas, utilizan el habla “acanallada”, jergal o barriobajera. De este modo, se cruza la dirección culta, modernista, con ese hablar achulado, “a lo golfo”.

En conclusión, el esperpento deforma la imagen que tenemos de la realidad para mostrarnos la auténtica: la grotesca y absurda vida española contemporánea. El  descoyuntamiento de personajes, espacios y acciones a través de un lenguaje peculiarísimo, que aúna el registro más populachero con la elaboración metafórica más audaz, producen en el espectador risa, horror y perplejidad a un tiempo; esta risa no es sino un atenuante del horror, una forma de hacernos más soportable la pesadilla.

Propuesta de una nueva estética literaria: Características del esperpento en Luces de bohemia

Para reflejar la verdadera realidad española, abarcándola en su totalidad, Valle-Inclán propone por boca de Max Estrella esta nueva estética literaria (escena XII): el esperpento, estética cuya primera manifestación, es precisamente, Luces de bohemia.
El esperpento no solo es un género literario, sino una estética y en consecuencia una visión del mundo. En opinión de Ruiz Ramón, el esperpento se convierte en un instrumento de desenmascaramiento.


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