06 May

aquella sociedad en la que la lógica de la producción de riesgos domina a la lógica de la producción industrial

El análisis de las transformaciones que estamos viviendo, y de las tendencias de futuro que se vislumbran en la sociedad actual, debe tener en cuenta las estructuras sociales de poder y reparto, las burocracias, las normas y racionalidades dominantes, y debe partir de los contenidos y consecuencias reales que conlleva la culminación de la sociedad industrial y los riesgos que se presentan tras su realización completa.

El análisis prospectivo es una necesidad en la medida en que la creación de riqueza va acompañada de la producción de riesgos, y en la medida en la que la consumación del proyecto industrial de la modernidad provoca la transformación de la sociedad y hace imposible su viabilidad  en los términos en los que ésta ha sido concebida en el pasado.

En este sentido las cuestiones del desarrollo y aplicación de las tecnologías son sustituidas por cuestiones de la “gestión” política y científica y de los riesgos de las tecnologías a aplicar.

Hay que tener en cuenta que el análisis de los riesgos supone formular explícitamente los valores que deben regir nuestras sociedades, y para ello es necesario tomar conciencia y presentar en el debate público los valores que de hecho rigen el desarrollo de la modernidad. El análisis de los riesgos supone afrontar los conflictos que se dan entre la racionalidad científica y la racionalidad social.

El análisis del futuro se convierte, por lo tanto, en una cuestión clave para asegurar la supervivencia y la viabilidad del presente. La lógica de la producción de la riqueza acaba provocando la sociedad de riesgo.

Para Beck lo fundamental es analizar esa  tendencia de futuro y desvelar los patrones que gobiernan el desarrollo tecnológico.

Desde una perspectiva diferente, la posición teórica de Manuel Castells se concreta en dos puntos:

  • Propone la hipótesis de que todas las tendencias de cambio que constituyen nuestro nuevo y confuso mundo están emparentadas y que podemos sacar sentido a su interrelación. Considera que, a pesar de una larga tradición de errores intelectuales a veces trágicos, observar, analizar y teorizar es un modo de ayudar a construir un mundo diferente y mejor.
  • Se niega al determinismo tecnológico. La tecnología es un producto social, y la interacción entre tecnología y sociedad marca el destino de ambas. Ante la emergencia de un nuevo modelo de sociedad, basada en la revolución de las tecnologías de la información y en la reestructuración del capitalismo, hay que tener presentes la historia, la cultura y las instituciones de cada sociedad concreta, y por lo tanto el análisis científico debe partir de la posibilidad de trayectorias tecnológicas y sociales diferentes.

Para Castells, las sociedades están organizadas en torno a procesos humanos estructurados por relaciones de producción, experiencia y poder determinados históricamente. Y es a partir del nuevo modelo de desarrollo informacional cuando surgirán nuevas formas históricas de interacciones, control y cambios sociales.

Nos encontramos ante un nuevo paradigma sociotécnico cuyo resultado histórico es indeterminado y en el que confluyen dos tendencias autónomas: el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y el intento de la antigua sociedad de reequiparse mediante el uso del poder de la tecnología para servir a la tecnología del poder.

Nos encontramos ante una nueva estructura social dominante: la sociedad de red; una nueva economía: la economía informacional/global; y una nueva cultura: la cultura de la virtualidad real.

En esta nueva sociedad se redefinen las divisiones sociales, las relaciones de clase y las relaciones de poder. En el nuevo medio de la red de redes, Internet, se reformulan las relaciones grupales, y nacen lo que se denomina las “comunidades virtuales”.

3.2. Interacción Social y Mercado de Trabajo

Insertarse en el mercado de trabajo, tener un empleo digno y llevar a buen término nuestros proyectos profesionales son cuestiones vitales para las personas, y muchos procesos de desintegración personal y social comienzan con un fracaso, o con la incapacidad de afrontar una crisis o una oportunidad en el ámbito laboral.

El trabajo en equipo, las habilidades sociales que se refuerzan en la dinámica de grupos, son cada vez más un requisito para acceder a un empleo, y los trabajadores sociales debemos conocer algunos rasgos básicos del mercado de trabajo en las sociedades contemporáneas.

La revolución tecnológica que caracteriza los inicios del siglo XXI ha transformado la estructura de las empresas. Se redefinen las fortalezas y debilidades de éstas, a la vez que se presentan nuevas oportunidades y se plantean nuevas amenazas en el entorno.

El TS con grupos tiene en este ámbito un extenso campo de actuación: numerosos cursos de formación en las empresas utilizan la dinámica de grupos para fortalecer en cada trabajador los requisitos básicos de un sistema de organización basado en el trabajo en equipo. Por ello, al analizar la interacción entre nuevas tecnologías, empresas y nuestra disciplina, tenemos que preguntarnos, en primer lugar, por lo que ha cambiado, para, después, abordar las posibilidades e incógnitas que se abren en el futuro inmediato.

El impacto de las nuevas tecnologías se une al efecto que produce la revolución en las fuentes de energía y la transformación de las formas de gestión y organización de las empresas que se origina en los años setenta del siglo XX.

Destacamos dos características de las transformaciones en curso: la aceleración de la innovación y la convergencia de tecnologías. Ambas tienen como resultado una mayor integración de los sistemas de diseño, comunicación y producción y venta. En este nuevo medio, las organizaciones empresariales se adaptan, y la capacidad de aprendizaje, innovación y adaptación da como resultado lo que se denomina la “organización inteligente”: una organización que aprende, que innova y que se adapta a un contexto en continuo cambio.

El trabajador debe tener un conjunto de habilidades sociales básicas para poder trabajar en equipo. Aunque la dinámica de grupos dentro de la empresa permite fortalecer dichas habilidades, en muchos casos las situaciones de debilidad o crisis se resuelven satisfactoriamente a partir de la intervención del trabajador social con la metodología específica del TS con grupos, ya que pueden tener su origen en problemas personales, familiares y sociales diferentes de aquellos directamente relacionados con su puesto de trabajo.

Podemos sintetizar las principales tendencias de la economía y el mercado de trabajo, y las nuevas habilidades que se demandan, y que abren un campo de especialización para el trabajador social con grupos (ver cuadro 2. TS con grupos, economía y empresa: tendencias para el siglo XXI)
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  • INTERACCIÓN SOCIAL Y GRUPOS: PERSPECTIVAS SOBRE EL ESTUDIO DE LA DINÁMICA DE GRUPOS

Las personas nacemos y nos desarrollamos en el ámbito de las interrelaciones grupales. Nuestra identidad se construye mediante una socialización en la que desempeñamos diversos roles, aprendemos las reglas básicas de comportamiento, incorporamos los criterios básicos de interpretación propios de nuestra cultura y nos relacionamos con los otros en un proceso complejo en el que nos adaptamos, elegimos e influimos en nuestro medio.

La dinámica de grupos nos permite recuperar o fortalecer determinadas pautas de comportamiento, nuestra propia identidad personal, nuestra autoestima, nuestras habilidades comunicativas, de negociación o de análisis de las demandas de los que nos rodean (tanto a nivel personal como laboral).

Nuestra identidad se levanta sobre las relaciones sociales en las que estamos inmersos, fundamentalmente relaciones intragrupales e intergrupales. Precisamente por ello, el TS con grupos toma como punto de partida el proceso de desarrollo psicológico y social que se da en los grupos primarios (relaciones íntimas, cercanas), en los grupos secundarios (relaciones productivas) y en la red de interrelaciones en la que nos encontramos inmersos. El objetivo de nuestra disciplina es claro: fortalecer las habilidades necesarias para la adaptación al medio social y la correcta integración en un entorno cambiante mediante la dinámica de grupos.

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