18 Feb

Introducción

Al final del reinado de Fernando VII se planteó el problema sucesorio. Felipe V, el primer Borbón, había introducido en España la llamada ley sálica francesa, que impedía reinar a las mujeres. Pero Fernando VII carecía aún de descendencia y era aconsejable derogar dicha norma en previsión de que el fruto de su matrimonio con su cuarta esposa y sobrina, María Cristina de Borbón, fuera una niña, como de hecho ocurríó.

El hermano de Fernando VII, el infante Carlos María Isidro, consideró ilegal esta medida y no la aceptó, ya que se le privaba de lo que consideraba su derecho legítimo a heredar la corona. Los absolutistas más radicales (los llamados apostólicos), encontraron en el infante Carlos María Isidro a un líder dotado de legitimidad dinástica y apoyaron sus pretensiones al trono. Nacíó así el carlismo, que agrupaba a las fuerzas absolutistas y que desencadenó una Guerra Civil a la muerte de Fernando VII, dependía de Fernando VII. En consecuencia, el acceso y la permanencia en el trono de Isabel II, la hija de Fernando VII, dependía del apoyo de los liberales, por tanto durante su reinado asistemos a la construcción del Estado liberal en España.

Desarrollo. Carlismo y primera guerra carlista

El movimiento carlista apoyaba la opción al trono del hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, y sus descendientes frente a la línea sucesoria femenina de Isabel II. El carlismo defendía a ultranza la tradición política del absolutismo monárquico; la restauración del poder de la Iglesia y de un catolicismo excluyente de cualquier otra creencia; La idealización del medio rural y el rechazo de la sociedad urbana e industrial; la defensa de las instituciones y los fueros tradicionales de vascos, navarros y catalanes.


Los apoyos básicos con los que contaba el carlismo son: una parte de la nobleza rural, un sector del clero, y una parte del pequeño campesinado.
Bajo el lema de “Dios, Patria, Rey y Fueros” se agruparon los defensores de la monarquía absoluta.

En cuanto a su ámbito geográfico, arraigó sobre todo en zonas rurales de las Vascongadas, Navarra , Aragón, la Cataluña interior y el Maestrazgo. El movimiento carlista desencadenó tres conflictos armados (1º, 2º y 3º Guerra Carlista).

La primera guerra carlista (1833-1840)


se inició con el levantamiento en el País Vasco y Navarra controlando rápidamente el ámbito rural.
Sin embargo, las ciudades de Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona permanecieron fieles a Isabel II.

Gracias a un apoyo popular, los carlistas organizaron la guerra con el método de las guerrillas.
El general Zumalacárregui, organizó un éjercito de cerca de 25.000 hombres, mientras el general Cabrera unificaba a las partidas aragonesas y catalanas. En estas circunstancias, el infante Don Carlos vuelve a España y se puso al frente del ejército. En el ámbito internacional, don Carlos, recibíó el apoyo de potencias absolutistas como Rusia, Prusia o Austria, mientras el gobierno de Isabel II contó con el apoyo de Inglaterra, Francia y Portugal.

La muerte de Zumalacárregui en 1835 marcó el inicio de una reacción liberal que tuvo en la defensa de Bilbao su máximo objetivo. El general liberal Espartero vencíó a las tropas carlistas en Luchana, en 1836.

El último periodo del conflicto, estuvo marcado por la división ideológica del carlismo, representada por los transaccionistas por un lado, que buscaban un acuerdo con los liberales y los intransigentes, por otro, apoyados por una radicalizada base campesina.

El general Maroto, acordó en nombre de parte del ejército carlista la firma del Convenio o abrazo de Vergara (1839)
con el general liberal Espartero, poniendo de este modo fin al conflicto. El acuerdo establecía una negociación para mantener los fueros en las provincias vascas y navarras, la integración de la oficialidad carlista en el ejército real.


El conflicto de las guerras carlistas tuvo importantes repercusiones:

1- La inclinación de la monarquía hacía el liberalismo

2- El protagonismo político de los militares

3- Los enormes gastos de guerra. Nueva monarquía liberal de Isabel II, condicionaron reformas

La aparición de los primeros partidos políticos


En el proceso de construcción del Estado liberal que tuvo ligar durante el reinado de Isabel II una pieza clave fueron los primeros partidos políticos. A comienzos de su reinado aparecen:

a)El Partido Moderado, cuyo espadón era el general Narvaéz, se apoyaba en los grupos sociales más conversadores. Defendía a ultranza la propiedad, el sufragio censitario y la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona.

b)El Partido Progresista, cuyo espadón era el general Espartero, defendían el principio de la soberanía sin límites y el predominio de las Cortes en el sistema político.

c)El Partido Demócrata, defendían el sufragio universal , la ampliación de las libertades públicas, la intervención del Estado en la enseñanza, la asistencia social y la fiscalidad

d)La Uníón Liberal, surgíó en 1854 como escisión de los moderados y atrajo a su seno a los grupos más conservadores del progresismo

La evolución política del reinado de Isabel II

El reinado de Isabel II se caracterizó por la alternancia en el gobierno de progresistas y moderados, en un clima de inestabilidad política acentuando por los continuos pronunciamientos militares.

A) Las Regencias de María Cristina y Espartero (1833-1843)

La primera década del reinado de Isabel II actúan como regentes, María Cristina (1833-1840), y el general Espartero liberalismo en España a nivel político con la promulgación de la Constitució del 1837 y económico con la abdicación del régimen señorial y la desamortización eclesiástica.


B)El reinado personal de Isabel II (1843-1868)

La mayoría de edad de Isabel II abríó una nueva etapa política caracterizada por el predominio de moderados.
En la década moderada (1844-1854), el régimen político dio un giro notable hacia posiciones conservadoras, que quedaron fijadas en la Constitución de 1845.

Los moderados solo estuvieron fuera del gobierno en dos ocasiones:

  1. Durante el bienio progresista (1854-1856)
    , se produjo la Vicalvarada (1854) protagonizado por el general O´Donell.

  2. Durante el gobierno centrista de la Uníón Liberal (1856-1863), lo más sobresaliente fue la política exterior con intervenciones militares como la guerra con Marruecos.

Proceso constitucional

El principal objetivo de la revolución liberal en lo político fue el desmantelamiento de la monarquía absolutista y la implantación de una parlamentaria constitucional. Ello se consiguió con el reinado de Isabel II.

a)
Estatuto Real de 1834, obra de Martínez de la Rosa, pretendía aceptar algunos derechos y libertades políticos sin aceptar el principio de Soberanía Nacional.

B) La Constitución de 1837 que proclamaba la Soberanía Nacional

C) La Constitución de 1845 que sustituía la Soberanía Nacional por la soberanía conjunta del rey y las Cortes

D)La Constitución de 1856Se elaboró durante el Bienio Progresista pero no llegó a ser promulgada

Conclusión

En conclusión, se introdujo una monarquía constitucional y una economía capitalista y hubo una nueva sociedad de clases.

Deja un comentario