15 Abr

El teatro español antes del 39

  1. El teatro que triunfa:


  2. Comedia burguesa de Jacinto Benavente: Jacinto Benavente terminó por aceptar los límites impuestos por el público y escribió obras que criticaban suavemente la clase burguesa, como Los intereses creados.

En 1922 se le concede el Premio Nobel, hecho muy criticado por los jóvenes escritores que lo consideraban conservador. Jacinto Benavente supo barrer los residuos del drama posromántico.

Destacó por su habilidad escénica, su ingenio y por la fluidez de su diálogos; aunque tiene ciertas caídas en el sentimentalismo y el lastre que su obra debe a los condicionamientos citados.

El teatro en verso: viene del modernismo, y sus principales representantes fueron Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina (En Flandes se ha puesto el sol). Dentro del teatro en verso cabe citar las obras escritas en colaboración por los hermanos Machado. La más conocida, La Lola se va a los puertos, trata sobre una bella “cantaora”, encarnación del alma andaluza, que más que una curiosa pervivencia del teatro modernista, interesantes más por sus  autores que por sus cualidades escénicas.

Teatro cómico: continuó la tradición del sainete y del género chico.


-Principales autores:

1. Carlos Arniches. Llevó a escena los tipos de ambientes y las costumbres de Madrid (El santo de la Isidra)
, e intentó una renovación del género en la comedia grotesca (La señorita de Trevélez).

2. Los hermanos Álvarez Quintero, que se inspiraron en motivos andaluces, mostrando así una Andalucía tópica y sin más problemas que los sentimentales.  Sobresalen sus sainetes y ciertas comedias (El genio alegre).

3. Pedro Muñoz. Inventó el género cómico llamada “astracán”, eran piezas descabelladas (La venganza de don Mendo)

El teatro que pretende innovar


Noventayochistas: Ramón María del Valle-Inclán.

A las tentativas renovadoras de los autores del 98 les acompaño un gran fracaso, pues ni el denso teatro ideológico de Unamuno (Fedra), ni los experimentos teatrales de Azorín (Lo invisible) eran aportaciones que pudieran triunfar.

Caso aparte fue Jacinto Grau, que triunfó en el extranjero a pesar de fracasar en España. Su obra maestra (El señor de Pigmalión). Jacinto Grau estaba por encima del teatro que triunfó en su tiempo en España por su originalidad y calidad lírica.

Ramón Gómez de la Serna, pionero del vanguardismo español, y escribió piezas distantes del teatro, la mayoría no se representaron (como Los medios seres, cuyos personajes aparecen con la mitad del cuerpo totalmente negro. Como símbolo de personalidad incompleta y parcialmente frustrada).


El dramaturgo más importante fue Ramón María del Valle-Inclán. Por debajo de su excentricidad bohemia se oculta un violento inconformismo y una entrega rigurosa a su trabajo.

La evolución del teatro de Valle-Inclán es similar a la que sigue en su obra narrativa, se manifestó en dos posturas estéticas distintas:

Modernismo: en sus primeras obras dramáticas (Comedias bárbaras) aparece el ambiente rural gallego y prevalece el esteticismo modernista (que ya apuntaban algunos rasgos  que preludian el esperpento).

El esperpento: es una deformación de la realidad para manifestar sus aspectos más absurdos, utilizando para ello: personajes grotescos o animalizados, situaciones con contrastes y usar un lenguaje deformado mediante arcaísmos, localismos y términos procedentes del hampa y del caló.

Valle-Inclán escribió obras teatrales esperpénticas como Luces de Bohemia y Divinas palabras.

Generación del


27: Federico García Lorca.

Hay tres facetas en la dramática de la generación del 27:

Una depuración del teatro poético.

La incorporación de las formas de vanguardia.

El propósito de acercar el teatro al pueblo.

Aparte de las incursiones teatrales de algunos representantes del Grupo Poético del 27 como Pedro Salinas, Rafael Alberti (obras surrealistas o de compromiso político), Miguel Hernández (teatro religioso, social y de combate) o .


Federico García Lorca, esta generación presenta dramaturgos puros como Alejandro Casona y Max Aub.

Alejandro Casona se reveló con el premio “Lope de Vega” otorgado, en 1934, a La sirena varada. Continuó con obras escritas en el exilio como La dama de alba, que es su mejor obra.

Destaca por la combinación de realidad y fantasía, aunque hoy nos lo alejan cierto amaneramiento estilístico y lo convencional de algunos personajes.

Max Aub, importante dramaturgo. El tema central de su obra es la incapacidad del hombre para comprenderse así mismo. Algunos títulos son Una botella, Narciso, No, etc. Creó un teatro noble, fuerte, renovador, pero no pudo ser conocido en su momento en España.

Federico García Lorca nos ofrece un teatro que estaba a la misma altura de su poesía y constituye una de las costumbres del teatro español y universal.

La temática profunda de su teatro es la frustración, el conflicto entre realidad y el deseo, frecuentemente encarnados en mujeres. Los personajes tienen una frustración en el plano metafísico o en el plano social.

En cuanto a sus ideas sobre el teatro, habló duramente del teatro al uso “en manos de empresas absolutamente comerciales” y despreció teatro en verso, el género histórico. Para él teatro es poesía y es también realidad; también piensa que las exigencias del teatro son comparables con su función educadora.

Lorca se nutrió de diversas tradiciones;
drama rural, los clásicos, el teatro de títeres, etc.  De ahí la variedad de subgéneros que cultivó: farsa, teatrillo de guiñol, el drama simbolista, el teatro surrealista.


En cuanto al estilo, mezcla el verso con la prosa. Sus dos primeras obras están escritas totalmente en verso. Poco a poco el lugar del verso va reduciéndose a momentos de especial intensidad, a escenas líricas o canciones populares. A medida que gana terreno la prosa, va creciendo el arte del diálogo.

Intenta tener un lenguaje popular, pero tenía muchos recursos literarios, tales como símbolos, metáforas, etc.

Hay tres divisiones del teatro lorquiano:

1.  Los tanteos o experiencias de los años 20: con obras como El maleficio de la mariposa (obra simbolista) o Mariana Pineda, su primer éxito; se trata de un drama histórico con resabios modernistas.

Siguen después varias farsas entre las que destacan La zapatera prodigiosa, sobre una joven hermosa casada con un zapatero viejo. Es una obra en la que mezcla el verso y la prosa, y que presenta un tema muy lorquiano: el mito de nuestra pura ilusión insatisfecha.

2.  La experiencia vanguardista de principios de los años 30: en estos años Lorca sufre una crisis vital y estética relacionada con su homosexualidad y con el surrealismo.

Escribe bajo este influjo obras como El público y Así que pasen cinco años.

3. La etapa de plenitud en sus últimos años: en esta etapa, conjuga el rigor estético con el alcance popular, que pertenecen principalmente a las tragedias y a los dramas:

-Bodas de sangre recoge la pasión amorosa entre un hombre y una mujer por encima de los odios familiares y de las normas sociales. Esta pasión desemboca en una tragedia colectiva.

-Yerma recoge la tragedia de una mujer que cifra todo su valor como persona en la maternidad pero no puede tener hijos.

-Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores nos presenta el tema de la espera inútil del amor asomándose a la situación de la mujer en la burguesía urbana y a la soltería de las señoritas de provincias, que se marchitan como las flores.

-La casa de Bernarda Alba presenta el conflicto entre el autoritarismo de Bernarda y el deseo de libertad de sus cinco hijas.

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