18 Jul

TEMA 5.EL SEXENIO REVOLUCIONARIO (1868-1874): INTENTOS DEMOCRATIZADORES. DE LA REVOLUCIÓN AL ENSAYO REPUBLICANO


1. LAS CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN

1.1. La crisis económica

Gran parte del reinado de Isabel II se caracterizó por una expansión económica que afectó a toda Europa. Pero en 1866 se inició una crisis económica que constituyó la primera gran crisis del sistema capitalista a nivel internacional. Se manifestó con una crisis financiera provocada por la bajada del valor de las acciones en Bolsa a raíz de la crisis de los ferrocarriles. La construcción de la red ferroviaria implicó una gran inversión en Bolsa, pero al comenzar la explotación de las líneas, su rendimiento económico fue bajo. Los inversores exigieron subvenciones al gobierno, pero éste carecía de fondos y le era imposible recurrir al préstamo. Esta crisis coincidíó con una crisis industrial en Cataluña pues la industria textil se abastecía del algodón importado de Estados Unidos y la Guerra de Secesión encarecíó su importación. Ello provocó una subida del precio del algodón y un descenso de la demanda de productos industriales. Además, comenzó una crisis de subsistencia a causa de las malas cosechas que dieron escasez de trigo y provocó la subida de precios y problemas sociales.

1.2. El deterioro político

A mediados de 1860, gran parte de la población española tenía motivos de descontento contra el sistema isabelino. En 1866, tras la revuelta de los sargentos del cuartel de San Gil, O’ Donnell fue apartado del gobierno por la reina y el Partido Moderado actuó con autoritarismo.

Ante la imposibilidad de acceder al poder, el Partido Progresista y el Partido Demócrata firmaron el Pacto de Ostende en 1867 para acabar con el moderantismo en el poder y con la monarquía isabelina. Dejaba la decisión sobre la nueva forma de gobierno en unas Cortes constituyentes elegidas por sufragio universal. Al pacto se adhirieron los unionistas en Noviembre de 1867 tras morir O’Donnell, lo cual fue fundamental para el triunfo de la revolución y para definir su carácter. Los unionistas liderados por Serrano aportaron altos mandos del ejército pero el carácter conservador y opuesto al cambio social contrarrestó el peso de los demócratas y redujo el levantamiento de 1868 a un pronunciamiento militar.

2. LA REVOLUCIÓN DE Septiembre DE 1868

2.1. La revolución del 68 y el Gobierno provisional

El 19 de Septiembre de 1868 tuvo lugar un alzamiento militar al mando del brigadier Topete. Prim y Serrano se reunieron con los sublevados y consiguieron apoyo popular. Las fuerzas populares formaron Juntas Revolucionarias que organizaron el levantamiento y realizaron demandas como el sufragio universal, el reparto de la propiedad y la proclamación de la república. El gobierno de la reina Isabel II se aprestó a defender el trono con armas. El 28 de Septiembre se libró una batalla que ganaron las fuerzas afines a la revolución, el gobierno dimitíó y la reina se exilió. Tras derrocar a la monarquía se nombró un Gobierno provisional.

 Serrano fue proclamado regente y Prim, presidente de un gobierno integrado por progresistas y unionistas que disolvíó las Juntas y desarmó a la Milicia. Además, promulgó decretos que atendían a algunas de las demandas de las Juntas como la libertad de imprenta y se convocaron elecciones a Cortes constituyentes como establecía el Pacto de Ostende.


2.2. La Constitución de 1869 y la regencia

La Constitución de 1869 fue la primera democrática de la historia de España y establecíó un amplio régimen de derechos

 y libertades como la libertad de enseñanza y la igualdad para obtener empleo. También proclamaba la soberanía nacional y la división de poderes. El poder legislativo residía en las Cortes, compuestas de un Congreso y un Senado; el gobierno poseía el poder ejecutivo y los tribunales, el judicial. El Estado se declaró monárquico. El podre del rey estaba limitado.

2.3. Política económica del Gobierno provisional

El Gobierno provisional reorientó la política económica. Se pretendía proteger los intereses económicos de la burguésía nacional y de los inversores extranjeros. Por ello la política económica se caracteriza por la defensa del librecambismo y la entrada del capital extranjero.

El ministro de Hacienda suprimíó la contribución de consumos, introdujo la contribución personal sobre la renta y se establecíó la peseta como unidad monetaria. El problema más grave era el estado de la Hacienda. Había una elevada deuda pública y la crisis de los ferrocarriles parecía tener solución utilizando recursos públicos para subvencionar a las compañías ferroviarias. Todo ello se pretendíó solucionar con la Ley de Minas de 1871 (venta de yacimientos mineros a compañías esencialmente extranjeras), que facilitaba la entrada de capitales exteriores. Con los ingresos obtenidos se devolvieron los préstamos.

La última gran acción fue la liberalización de los intercambios exteriores, aprobada en 1869 mediante la Ley de Bases Aranceles, que ponía fin al proteccionismo. Esta medida provocó la oposición de los industriales algodoneros catalanes, que veían peligrar su monopolio.

2.4. La frustración de las aspiraciones populares

La Constitución de 1869 frustró las reivindicaciones populares. La monarquía disgustó a los republicanos, el mantenimiento del culto y del clero desagradaba a los radicales y las desigualdades sociales no gustaba a campesinos, jornaleros y trabajadores de fábrica. Durante el Sexenio hubo conflictividad social pues el campesinado demandaba un reparto de tierras, las revueltas urbanas protestaban contra los consumos, las quintas y el aumento de precios y el movimiento obrero buscaba mejorar las condiciones salariales y de trabajo. La llegada de las ideas del anarquismo y marxismo abríó una nueva etapa y condujo a la organización del proletariado y del campesinado alrededor de nuevas organizaciones de clase.

3. FUERZAS POLÍTICAS: EL AUGE DEL REPUBLICANISMO

A partir de 1868 la política estuvo dominada por cuatro tendencias. En la derecha estaban los carlistas, que defendían la preeminencia del catolicismo y la monarquía tradicional y los moderados, que reclamaban la vuelta de Isabel II y tenían el apoyo de la burguésía agraria. Entre sus líderes destacaba Cánovas del Castillo.

En el centro estaba la conjunción monárquico-democrática que agrupaba a unionistas (Ríos Rosas), progresistas (Prim) y demócratas. Tenían apoyo de la burguésía financiera e industrial, las clases medias urbanas, sectores del ejército e intelectuales y profesionales liberales.

A la izquierda estaba el Partido Republicano Federal dirigido por Pi y Margall y Figueras. Propónían un sistema de pactos libremente establecidos entre los pueblos, defendían la separación de la Iglesia y el Estado, se opónían a la intervención del ejército en política, etc.


Tenían el apoyo de la pequeña burguésía, clases populares urbanas y parte del movimiento obrero y campesino. Existían dos tendencias:
benévolos e intransigentes.
Los primeros creían que las insurrecciones eran ilegales y que el federalismo debía establecerse “de arriba abajo”, impulsado por el gobierno. Los intransigentes apoyaban la insurrección, un Estado federal construido “de abajo arriba”. El auge del republicanismo fue debido al descontento popular por las reformas no llevadas a cabo, siendo el partido más preocupado por la mejora de las cuestiones sociales. Prim consiguió contenerlos con el ejército pero volvieron a producirse insurrecciones. En la izquierda también estaba el Partido Republicano Unitario dirigido por Castelar. Defendían una república unitaria y eran más conservadores.

4. EL REINADO DE AMADEO DE Saboyá (1871-1873)

La Constitución de 1869 establecía una monarquía democrática y Prim fue el encargado de imponer la candidatura de Amadeo de Saboyá, con una concepción democrática de la monarquía. Fue elegido rey de España por las Cortes en Noviembre de 1870.
Tres días antes de llegar al país, Prim, su principal defensor, fue asesinado.

Amadeo I contó con escasos apoyos. Satisfacía a algunos progresistas y unionistas, pero a él se opónían la aristocracia, el clero, la camarilla cortesana de Isabel II, una parte del ejército, el pueblo, moderados y carlistas. Los moderados continuaban fieles a los Borbones y propónían como rey a Alfonso, hijo de Isabel II. Cánovas fue captando a disidentes unionistas y progresistas y les convencíó de su pretensión. Contaban con el apoyo de la Iglesia y la élite del dinero. Por otro lado, los carlistas se habían reorganizado como fuerza política y en 1872 se sublevaron para sentar en el trono a Carlos VII. Los sectores republicanos y los grupos populares tampoco le brindaron su apoyo y en 1872 se produjeron insurrecciones a favor de la república que fueron reprimidas pero aumentaron la inestabilidad. Además, en 1868 se inició la guerra de Cuba para acabar con la esclavitud, lo cual acabó siendo un grave problema. La crisis final del reinado de Amadeo de Saboyá fue resultado de la desintegración de la coalición gubernamental.
Se convocaron tres elecciones y la oposición se abstenía como forma de presión política. En Febrero de 1873, Amadeo presentó su renuncia al trono y abandonó España5. LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1873-1874)
La Primera República española fue proclamada en las Cortes en Febrero de 1873 y el republicano federal Figueras fue elegido presidente.
Se enfrenta a graves problemas: una Hacienda exhausta, una incipiente guerra carlista en el norte, el problema de Cuba, y un Ejército inclinado al moderantismo. El resultado de las elecciones a Cortes dio el triunfo a los republicanos federales. Las nuevas Cortes proclamas La República Democrática Federal y se nombra presidente de la república a Pi y Margall.

Los federales se dividen en dos sectores: Benévoles e intransigentes.-Benévoles: consideraban el orden por encima de todo, sin revoluciones.(Organización del estado desde arriba)-Intransigentes: defendían la revolución desde abajo.(Organización del estado de abajo hacia arriba)

Se había proclamado una nueva constitución, la llamada Non Nata (ya que no entro en vigor). Por otra parte, la sublevación cantonal; se proclaman cantones independientes. En esta revolución cantonal confluyeron tres revoluciones distintas: la regionalista, la política y la social.

Pi y Margall viéndose desbordado por la revolución de los cantones dimite el 18 de Julio y le sucede Salmerón.
Este se limito a restablecer militarmente el orden y reprimir los movimientos obreros. Salmerón dimitíó porque no quiso firmar unas penas de muerte contra las revoluciones.

El 6 de Septiembre es elegido el nuevo presidente:

Castelar

Este se limitó a restablecer el orden. Este intento fue interrumpido por el Golpe de Estado del General Pavía, lo que puso fin a la Primera República.

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