03 Nov

1.2.1. Carácterísticas de las personas asertivas

Presenta una serie de pensamientos, emociones y conductas típicas:
-Se conoce a sí misma y es consciente de lo que siente y de lo que desea en cada momento.
-Se acepta, sin que ello dependa de sus logros ni de la aceptación de los demás.
-Sabe comprender y manejar adecuadamente sus sentimientos y los de los demás. No experimenta más ansiedad en sus relaciones interpersonales y es capaz de afrontar serenamente los conflictos, los fracasos.
-No exige las cosas que quiere, tampoco se autoengaña lo que no le importan.
-Acepta sus limitaciones y lucha con todas sus fuerzas por realizar sus posibilidades.
-Se mantiene fiel a sí misma y se siente responsable de su vida.
-Suele dar una imagen de persona congruente auténtica.

1.2.2. Consecuencias positivas de la asertividad e importancia de la misma

-Facilita la comunicación y minimiza la posibilidad de que los demás malinterpreten nuestros mensajes.
-Ayuda a mantener relaciones interpersonales más satisfactorias.
-Aumenta las posibilidades de conseguir lo que deseamos.
-Incrementa las satisfacciones y reduce las molestias.
-Mejora la autoestima.
-Favorece las emociones positivas.
-Los que se relacionan con la persona asertiva obtienen una comunicación clara y se sienten respetados.
La asertividad es un importante componente de lo que entendemos por salud mental, pues los individuos poco asertivos experimentan sentimientos de aislamiento, baja autoestima, depresión, temor y ansiedad en las situaciones interpersonales. Suelen sentirse rechazados por los demás.
1.3. Conductas no-asertivas: inhibición y agresividad
1.3.1. Inhibición
Es una forma de comportamiento no-asertivo caracterizado por la sumisión, la pasividad y la tendencia a adaptarse excesivamente a las reglas externas o a los deseos de los demás, sin tener en cuenta los propios intereses, sentimientos, opiniones y deseos.
Las personas inhibidas tienden a pensar, sentir y actuar de formas contraproducentes, como las siguientes:
-No expresan lo que sienten y quieren; esperan que los demás lo adivinen.
-No se atreven a rechazar peticiones o se sienten culpables al hacerlo.
-Se dejan dominar por los demás.
-Suelen callar o hablar con voz baja e insegura, mostrarse nerviosas y evitar el contacto ocular.
-Piensan que necesitan ser apreciadas por todos.
-No se atreven a defender sus derechos porque no se respetan lo suficiente a sí mismas.
1.3.1.1. Consecuencias negativas de la inhibición
-No son capaces de expresar sus pensamientos, opiniones y deseos. Juzgan la expresión de algunas emociones como el desagrado, la ira y, a veces, ni siquiera se permiten sentirlas.
-No reconocen sus cualidades o potencialidades. -Suelen tener relaciones personales insatisfactorias.
-Son víctimas de su falta de asertividad pero no se dan cuenta de ello. Justifican su pasividad y su temor con excusas.
-Se inclinan ante los deseos de los otros y encierran los suyos en su interior, sin tenerlos en cuenta. Su principal objetivo es apaciguar a los demás y evitar conflictos.
-Tienen problemas para relacionarse.
-Se sienten ofendidas por lo que los demás dicen o hacen.
-Su comportamiento sumiso suele atraer a personas dominantes.
-Experimentan habitualmente emociones desagradables.
1.3.1.2. Inhibición interna y externa
Diferenciar dos niveles: la persona que es capaz de ser asertiva pero no lo manifiesta externamente, porque las circunstancias así lo aconsejan, y el de la persona incapaz de ser asertiva. Esta última es inhibida tanto a nivel externo o de conducta observable, como a nivel interno.
La inhibición a nivel interno es siempre problemática, distorsiona la realidad y es consciente de los derechos asertivos y de nuestros verdaderos sentimientos, deseos y necesidades.
Conducta externa u observable, puede ser deseable en ciertas circunstancias.

1.3.2. Agresividad

Forma de conducta no-asertiva de carácter opuesto a la inhibición. No respetar los derechos, sentimientos e intereses de los demás y, en su forma más extrema, conductas como ofenderlos, provocarlos o atacarlos.
Carácterísticas de las personas agresivas:
-Pueden mostrarse seguras de sí mismas, sinceras y directas, pero de forma inadecuada.
-Expresan sus emociones y opiniones de forma exigente o amenazadora.
-Toman cualquier conflicto como un combate.
-Confían en la eficacia de la imposición o de la violencia para resolver conflictos.
-No se sienten responsables de las consecuencias negativas que tiene su comportamiento.
-Pueden sentirse bien en el momento en que se muestran hostiles.
-Suelen justificar su agresividad en nombre de la sinceridad y la congruencia, pensando que su comportamiento es deseable porque son sinceras, dicen lo que piensan.
Puede ser física o verbal. La verbal puede ser directa (amenazas) o indirecta (comentarios) y puede ir acompañada de gestos hostiles.
La conducta agresiva está relacionada con la ira. La ira excesiva y la agresividad suelen ser resultado de la falta de asertividad, es decir, de no saber defender nuestros derechos de forma adecuada.
Problemas derivados de la agresividad
-Alteraciones emocionales.

La persona agredida experimenta sentimientos de frustración pudiendo llegar a sufrir déficits de autoestima.

-Deterioro o pérdida de relaciones interpersonales

Quienes conviven con personas agresivas tienden a odiarlas o alejarse de ellas. Las relaciones que más se resienten son: pareja, hijos.

-Problemas laborales

El ámbito laboral suele generar conflictos. Se deterioran las relaciones interpersonales y se interfiere con el rendimiento.

-Problemas de salud física

La agresividad y la ira pueden facilitar o empeorar ciertos trastornos.

-Violencia

Los comportamientos agresivos, en su forma más extrema, dan lugar a diferentes tipos de violencia, al maltrato familiar.
1.3.3.1. Inhibición y agresividad al afrontar conflictos
En nuestra convivencia con los demás se producen conflictos frecuentes. Ante ellos, reaccionar en forma inhibida, agresiva o asertiva.
La conducta inhibida se denomina actitud «ganas pierdo», ya que quien la mantiene antepone las necesidades de los demás a las propias. La conducta agresiva corresponde a la llamada actitud «gano pierdes», porque quien la emite sólo tiene en cuenta los propios deseos. Ambas son problemáticas a largo plazo.
La asertividad corresponde a una actitud «gano ganas», en la que la persona procura conseguir sus objetivos y defender sus intereses pero, a la vez, respeta y tiene en cuenta los intereses de los demás.
La persona psicológicamente sana es aquella capaz de mantener, una actitud positiva hacia sí misma y hacia los demás; mientras que la insana es la que se relaciona con los demás de forma agresiva o de forma sumisa.
El comportamiento pasivo agresivo es el que tiende a molestar o hacer daño al otro, pero en forma indirecta y disimulada. Suele ser consecuencia de la falta de habilidad para afrontar los conflictos.
Las personas pasivo agresivas suelen mostrarse inhibidas a nivel externo, pero tienen resentimiento y hostilidad en su interior. Al no saber canalizar sus sentimientos, usan métodos indirectos como la ironía o el sarcasmo. Pretenden que la otra persona se sintiera mal, sin que ellos parezcan responsables.

1.4. Cómo aprendemos las conductas no-asertivas

Lo natural en un ser humano mentalmente sano es ser asertivo; suele perderse durante el proceso de socialización.

1.4.1 La adaptación excesiva a lo que los demás esperan de nosotros

En la niñez, somos incapaces de valernos por nosotros mismos y precisamos la aceptación y el apoyo de los demás. Esta dependencia, unida a la necesidad de adquirir pautas de comportamiento que nos permitan sobrevivir y convivir con los otros, nos lleva a adoptar formas de pensar, que nos inculcan otras personas.

1.4.2. Los premios y castigo

En el aprendizaje de las conductas no-asertivas tienen un papel importante los premios o refuerzos positivos, que favorecen el afianzamiento de la conducta a la que se asocian, y los castigos, que disminuyen la probabilidad de que se repita la conducta a la que se aplican.
El comportamiento agresivo es reforzado en ocasiones porque permite obtener ventajas a corto plazo, aunque a largo plazo.
El comportamiento inhibido se refuerza con frecuencia, los padres y profesores suelen elogiar a los niños obedientes, quietos y callados.

1.4.3. La observación del comportamiento de otras personas

Los niños aprenden a imitar comportamientos inhibidos o agresivos que observan en sus padres, profesores y compañeros, o personajes de la televisión.

1.4.4. Las normas culturales y las creencias irracionales

Norma cultural que favorece la inhibición es la que mantienen algunos grupos sociales al considerar que las mujeres, no deben trabajar fuera de casa, por lo que no pueden tener una independencia económica.
En cuanto a las creencias irracionales que nos impiden ser asertivos, aprendidas en el proceso de socialización, podemos destacar dos de ellas: las y la minimización-racionalización, que es la tendencia a negar nuestros legítimos derechos y preferencias.

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