30 Ago

PAREJAS DE NOCIONES DE Ortega Y Gasset


VIDA Y CULTURA


Ortega armoniza vida y cultura, nociones a menudo enfrentadas. El Racionalismo y el relativismo han cometido el error al oponer o subordinar una noción a la otra: el Racionalismo niega valor y sentido a la vitalidad por considerarla inferior a la cultura, mientras que el relativismo desconfía de los valores objetivos y universales de la cultura por afirmar y destacar los elementos más propiamente irracionales de la vitalidad. /Ortega, influido por Schopenhauer y Nietzsche, es sensible a la corriente vitalista, y propone su raciovitalismo como intento de superar teorías ya agotadas. Para Ortega, el tema de nuestro tiempo es convertir la razón pura, abstracta, en razón vital. Para Ortega la cultura es como nadar, como agitar los brazos en el mar sin fondo de nuestra existencia con el fin de no hundirnos. La cultura es todo aquello que el hombre hace, para sobrenadar en la vida, intentando comprenderla, creando algún valor en ella. Ahora bien, si la cultura puede salvar al hombre, también nos dice Ortega que esa salvación no debe ser, por otro lado, “excesiva”, porque el hombre también puede perderse en su propia riqueza y su propia cultura puede acabar por ahogarle. El pensamiento, la ciencia, la filosofía, por ejemplo, debieran ayudarnos a vivir una vida más plena, en vez de entorpecer la vida. No vivimos para conocer, para tener cultura; sabemos y comprendemos para vivir. La noción de cultura es inseparable de su idea de la vida. La vida es, ante todo, la realidad radical, porque en ella radican todas las demás realidades. Y la vida es siempre mi vida, la vida de cada uno. Ortega dice que la vida es algo que tenemos que hacer, que no está hecho ni determinado de antemano; por eso mismo es problema, inseguridad, naufragio. La vida se desarrolla en el tiempo y en la historia y se va haciendo mientras vamos eligiendo lo que queremos ser. Toda vida humana es drama y es biografía: peculiaridad, cambio, desarrollo, historia. La vida es lo que hacemos y lo que nos pasa. La vida es quehacer, porque el ser humano es un proyecto en medio de unas determinadas circunstancias. “Yo soy yo y mi circunstancia” (por circunstancia entiende Ortega todo aquello con lo que me encuentro, incluso mi cuerpo y mi psique). Vivir es estar en el mundo, actuar en él, estar haciendo algo con las cosas. Pero vivir es también convivir, pues una vida plena no se da sin los otros, sin la responsabilidad en el más amplio sentido. “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”. La vida misma es esa razón vital, porque “vivir es no tener más remedio que razonar ante la inexorable circunstancia”. Vida y pensamiento, vida y cultura quedan armonizadas en esta filosofía que siempre creyó en el valor de la razón y siempre quiso estar cerca de la vida y atenta a ella.

REALIDAD Y PERSPECTIVA

La realidad que intentamos conocer, igual que la realidad del yo, no se da separada de la vida. La vida es para Ortega la realidad radical en la que se fundan todas las demás realidades. Eso significa que es la realidad en la que radican todas las demás realidades, pues todas ellas, efectivas o presuntas, aparecen de un modo u otro en mi vida. La realidad como tal se constituye en mi vida y a esta vida mía hay que referir toda realidad, aunque pueda trascender o ir más allá de mi propia vida (por ejemplo en el caso o en el supuesto de Dios)./La realidad está íntimamente ligada en Ortega a la noción de perspectiva.
Ortega rechaza la concepción de la realidad tanto del Realismo como del idealismo, tanto del Racionalismo como del relativismo y subjetivismo. El Realismo supone una realidad completamente al margen de la conciencia; el idealismo, todo lo contrario. El Racionalismo cree que la realidad puede penetrar en el sujeto sin la menor deformación; el relativismo, en cambio, considera problemático o imposible el conocimiento: al conocer deformamos la realidad, la interpretamos cada uno a nuestro modo. Frente a estas concepciones, entiende Ortega que el sujeto del conocimiento ni es un medio transparente ni deforma la realidad al conocerla. El sujeto selecciona la realidad, percibe una parte de ella. Aparece así la noción de perspectiva que, lejos de ser la deformación o falsificación de la realidad, es para Ortega la única manera de acceder a ella y conocerla, pues la realidad sólo puede ser vista y conocida siempre bajo una determinada perspectiva, desde un determinado punto de vista. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad, es su organización. El conocimiento absoluto, la visión desde la eternidad, es para Ortega ficticio y abstracto, alejado de lo que verdaderamente sucede, ya que todo conocimiento lo es de un individuo, de un grupo, de una sociedad, de una época o un momento histórico./El perspectivismo supone aceptar la dimensión histórica de la vida y por eso dice Ortega que la razón pura tiene que ser sustituida por una razón vital afirmando el valor único, personal e insustituible de cada mirada que se lanza sobre el mundo, pero sin negar el conocimiento. Cada vida es un punto de vista sobre el universo. Lo que uno ve no puede verlo otro: todos somos necesarios en la búsqueda de la verdad. Por otra parte, se puede considerar la verdad absoluta como la suma de todas las perspectivas, y esto es precisamente lo que Ortega atribuye a Dios. /El ser del mundo, dice Ortega, no es conciencia ni materia, sino perspectiva. La perspectiva es condición del conocimiento de la realidad, ya que ésta sólo se nos presenta desde distintos puntos de vista, que necesitan integrarse. La perspectiva no aspira en modo alguno a absolutizar el mundo, que es precisamente una

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