06 Mar

En la España del Siglo XX se conocían los movimientos de renovación del teatro europeo, pero era imposible adaptarlos por la reticencia de los autores, de empresarios y del público burgués. Había mucho teatro, pero de escasa calidad y nada original. El auge de la narrativa o de la lírica no encuentra correlato hasta los 20-30 con los teatros renovadores de Valle Inclán y Lorca. El teatro se suele dividir entre el teatro triunfante y el teatro innovador. 

El teatro triunfante se difunde a través de tres corrientes: El drama ROMántico, la comedia burguesa y el teatro cómico.  
La comedia burguesa, llamada así por su principal dramaturgo, Jacinto Benavente se caracteriza por sus ambientes de alta burguésía o campesinado acomodado. Es un teatro que no ahonda en las preocupaciones o los prejuicios burgueses, los cuales trata con cierta moralina, ironía. La primera obra de J. Benavente, El nido ajeno fue bien recibida por los intelectuales, pero mal por la burguésía. Benavente optó por acomodarse a los gustos mayoritarios. Su mejor obra es “Los intereses creados” de 1907, comedia con influencias italianas. 
Junto a la comedia burguesa, nos encontramos con el teatro poético y el teatro cómico. El drama ROMántico es una continuación del teatro decimonónico de Echegaray, que no alcanza la altura de la poesía modernista. Se queda más bien en un Romanticismo decadente mezclado con efectos coloristas y sonoridad del Modernismo. Destacan Eduardo Marquina con “En Flandes se ha puesto el Sol” y Villaespesa. En el teatro cómico destacan
Carlos Arniches quien cultiva el sainete de costumbres populares madrileñas con jerga y temática estereotipada sobre celos, honor, poder, etc. Destaca aquí su obra “La señorita de TréVélez”. También destaca Pedro Muñoz Seca, creador del astracán, con La Venganza de don Mendo.  
El teatro innovador es un teatro minoritario. Sus principales autores son Valle Inclán y Federico García Lorca. La obra de Lorca supone un intento constante de depuración. Muestra un concepto renovador del arte escénico que lo convierte en el dramaturgo español más conocido. Su teatro parte de tres principios: depurar el teatro poético, incorporar las tendencias vanguardistas y acercar el teatro al pueblo. La mujer es la protagonista del teatro lorquiano. Destacan: “Bodas de sangre”, “Yerna”. 
Junto a Lorca, nos encontramos con el teatro de Valle Inclán. Inicia su producción teatral con dramas decadentes próximos al Modernismo para continuar con su teatro en libertad. 
Empieza con los dramas del ciclo mítico y le siguen las farsas. Entre el ciclo mítico, destacan “Las Comedias bárbaras”. En las farsas rompe con la realidad incluyendo técnicas cinematográficas. Su última etapa, el esperpento, es la más lograda. Aquí sobresalen “Divinas palabras” y “Luces de Bohemia” ambas del 1902. El esperpento entronca con el teatro expresionista europeo. Valle deforma la realidad, los personajes y el lenguaje para contemplar la deformación de la España de la época.  
A finales la Guerra Civil Española, nuestro teatro se encuentra con graves problemas: el agravamiento de los condicionantes comerciales del género teatral, la crisis económica hace que solamente los más poderosos pueden asistir a las representaciones y la censura impide todo contenido político crítico en las obras. Por otra parte, se produce un corte con respecto a lo que había sido el teatro con anterioridad a las Guerra, debido a la muerte de algunos de los grandes maestros (Valle-Inclán, Unamuno y Lorca) o al exilio de otros (Max Aub, etc). Esta ruptura se produce con las tendencias más innovadoras, mientras que el teatro comercial continúa en su misma línea, ya que no supone un peligro para nadie.  
1.EL TEATRO DE POSGUERRA (años 40 y primera mitad de los 50). 
En este periodo nos encontramos con tres tendencias principales:  

1.1Teatro de “continuidad sin ruptura”


Continúa la comedia de salón al estilo de Jacinto Benavente. Teatro convencional y conservador. Ideológicamente se caracterizan por la defensa de los valores tradicionales: Dios, patria y familia. Destacan José Mª Pemán, Joaquín Calvo Sotelo. 

1.2Teatro cómico:


Es un teatro que busca renovar la risa, intentando provocarla mediante situaciones, personajes, argumentos y un lenguaje. Esta forma de hacer teatro había sido iniciada antes de la Guerra por Jardiel Poncela y se continúa ahora con este mismo autor, al que se añade Miguel Mihura, autor que anticipó lo que será el teatro del absurdo. Su principal obra es “Tres sombreros de copa”. Critica la falsedad de la moral burguesa y parodia y caricaturiza las costumbres y formalismos de la época.

1.3Teatro existencial:


Llamamos así a un conjunto de obras que pretenden representar los conflictos existenciales del ser humano. Junto a esto aparecen las preocupaciones sociales. Debemos considerar dos posturas dentro de esta tendencia:


Teatro posibilista, representado por Antonio Buero Vallejo e iniciado en el año 1949 con “Historia de una escalera”. Este teatro la denuncia social de una forma indirecta para burlar la censura del momento.


Teatro radical, que ejerce la denuncia política directamente. El mejor representante es Alfonso Sastre y se inicia a partir del año 1953 con “Escuadra hacia la muerte”.

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