01 Jun

la dictadura del proletariado para desmontar el sistema capitalista y la creación de una sociedad sin clases.En 1888 se fundó la UGT en el Congreso Obrero de Barcelona. Además, en 1890 se celebró por primera vez el primero de Mayo, con pequeñas manifestaciones.

El movimiento anarquista fue el más influyente, introducido por Giuseppe Fanelli. Se centró en la captación de seguidores y la acción terrorista, pretendían la destrucción del estado. Sus mayores focos de influencia fueron el campesinado andaluz y los obreros de las fábricas textiles catalanas. La organización anarquista Mano Negra sembró el terror en Andalucía en la década de 1880, Cánovas fue asesinado por un anarquista y en Barcelona el atentado de 1896 contra la procesión del Corpus dio lugar a un proceso que acabó con la ejecución de varios acusados.

En algunas regiones se crearon movimientos regionalistas y nacionalistas que aspiraban a que se les reconociera cierta autonomía política.
Esto ocurríó en Cataluña, País Vasco y, en menor medida, Galicia, Valencia y Andalucía. En Cataluña tiene su origen en el movimiento de recuperación de la lengua y la cultura catalana a partir de 1830 con la Renaixença, en el republicanismo federal, el carlismo y en la demanda de proteccionismo económico. Había dos corrientes: la conservadora, asociada a la Iglesia, y la federalista. Formaron la Uníó Catalana y publicaron en 1892 las Bases de Manresa, reclamando una amplia autonomía. En 1901 se creó la Lliga Regionalista con Prat de la Riva y Cambó, con un programa conservador. En País Vasco surgíó en el entorno agrario, tras la pérdida de los fueros tradicionales, un fuerte movimiento foralista que reivindicaba el retorno al antiguo ordenamiento jurídico. Sabino Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895, con valores católicos, reivindicación de la raza, y aspiración a la independencia. La burguésía optó por apoyar el modelo canovista y la clase obrera relacionaba el nacionalismo con los sectores más tradicionalistas. El galleguismo no tuvo importancia política, el caso valencianose caracteriza por el deseo de recuperar la lengua propia de los valencianos y el nacionalismo andaluz se vio reflejado por la Asamblea Federal de Antequera (1883), sin mayores efectos.

3. La crisis de 1898 y la liquidación del Imperio colonial


La crisis empieza con la guerra en Cuba y Filipinas. La política española en Cuba se caracterizaba por los fuertes aranceles proteccionistas que dificultaban el intercambio comercial con EEUU, por lo que Cuba dependía económicamente de España. La única reforma real fue la abolición de la esclavitud en 1886. El presidente estadounidense Mckinley amenazó con cerrar las puertas a productos cubanos como azúcar o tabaco si no se retiraban los aranceles. En 1892, José Martí funda el Partido Revolucionario Cubano, con lo que comienza la revuelta en la parte oriental. El gobierno español reacciónó mandando un ejército al mando de Martínez Campos, sustituido luego por Weyler, que acabó con la insurrección a la fuerza. Esto provocó gran mortalidad y destrucción del ferrocarril y las plantaciones, y la economía se resintió. Tras la muerte en 1897 de Cánovas, el gobierno liberal de Sagasta optó por la conciliación y concedíó a Cuba y Puerto Rico gobiernos autonómicos. Pero los independentistas, que contaban ya con ayuda de EEUU, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades. Junto con la  insurrección cubana, encontramos la de filipinas, donde la presencia española es más débil y los insurrectos pactaron en poco tiempo. La intervención de EEUU, excusada por el hundimiento del Maine, fue crucial para el desenlace. En 1898 derrotó al ejército español en Santiago de Cuba y en Cavite, Filipinas. Todo terminó con la Paz de París, en la que España entrega Puerto Rico y Filipinas a EEUU y otorga la independencia a Cuba.

Las consecuencias inmediatas del desastre fueron menos graves de lo esperado, pues no hubo crisis económica a pesar de la perdida de los mercados coloniales. Se produjo una reinversión de capitales repatriados y descendíó la deuda pública. Fue una crisis moral e ideológica. Se tomó conciencia de la incapacidad del gobierno dinástico y se produjo un auge de los movimientos nacionalistas catalán y vasco. A partir de la crisis colonial, surgieron los movimientos regeneracionistas, que propónían una modernización del sistema político español, donde destaca Joaquín Costa como principal impulsor. Propugna dejar atrás los mitos del pasado glorioso, la modernización de la economía y la sociedad y alfabetizar la población. Debía desmantelarse el sistema caciquil y existir una transparencia electoral.



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