29 Ago
1. CONCEPTO Y ORÍGENES DEL Realismo
A mediados del XIX predominan ya en los medios artísticos los principios estéticos del Realismo. Se conoce con este nombre al movimiento cultural carácterístico de una sociedad burguesa a la que no agradaban en principio las fantasías idealistas ROMánticas y que viene determinado por una serie de circunstancias histórico-sociales:
1.1. CONTEXTO HISTÓRICO EUROPEO
Como continuación de los procesos de industrialización ocurridos en la primera mitad del siglo, la Europa posterior a 1848 se caracteriza por un rápido crecimiento demográfico, por la expansión económica, por la intensificación del comercio y por un notable progreso técnico. Todo ello está presidido por la consolidación del poder de la burguésía, la cual deriva hacia posiciones conservadoras por la necesidad de defender sus nuevos privilegios frente a las crecientes presiones del proletariado (1864, Primera Internacional de Trabajadores). Esta tensión social explica la aparición de gobiernos autoritarios y de inspiración conservadora: Napoleón III en Francia, el gobierno de Bismarck (artífice de la unificación alemana) y el largo período de la reina Victoria en Inglaterra.
La filosofía propia de la sociedad burguesa decimonónica es el positivismo, para el que no existe otra realidad que los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico de esos hechos. La observación rigurosa y la experiencia son los instrumentos básicos de la filosofía positivista (Comte). Claude Bernard expone el nuevo método experimental:
Observación
hipótesis-experimentación, en su Introducción a la medicina experimental. Este nuevo método de investigación caracterizará al evolucionismo de Darwin y su Origen de las especies o a las leyes de la herencia biológica de Mendel. Asimismo, el pensamiento político se empapará de esta nueva filosofía y, en El capital, Karl Marx estudia sistemáticamente la sociedad capitalista, a la que sujeta también a unas leyes específicas, donde el motor del desarrollo histórico es la lucha de las clases sociales.
Todo ello tendrá una gran repercusión en el terreno literario, pues, en muchos casos, el novelista pretenderá una observación rigurosa de la realidad, semejante a la del científico experimental.
1.2. CONTEXTO HISTÓRICO ESPAÑOL
Los mismos procesos que se dan en el resto de Europa se producen en España con cierto retraso: la población crece rápidamente, la industrialización es más lenta y se circunscribe a Cataluña y al País Vasco.
La segunda mitad del Siglo XIX es una época de graves problemas sociales y fuertes tensiones políticas. Hasta 1868, la política responde a un signo liberal moderado o conservador. La revolución de 68 («La Gloriosa»), que destrona a Isabel II, supone la victoria de la burguésía progresista, de modo que la Constitución del 69 proclama amplias libertades. En 1875, la Restauración cerró aquella etapa: marginó a las tendencias extremas y otorgó el gobierno, alternativamente, a los partidos dinásticos: conservadores y progresistas.
2. CarácterÍSTICAS DEL Realismo
Cuando la burguésía ascendente se instala en el poder, la novela realista se convierte en la creación artística más importante, como expresión del espíritu nada ROMántico de la nueva generación. Esta nueva literatura trata de frenar la libertad ROMántica presentando la vida tal como es. Comprobemos esto último en los siguientes rasgos generales de la literatura realista:
1. Observación y descripción precisa de la realidad. Lo que caracteriza al nuevo estilo narrativo es el arte de copiar la naturaleza tal como se presenta. Este interés por la observación de la realidad es paralelo a los métodos de observación carácterísticos de las ciencias experimentales. Para ello, los escritores llegan a documentarse sobre el terreno, de ahí también que los personajes estén caracterizados puntillosamente en sus dimensiones externa e interna.
2. Ubicación próxima de los hechos. Frente a la evasión espacio-temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben sobre lo que conocen, por lo que tienden a situar sus obras en lugares próximos y en el momento presente. La mirada se desplaza a lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía, al tiempo que controlan los excesos del sentimentalismo. Los realistas escriben para el único público posible: la burguésía, que rechaza ya lo idealista. La burguésía se convertirá, en consecuencia, en protagonista de esta novela.
3. Frecuente propósito de crítica social y política. En estas novelas tenemos siempre un individuo problemático que aspira a conseguir unos valores auténticos, pero que se encuentra con una sociedad degradada que le imposibilita encontrarlos. A pesar de todo, en los escritores realistas se encuentra, por encima de cualquier otro rasgo, la confianza en la perfección del sistema, de ahí que condenen toda solución que implique una ruptura con la sociedad.
4. Predilección por la novela. El género literario por excelencia fue la novela, que alcanzó un auge inusitado. Las disputas sociales, junto con el desarrollo de la prensa, son fundamentales para explicar su éxito. Según los realistas, la prosa narrativa era el género más adecuado para reflejar la realidad en su totalidad. En definitiva, los rasgos de la novela realista son: verosimilitud (las historias son como fragmentos de la realidad); personajes individuales que se relacionan problemáticamente con su mundo, o bien grupos sociales completos que permiten al novelista dar una visión global de la sociedad contemporánea, dando lugar a la novela psicológica o a la novela de ambientación social; un narrador omnisciente, donde el narrador maneja por completo los hilos del relato, lo que no es en absoluto incompatible con fingir una actitud de objetividad propia de un simple cronista; didactismo (dando una lección moral o social). Esto sucede, sobre todo, en las llamadas novelas de tesis, en las que el escritor desea demostrar una idea general a la que quedan subordinados el argumento y los personajes de la obra; estructura lineal; descripciones minuciosas, con obsesión por el dato exacto típico del positivismo; estilo sencillo y sobrio. Los realistas no sólo abandonan los temas legendarios del Romanticismo, sino que también rechazan su pomposa retórica. El ideal del estilo es la claridad y la exactitud, por lo que el lenguaje se adapta a la índole de los personajes, como corresponde al deseo de acercar la labor del escritor a la del científico. En cuanto a la técnica narrativa, además de la narración tradicional y del estilo indirecto, destacan el estilo indirecto libre (se refleja el pensamiento del personaje sin abandonar la 3ª persona del narrador y sin que sea introducido por verbos de “decir”) y el monólogo interior (el personaje expresa su pensamiento íntimo, antes de toda organización lógica).
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