22 Ago

I.- LA CRISIS DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA EN EL Siglo XVII


AUSTRIAS MENORES: Felipe III, Felipe IV, Carlos II


La Monarquía Hispánica fue durante el Siglo XVI la mayor potencia de Europa. Durante los llamados Austrias mayores (Carlos I y Felipe II) alcanzó el apogeo de su influencia y poder; mientras que los reinados de los llamados Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), coincidentes con lo mejor del Siglo de Oro de las artes y las letras, significaron lo que se conoce como «decadencia española»: la pérdida de la hegemonía europea y una profunda crisis económica y social.

Los tres últimos Austrias españoles son designados con el nombre de Austrias menores para indicar que no tuvieron el brillo de los dos primeros ni sus dotes de mando.  Los tres se hallaban no sólo españolizados sino castellanizados, pero siguieron considerando como deberes primordiales conservar íntegra la herencia territorial que habían recibido y prestar ayuda a la Iglesia católica. En este aspecto siguieron fieles a las directrices básicas trazadas por Carlos I y Felipe II, a pesar del declive del poder español.              

            A mediados del Siglo XVII el poder marítimo de la Casa de Austria sufríó un largo declive con derrotas sucesivas frente a las Provincias Unidas y después Inglaterra. En el continente europeo se involucraron en defensa de sus parientes de Viena en la vasta Guerra de los Treinta Años, que aunque comenzó con buenas perspectivas para las armas españolas, terminó catastróficamente tras la crisis de 1640, con la sublevación simultánea de Portugal (que se separó definitivamente), Cataluña y Nápoles. En la segunda mitad del Siglo XVII los españoles fueron sustituidos en la hegemonía europea por la Francia de Luis XIV.

           Reinarán a lo largo del Siglo XVII, un siglo que en general va a suponer un ciclo de crisis social,  económica y política (pérdidas poblacionales, invasión de la peste atlántica, expulsión de los moriscos, hambrunas; ruina y endeudamiento de los pequeños campesinos; aumento de las propiedades de nobleza e Iglesia; descenso de la productividad, endeudamiento de la hacienda pública, etc.).

I.1.- Felipe III. (1598-1621)


 

            Este reinado se enmarca en lo que se considera por unos como una primera fase de la gran depresión. El crecimiento demográfico sufríó un retroceso por dos hechos, la extensión de la gran Peste Atlántica que durante cinco años recorríó casi toda la península, y la expulsión de los moriscos que castigó las zonas donde el contagio de la peste había sido menor.

             Otro factor fue  el carácter del monarca, no desprovisto de inteligencia pero sí de energía y de interés por las tareas de gobierno. La falta de autoridad del monarca fue llenada por las camarillas palatinas, de las que saldría don Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma.
El favorito actuaría como enlace entre el rey y los consejos, tomando todas las decisiones de gobierno, el valido.
 

            Frente a  estos hechos destacar que el comercio con Indias se manténía a niveles elevados en volumen de tráfico de metales preciosos, la recesión no se hizo patente hasta los años finales del reinado. 

           Con el descenso de la actividad bélica, cuya intensidad y gastos excesivos habían conducido a Castilla a la crisis económica, se abre un periodo de paz para la monarquía hispánica:

    – Mejoran las relaciones con Francia, contribuyendo a ello los compromisos matrimoniales de Isabel con Felipe IV y Ana de Austria con Luis XIII. Firma de la paz de Vervins.

    – Se firma el Tratado de Londres con Inglaterra, con Jacobo I.

  – Firma de la Tregua de los Doce Años con Holanda (1609), con el reconocimiento de los Archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia como monarcas en los Países Bajos. 

   Pero a finales del reinado estalla la Guerra de los Treinta años en Europa, España participará apoyando a los Habsburgo de Austria, por solidaridad dinástica, por motivos religiosos y también  porque no podía desentenderse de un problema de tal calibre en Centroeuropa. Mientras, la recesión económica se acentuaba, la mala administración de la Corte acentuaba los problemas financieros, se incrementaba el descenso demográfico…  


I.2.- Felipe IV Y EL CONDE-DUQUE DE OLIVARES


            La investigación reciente ha modificado la imagen tradicional de Felipe IV, imagen de un rey amante de la caza, el teatro, las mujeres,  pero que no abandonó totalmente los asuntos públicos. Fue un rey de una gran cultura, que quiso aprender todas las lenguas que se usaban en sus reinos y que estuvo dotado de gran sensibilidad artística. Su valido fue Don Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares quien se propuso como meta  recuperar la grandeza de la monarquía, reforzando su poder y afirmando la uníón entre sus partes sin darse cuenta de las dificultades que encarnaba. 

            En política interior intentó reformar la administración y volver al esplendor que él consideraba se había perdido, a través de varios proyectos:

            – El Gran Memorial que consistía en reformas administrativas, socioeconómicas, financieras,  (moralizar la administración, procurar el aumento de población, reducción de los gastos suntuarios, supresión de las mancebías, limitación en las pruebas de limpieza de sangre, etc. Etc.).

            – La Uníón de Armas que consistía en que todos los reinos de la monarquía contribuyesen con dinero y con hombres a su defensa (un ejército común), a cambio se ofrecía la posibilidad de ocupar cargos en la administración del Estado a súbditos de los otros reinos.

            Pero estas reformas, sobre todo el proyecto de Uníón de Armas, se convirtieron en una amenaza de ruptura de la monarquía. Supusieron un choque frontal contra los intereses de la nobleza y los reinos de la Corona de Aragón, Portugal y Andalucía generando  la  crisis de 1640, que además coincidía con la participación en la guerra europea y el agravamiento de los problemas financieros.

            La política exterior acabó por imponerse a las reformas internas:

            – Finaliza el periodo relativamente pacífico del reinado anterior con la participación en la Guerra de los 30 años en la que España apoya a la rama familiar de los Habsburgo de Austria.

            – Fin de la Tregua de los Doce años en los Países Bajos, enfrentamiento con Holanda. Triunfos de la coalición austro española, en una primera fase. Derrotas austro españolas tras la alianza Holanda-Francia.

            – Firma de la Paz de Westfalia: fin de la guerra con Holanda, reconocida independiente (aliada).

            – Continúa la guerra contra Francia, aliada con Inglaterra. Tras las derrotas españolas se firma la Paz de los Pirineos:   – la frontera queda situada en los Pirineos, pérdida del Rosellón y la Cerdaña;

                                     – Concesiones territoriales a Francia e Inglaterra.

                                     – Concesiones comerciales con América para Francia e Inglaterra.

–                                    – España pasa a ser una potencia de segundo orden.

                                    – Matrimonio de Luis XIV de Francia con Mª Teresa, hija de Felipe IV.

            Las necesidades de la guerra provocaron que se siguieran haciendo desde acuñaciones de vellón para cubrir el déficit hasta las sucesivas bancarrotas que puso en fuera de juego a muchos colaboradores de la monarquía. Todo llevó a la gran crisis de 1640. 

CRISIS DE 1640


Provocada por la insatisfacción ante la política autoritaria y las medidas unificadoras del Conde-Duque y la participación en la guerra europea, fue una reacción en cadena de los reinos de la monarquía:

  • Andalucía: revueltas populares ante la crisis y  las hambrunas. Fueron sofocadas
  • Aragón, Sicilia, Nápoles: revueltas ante la subida de impuestos
  • Cataluña: rechazo al proyecto de la Uníón de Armas por las Cortes catalanas, se niegan a la cooperación militar pedida por Felipe IV. Como represalia Cataluña se convierte en zona de paso para los soldados (descontento de los campesinos catalanes por los destrozos y la manutención de los soldados; de la población urbana por las cargas impositivas por la guerra). Enfrentamiento  directo con las tropas de Felipe IV, Corpus de Sangre, de los campesinos y artesanos, en Barcelona con el apoyo de las autoridades (Pau Claris, al frente de la Generalitat) y la burguésía. Las autoridades se ponen en contacto con agentes de Richelieu, (Luis XIII) pidiendo ayuda y reconociendo como rey al monarca francés. Las tropas francesas provocan el mismo descontento entre la población catalana, además el estado francés posee una centralización aún mayor que el de la monarquía hispánica. Don Juan José de Austria derrota a los franceses y Cataluña se incorpora de nuevo a la monarquía hispánica.
  • Portugal, ante los continuos ataques al comercio por franceses, ingleses y holandeses. El descontento con los proyectos del conde-duque es generalizado, revueltas populares apoyadas por nobleza y clero, dirigidos por el duque de Braganza. Independencia, necesidad de liberarse de los compromisos militares españoles.

            Últimos años del reinado. La crisis de 1640 consumíó parte de las energías de la monarquía, se produjo la caída de Olivares y su sustitución don Luis de Haro. Felipe IV intervendrá en asuntos de gobierno y vivirá consciente la fase final de su reinado.

Deja un comentario