01 Abr

TEMA PRINCIPAL: el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad. TEMAS SECUNDARIOS: El amor sensual, cobra una nueva perspectiva. Antirrománticos por su formación, renuncian al sentimentalismo y sensibilidad. El amor recupera su sentido simbólico. Vuelve a ser, como para los clásicos, una pasión enriquecedora, un motivo de tensión que le proporciona al hombre los instrumentos para triunfar sobre el caos del mundo. La hipocresía (el mundo de las falsas apariencias) es otro tema recurrente en la obra:
Los personajes ocultan sus verdaderos sentimientos delante de los demás, por miedo o por vergüenza, y se comportan de forma diferente a como realmente son. En La casa de Bernarda
Alba nada es lo que parece y la verdad se esconde bajo un muro de fingimientos y apariencias. La envidia y el odio. La envidia se puede apreciar, especialmente, en la relación que mantienen entre sí las hermanas. Una envidia que, en ocasiones, llega a transformarse en odio y que tiene como núcleo central a Pepe el Romano: este hombre va a casarse con Angustias por dinero pero, al mismo tiempo, mantiene relaciones clandestinas con Adela y se convierte, asimismo, en el objeto de deseo de Martirio, configurándose de esta manera un triángulo de enemistades que desembocará en la tragedia. Es significativo también el odio que sienten las criadas hacia Bernarda, con la que guardan tampoco buena relación ni ecinas los familiares de su difunto marido. La moral tradicional, que se manifiesta en la obsesión por la limpieza (la locura de las habitaciones) que caracteriza a Bernarda, el temor al «qué dirán», el miedo a la murmuración, la obsesión por el honor y la necesidad de aparentar. Esta moral social refleja una sociedad opresiva dominada por las convenciones sociales. Las desigualdades sociales, presentes en las relaciones que se dan entre los personajes: Bernarda le da órdenes a Poncia, Poncia trata con autoridad a la Criada y la Criada humilla a la Mendiga. Así, la jerarquía social marca las distancias y cada personaje tiende a humillar al que se encuentra en un estrato social inferior al suyo. Este clasismo es más que evidente en el primer acto pero está presente a lo largo de toda la obra. De esta manera, Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales que presiden las relaciones de la sociedad de su época. La marginación de la mujer
Lorca también denuncia en su obra la marginación que sufre la mujer en una sociedad patriarcal y machista. Dicha marginación se fundamenta en un concepto de honra y decencia que discrimina a la mujer en beneficio del hombre y que motiva, por lo tanto, que la mujer sea considerada inferior al varón. Así, aquellas mujeres que no se someten a los dictados de la sociedad (como Paca la Roseta, la prostituta que contratan los segadores y la hija de Librada) son despreciadas, rechazadas y condenadas mortalmente. PERSONAJES: Bernarda (60 años): es el personaje que da nombre al drama representa la encarnación hiperbólica de las fuerzas represivas. Encarna también las convenciones sociales y morales más arcaicas ya que en su ser tiene totalmente interiorizada la mentalidad más vigente.Adela (20 años) es la encamación de la pasión, la vitalidad y la rebeldía. Símbolo de ello es el traje verde que se pone en el primer acto, rompiendo así el luto impuesto por Bernarda. Su amor por Pepe el Romano y su afán de libertad la llevan a enfrentarse a la moral establecida y a su propia madre. Sin embargo, ya sabemos que su rebeldía le conducirá a la muerte. ESTRUCTURA: Se trata, en definitiva, de una estructura repetitiva en la que cada acto contiene el mismo movimiento interno: calma inicial, sucesión de conflictos y acto violento final.

CONTEXTO SOCIAL, CULTURAL, LITERARIO:La casa de Bernarda Alba fue escrita en 1936, poco antes del estallido de la Guerra Civil española. A su autor, F. García Lorca, le tocó vivir una situación inestable desde el PUNTO DE VISTA POLÍTICO Y SOCIAL ya que tuvo que publicar su obra en una España conflictiva y desorientada en la que se producían continuos cambios de gobierno y constantes enfrentamientos sociales que acabaría arrastrando al país a una guerra fratricida de la que él sería una víctima más. En este sentido, Lorca fue una persona sensible y comprometida con los problemas sociales de su época, lo que se manifiesta de manera clara en toda su producción literaria en general y en el caso de Bernardo Alba en particular. Así, en esta obra se reflejan algunos de los problemas de la sociedad de la época: la marginación de la mujer, las injusticias sociales, las diferencias de clase y la imposibilidad de realización personal en un mundo dominado por la murmuración y traspasado por la hipocresía en el que es más importante mantener las apariencias que ser feliz. Este periodo histórico y social convulso en el que transcurríó la vida de Lorca fue una etapa de INTENSA ACTIVIDAD LITERARIA dentro de la cual ocupan un lugar especial los escritores de la llamada generación del 27, quienes consiguieron aunar lo tradicional y lo innovador, y encontrar su propio camino sin renegar del pasado. Uno de los integrantes más representativos de esta generación del 27 fue Federico García Lorca, que cultivó la poesía y el teatro a lo largo de toda su trayectoria literaria, si bien el teatro se convirtió en su actividad central en los últimos seis años de su vida. Y es precisamente en estos últimos años cuando escribíó las obras dramáticas sobre las que se cimentó su fama universal: Bodas de sangre (1933). Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936). Son obras que se sitúan dentro de la línea del teatro innovador, que convivíó con un teatro comercial y de éxito en la primera mitad del Siglo XX.  SÍMBOLOS: la realidad aparece cargada de una fuerte dimensión simbólica. -El agua tiene diferentes significados en la obra. Así; la sed que afirman tener Adela y Martirio hace referencia al deseo sexual; el río representa la vida que fluye; el agua del mar simboliza también la vida y la sexualidad plenamente desarrollada; y el agua estancada de los pozos es símbolo de muerte. En este sentido es significativa la manera en la que Bernarda Alba se refiere, en el acto primero, al pueblo en el que viven: «este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos». El calor, simboliza el deseo sexual reprimido o no desarrollado de manera plena. El bastón que lleva Bernarda es símbolo del poder tiránico que ejerce sobre todos los que la rodean. Se sirve de él para imponer silencio y para golpear a sus hijas. Muy relevante en este sentido es el momento en el que Adela, ya en el tercer acto, le arrebata el bastón a su madre y lo parte en dos al grito de ¡Aquí se acabaron las voces del presidio!». Contraste entre el blanco y el negro, los dos colores predominantes en La casa de Bemarda Alba. El blanco simboliza la vida, la alegría y la libertad (son blancas las enaguas, las estrellas, el caballo semental, la oveja que lleva M’ Josefa en brazos…), mientras que el negro representa la muerte, la tristeza y la represión (trajes negros del luto, abanico negra, noche oscura y negra…). Nótese, en este sentido, como el color blanco de las paredes va perdiendo su color original a medida que avanza la obra: en el acto primero se nos habla de una «habitación blanquísima», en el acto segundo, de una habitación blanca’: y en el acto tercero, de cuatro paredes blancas ligeramente azuladas». El color verde adquiere connotaciones de rebeldía y muerte. Así, el abanico de Adela tiene flores rojas y verdes: y verde es también el vestido con el que Adela rompe el luto en el primer acto El caballo garañón (semental) es símbolo de la virilidad. Las flores poseen un valor erótico y sensual. Así, Adela lleva en el primer acto un abanico con flores rojas y verdes: M* Josefa aparece en escena en el primer acto con flores en la cabeza, y Paca la Roseta, después de mantener relaciones sexuales en el olivar (=lugar de los encuentros eróticos), regrese al pueblo con el pelo suelto y una corona de flores en la cabeza». El mar y el campo son símbolos de libertad. La oveja que M Josefa leva en sus brazos en el tercer acto admite muchas interpretaciones: podría tratarse únicamente de una muestra de su locura o podría interpretarse como símbolo del instinto maternal frustrado de las mujeres de la casa, a quienes se las prohíbe todo contacto con hombres. 

TEMA PRINCIPAL: el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de libertad. TEMAS SECUNDARIOS: El amor sensual, cobra una nueva perspectiva. Antirrománticos por su formación, renuncian al sentimentalismo y sensibilidad. El amor recupera su sentido simbólico. Vuelve a ser, como para los clásicos, una pasión enriquecedora, un motivo de tensión que le proporciona al hombre los instrumentos para triunfar sobre el caos del mundo. La hipocresía (el mundo de las falsas apariencias) es otro tema recurrente en la obra: los personajes ocultan sus verdaderos sentimientos delante de los demás, por miedo o por vergüenza, y se comportan de forma diferente a como realmente son. En La casa de Bernarda Alba nada es lo que parece y la verdad se esconde bajo un muro de fingimientos y apariencias. La envidia y el odio. La envidia se puede apreciar, especialmente, en la relación que mantienen entre sí las hermanas. Una envidia que, en ocasiones, llega a transformarse en odio y que tiene como núcleo central a Pepe el Romano: este hombre va a casarse con Angustias por dinero pero, al mismo tiempo, mantiene relaciones clandestinas con Adela y se convierte, asimismo, en el objeto de deseo de Martirio, configurándose de esta manera un triángulo de enemistades que desembocará en la tragedia. Es significativo también el odio que sienten las criadas hacia Bernarda, con la que guardan tampoco buena relación ni ecinas los familiares de su difunto marido. La moral tradicional, que se manifiesta en la obsesión por la limpieza (la locura de las habitaciones) que caracteriza a Bernarda, el temor al «qué dirán», el miedo a la murmuración, la obsesión por el honor y la necesidad de aparentar. Esta moral social refleja una sociedad opresiva dominada por las convenciones sociales. Las desigualdades sociales, presentes en las relaciones que se dan entre los personajes: Bernarda le da órdenes a Poncia, Poncia trata con autoridad a la Criada y la Criada humilla a la Mendiga. Así, la jerarquía social marca las distancias y cada personaje tiende a humillar al que se encuentra en un estrato social inferior al suyo. Este clasismo es más que evidente en el primer acto pero está presente a lo largo de toda la obra. De esta manera, Lorca denuncia la injusticia y las diferencias sociales que presiden las relaciones de la sociedad de su época. La marginación de la mujer Lorca también denuncia en su obra la marginación que sufre la mujer en una sociedad patriarcal y machista. Dicha marginación se fundamenta en un concepto de honra y decencia que discrimina a la mujer en beneficio del hombre y que motiva, por lo tanto, que la mujer sea considerada inferior al varón. Así, aquellas mujeres que no se someten a los dictados de la sociedad (como Paca la Roseta, la prostituta que contratan los segadores y la hija de Librada) son despreciadas, rechazadas y condenadas mortalmente. PERSONAJES: Bernarda (60 años): es el personaje que da nombre al drama representa la encarnación hiperbólica de las fuerzas represivas. Encarna también las convenciones sociales y morales más arcaicas ya que en su ser tiene totalmente interiorizada la mentalidad más vigente.Adela (20 años) es la encamación de la pasión, la vitalidad y la rebeldía. Símbolo de ello es el traje verde que se pone en el primer acto, rompiendo así el luto impuesto por Bernarda. Su amor por Pepe el Romano y su afán de libertad la llevan a enfrentarse a la moral establecida y a su propia madre. Sin embargo, ya sabemos que su rebeldía le conducirá a la muerte. ESTRUCTURA: Se trata, en definitiva, de una estructura repetitiva en la que cada acto contiene el mismo movimiento interno: calma inicial, sucesión de conflictos y acto violento final.

CONTEXTO SOCIAL, CULTURAL, LITERARIO:La casa de Bernarda Alba fue escrita en 1936, poco antes del estallido de la Guerra Civil española. A su autor, F. García Lorca, le tocó vivir una situación inestable desde el PUNTO DE VISTA POLÍTICO Y SOCIAL ya que tuvo que publicar su obra en una España conflictiva y desorientada en la que se producían continuos cambios de gobierno y constantes enfrentamientos sociales que acabaría arrastrando al país a una guerra fratricida de la que él sería una víctima más. En este sentido, Lorca fue una persona sensible y comprometida con los problemas sociales de su época, lo que se manifiesta de manera clara en toda su producción literaria en general y en el caso de Bernardo Alba en particular. Así, en esta obra se reflejan algunos de los problemas de la sociedad de la época: la marginación de la mujer, las injusticias sociales, las diferencias de clase y la imposibilidad de realización personal en un mundo dominado por la murmuración y traspasado por la hipocresía en el que es más importante mantener las apariencias que ser feliz. Este periodo histórico y social convulso en el que transcurríó la vida de Lorca fue una etapa de INTENSA ACTIVIDAD LITERARIA dentro de la cual ocupan un lugar especial los escritores de la llamada generación del 27, quienes consiguieron aunar lo tradicional y lo innovador, y encontrar su propio camino sin renegar del pasado. Uno de los integrantes más representativos de esta generación del 27 fue Federico García Lorca, que cultivó la poesía y el teatro a lo largo de toda su trayectoria literaria, si bien el teatro se convirtió en su actividad central en los últimos seis años de su vida. Y es precisamente en estos últimos años cuando escribíó las obras dramáticas sobre las que se cimentó su fama universal: Bodas de sangre (1933). Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936). Son obras que se sitúan dentro de la línea del teatro innovador, que convivíó con un teatro comercial y de éxito en la primera mitad del Siglo XX.  SÍMBOLOS: la realidad aparece cargada de una fuerte dimensión simbólica. -El agua tiene diferentes significados en la obra. Así; la sed que afirman tener Adela y Martirio hace referencia al deseo sexual; el río representa la vida que fluye; el agua del mar simboliza también la vida y la sexualidad plenamente desarrollada; y el agua estancada de los pozos es símbolo de muerte. En este sentido es significativa la manera en la que Bernarda Alba se refiere, en el acto primero, al pueblo en el que viven: «este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos». El calor, simboliza el deseo sexual reprimido o no desarrollado de manera plena. El bastón que lleva Bernarda es símbolo del poder tiránico que ejerce sobre todos los que la rodean. Se sirve de él para imponer silencio y para golpear a sus hijas. Muy relevante en este sentido es el momento en el que Adela, ya en el tercer acto, le arrebata el bastón a su madre y lo parte en dos al grito de ¡Aquí se acabaron las voces del presidio!». Contraste entre el blanco y el negro, los dos colores predominantes en La casa de Bemarda Alba. El blanco simboliza la vida, la alegría y la libertad (son blancas las enaguas, las estrellas, el caballo semental, la oveja que lleva M’ Josefa en brazos…), mientras que el negro representa la muerte, la tristeza y la represión (trajes negros del luto, abanico negra, noche oscura y negra…). Nótese, en este sentido, como el color blanco de las paredes va perdiendo su color original a medida que avanza la obra: en el acto primero se nos habla de una «habitación blanquísima», en el acto segundo, de una habitación blanca’: y en el acto tercero, de cuatro paredes blancas ligeramente azuladas». El color verde adquiere connotaciones de rebeldía y muerte. Así, el abanico de Adela tiene flores rojas y verdes: y verde es también el vestido con el que Adela rompe el luto en el primer acto El caballo garañón (semental) es símbolo de la virilidad. Las flores poseen un valor erótico y sensual. Así, Adela lleva en el primer acto un abanico con flores rojas y verdes: M* Josefa aparece en escena en el primer acto con flores en la cabeza, y Paca la Roseta, después de mantener relaciones sexuales en el olivar (=lugar de los encuentros eróticos), regrese al pueblo con el pelo suelto y una corona de flores en la cabeza». El mar y el campo son símbolos de libertad. La oveja que M Josefa leva en sus brazos en el tercer acto admite muchas interpretaciones: podría tratarse únicamente de una muestra de su locura o podría interpretarse como símbolo del instinto maternal frustrado de las mujeres de la casa, a quienes se las prohíbe todo contacto con hombres. 

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