14 Sep

La persona y la búsqueda de sentido El ser humano como persona ¿Qué significa ser persona? Cada ser humano participa del modo de ser propio de toda una especie, de la que forma parte. Pero, al mismo tiempo, cada persona se sabe única.| Algunas carácterísticas del ser persona son:
1)La persona coexiste y tiene la capacidad de darse a sí misma. Las personas tenemos nuestra vida de lazos y vínculos con otras personas. Su vida no constituye una realidad exclusivamente “suya” pues involucra a otros; y, al desplegarse, afecta a la vida de los demás.| El existir unos junto con otros, va mucho más allá de la cercanía física y reclama una convivencia en armónía. Así surgen entre las personas realidades valiosas y esenciales como el afecto, la amistad y el amor.
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2)La persona tiene la capacidad de conocer la verdad. El ser humano puede distanciarse de sí mismo y tomar conciencia de sí. Esta autoconcien Cía hace que el hombre pueda superarse a sí mismo (mejorar, ponerse objetivos, metas…). |
3)La persona es un ser de futuro. Cada ser humano está llamado a desarrollar su propia vocación (misión). Mientras que la existencia de otros seres vivos está marcada por sus instintos, los seres humanos podemos marcarnos nuestras metas y decidir qué queremos hacer con nuestra vida.|
4) La persona tiene intimidad. No somos seres puramente racionales, si no que hay algo más. Utilizamos la palabra “corazón” para ubicar esa interioridad, ese núcleo personal.

La perspectiva cristiana

El ser humano es un ser histórico. Está instalado en el espacio y en el tiempo, y en ellos ejerce su libertad y desarrolla su ser personal. Dios se ha revelado en la historia y su acción salvadora sucede en el tiempo. Por eso reflexionar en el marco de la historia de la salvación permite entender a la persona: su ser, su origen, su estado actual de pecado, necesitado de salvación, y su destino último.

La persona humana a la luz de la fe


1)Su origen y su ser: Creada a imagen de Dios une en su naturaleza el mundo espiritual y material. Así tiene la capacidad de conocer, amar y servir a Dios. Su fin es la participación en la vida de Dios.
2)Su estado actual: La historia humana está marcada por el pecado original, que es la causa de su inclinación al mal y a la muerte. De ahí que deba combatir para adherirse al bien, con la ayuda de la gracia de Dios, para alcanzar su destino.
3)Condición de hijo de Dios: La persona que se une a Cristo, es transformada por la gracia del Espíritu Santo.
4)Su destino último: Al final de los tiempos, todos los hombres resucitarán en cuerpo y alma a la vida eterna.

El fundamento de la dignidad humana

Jesús se hizo hombre, con su encarnación confirma la dignidad sagrada de la persona humana. Dios se humaniza y participa de nuestra naturaleza para que nosotros podamos divinizarnos y participar de la suya.| Jesús asumíó los caracteres propios de la condición humana: nace en una familia, vive trabajando duramente, y al final se da a conocer. | Vive intensamente la amistad y el amor de sus discípulos, el agradecimiento y la fe de las personas que se acercan a él. |


Experimenta las asperezas y obstáculos de nuestra existencia (la envidia, la injusticia, la traición y hasta la muerte).| No renuncia a su condición humana tras la Resurrección. La condición humana no es algo asumido transitoriamente por Jesús. Con su encarnación es Dios mismo el que quiere convencer al ser humano de su dignidad. Así, el ser humano con su cuerpo y con su alma ha sido elevado a la dignidad de hijo de Dios.| Como imagen de Dios, y a diferencia de las demás criaturas, la persona está llamada a comunicar y compartir su intimidad con Dios.| El ser humano existe porque es amado por Dios. Nacemos para amar y ser amados. En esto sobre todo, consiste la dignidad de la persona.

La cuestión del sentido

La inquietud por el sentido de la existencia traspasa todas las épocas y culturas. En la Antigüe dad los mitos expresaban verdades profundas acerca de la vida y del hombre. Pero llegó un momento en que las explicaciones mitológicas no eran suficientes y los pensadores griegos afrontaron los enigmas del mundo y de la existencia con una nueva actitud y con ella surgíó un nuevo saber: la filosofía.| Sócrates consideró que el ser humano no ha nacido sólo para gozar de la vida (la buena vida), sino también para alcanzar una vida buena. Tras la muerte dice que viene un más allá que dependerá de cómo se haya vivido esta vida. Nos enseñó que vivir es algo más que durar; merece la pena vivir con metas que den sentido a la existencia.| En la vida de todo ser humano, el fin es el principio de la acción: la intensidad de la existencia dependerá de las metas que nos propongamos. Si hay una buena meta, se puede uno entregar a una acción con fortaleza.| Sin embargo, parece que nuestro tiempo está necesitado de esperanza. Algunos lo definen como una época nihilista. El Nihilismo es aquella visión del mundo que niega que la realidad en la que vivimos tenga sentido. Al negar como punto de partida cualquier esperanza duradera, nos hace poner la atención en pequeñas esperanzas: el triunfo en el deporte, el éxito profesional, la obtención de placer o de dinero…

La propuesta cristiana es completa y novedosa

El cristianismo es consciente de que en el corazón del hombre hay una inquietud porque hemos sido creados con un motivo todavía no cumplido: alcanzar la uníón con Dios. Por esto nos sabemos incompletos y nos encontramos en camino.| El cristianismo propone una visión total de la vida. Se puede comparar a una sinfonía: cada instrumento de la orquesta tiene su sonido, pero el todo es armónico. Si uno deja de sonar o desafina, el conjunto de la obra queda dañado. Por eso no es posible asumir un conjunto de verdades y abandonar otras: exige una aceptación total de su contenido, no se puede aceptar en fragmentos. ¿Por qué? Porque la fe cristiana no es un invento de los hombres, sino una revelación directa de Dios.| Negar una parte de esta revelación, porque resulta exigente o difícil de cumplir, equivaldría a decir que Dios se ha equivocado o que no nos podemos fiar de Él. Si alguien se considera cristiano pero no acepta la Misa


dominical, o la confesión, o la existencia del infierno debería contestar a estas preguntas: ¿Cristo se equivoca?, si se equivoca entonces ¿no es Dios?, ¿tiene sentido creer en él? La fe implica coherencia entre lo que se cree y lo que se vive.| Vivir como cristiano es una bendición, porque por la gracia se encuentra esa paz que buscamos: hemos sido hechos para Dios. Como sucede con todo lo que es valioso, se trata de una vida que requiere un compromiso fuerte. San Agustín: “Nos has hecho Señor para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”.| La propuesta cristiana es nove dosa en el sentido de original. Dios se ha acercado al hombre, hasta el punto de hacerse criatura. Ha nacido pobre, en un lugar pequeño y en un momento concreto de la historia. Él con su pasión, muerte y resurrección, ha salvado al género humano del pecado.| Jesús ha querido quedarse verdadera mente presente en la Eucaristía, y quiere que le imitemos en santidad y entrega a los demás mediante la primacía de la caridad: el amor.
Nos ha creado solo por amor. Las criaturas no le son indiferentes.| La verdad del hombre consiste en amar y ser amado. Al amar nos realizamos del modo más profundo, porque es entonces cuando nos parecemos más a Dios de quien somos imagen y semejanza. Dios es amor, cuanto más amo más me parezco a Él y más feliz soy. La gran novedad cristiana es la primacía del amor de Dios, y el mayor fracaso del hombre es el egoísmo y el individualismo. | El mundo, la creación, nuestra existencia con capacidad de amar es un regalo de Dios. Por eso, la actitud propia del cristiano, es la acción de gracias.

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