17 Mar

Este texto titulado “La Chabola” pertenece al autor canario Pedro Lezcano . Aunque nacido en Madrid en 1920, su familia pronto se traslada a la isla de Gran Canaria. Cursó su bachillerato entre esta isla y Barcelona. Su adolescencia cuenta con la compañía y la amistad de otros poetas con los que comparte estilo, ideas, intereses estéticos, etc., como Agustín Millares Sall o Ventura Doreste. Lezcano consolidaría una formación universitaria, primero en La Laguna y posteriormente en Madrid, que sin duda repercutirá en su dominio de la escritura. Como otros escritores contemporáneos suyos, empezará a publicar en revistas como “Garcilaso” y la “Estafeta Literaria” (Madrid), o “Mensaje” (Tenerife), y a participar en recitales y tertulias como las del Café Gijón, en Madrid. Allí se relaciona con poetas como Vicente Aleixandre o Dámaso Alonso. Una obra teatral suya, Desconfianza, será premiada por el Ateneo de Madrid, pero las envidias y la censura impidieron su estreno como exigían las bases. Cansado de su situación Pedro Lezcano decide volver a Canarias.
       Se asienta definitivamente en Gran Canaria, donde se dedicará a su tarea de impresor. De allí salieron, octavillas de carácter político en unos años de rígida censura y se imprimieron colecciones de poesía, como Antología cercada (1947), que supondría la primera muestra de la poesía social española, antes de su aparición en la península. Se desarrolla así un segundo período que se prolongará hasta su muerte en 2002, en que trabaja como editor, hace teatro, escribe poesía y prosa y se compromete en actividades políticas clandestinas.
Conocido preferentemente como poeta, Lezcano fue siempre un hombre de teatro. En 1956 fundó el Teatro Insular de Cámara, junto a otros literatos y comenzaron a representar obras tanto clásicas como contemporáneas en el Museo Canario, de donde pasarían al teatro Pérez Galdós y a efectuar funciones en diversos pueblos de la isla.
La contribución del autor al campo de la narración está representada por su cuento
El pescador (1964). Más amplia es su muestra narrativa Cuentos sin geografía (1968), con posterioridad publicó Diario de una mosca. La rebelión de los vegetales (1994), donde recogíó un cuento inédito e incluyó otro que ya había dado a conocer en Cuentos sin geografía.
Su faceta como poeta es la más conocida. Su trayectoria puede resumirse en una frase: de trovador a juglar. La poesía de Lezcano fue primero intimista y amorosa, en sus primeros poemas y plaquettes, como Cinco poemas (1944); pasó luego a ser la poesía desarraigada de Espadaña y la costumbrista de Romancero canario (1946), decantándose posteriormente a temas más profundos, como Muriendo dos a dos (1947); llega por fin a su obra más completa, Consejo de paz (1965) y desemboca en una producción literaria donde el compromiso ético será predominante.  Nunca abandonará la métrica, cultivando soneto, romance y silva con preferencia. Admiraba especialmente a Miguel Hernández y a los poetas isleños Saulo Torón, Tomás Morales y Alonso Quesada.
Un importante episodio en la vida de Lezcano en el que se cruzaron arte y política fue el Consejo de Guerra contra él y el periodista Salvador Sagaseta instigado por el Capitán General de Canarias. Lezcano fue condenado a seis meses por la publicación del poema “Consejo de paz”.
La chabola”, que forma parte del libro de relatos Cuentos sin geografía (1968), donde incluye cuentos que podríamos clasificar en tres grupos: los que desmitifican convenciones sociales, los que presentan la rebeldía del hombre frente a fuerzas superiores y los que delatan injusticias. El texto que vamos a analizar se encontraría dentro de esta última idea. Por su temática local y social, diríamos además que el relato se acerca al subgénero del cuadro de costumbres, por su planteamiento y el modo peculiar de presentar tanto el ambiente como los personajes, el cuento se asemeja a una escena teatral 
.El tema del texto es la denuncia/crítica social muy fuertemente planteada en la ironía del americano. Lezcano realiza una denuncia implícita de la condición humana y social de las clases más humildes y desarraigadas de la sociedad canaria, mostrada a través del contraste de forma irónica, entre el modo de vida de la familia de pescadores y la modernidad representada por la presencia de los americanos. Denuncia las desigualdades y las injusticias a las que se ve sometida. Nos presenta el recogerse cotidiano de una familia humilde. Así, nos muestra una estampa que cuenta la situación de la clase trabajadora, lo que demuestra el compromiso social del autor.

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