22 Nov

El español de América

La implantación  del español en América fue una lenta tarea de siglos, que llegaría a su máxima extensión en el Siglo XVIII, como lengua de la administración, la cultura y la iglesia. Las variedades geográficas que adopta el español de América dependen de factores sociales, culturales, étnicos y de sustrato o superestrato de cada regíón donde se impuso el español. Concretamente algunos de los factores que contribuyen a la aparición de tales variedades fueron los siguientes:

La época de colonización, que posibilita la presencia de arcaísmos (como el voseo)
En el español de América y la procedencia mayoritariamente de los colonizadores.

La influencia del sustrato de las distintas lenguas precolombinas y el superestrato de las huellas lingüísticas que dejan las oleadas de inmigrantes de distintas zonas europeas y africanas.

Los distintos modelos de lengua que tomaron los países de América, una vez desvinculados dela metrópolis y conseguida su independencia en el Siglo XIX.

Finalmente, en los últimos decenios, la presencia económica, cultural y tecnológica de los Estados Unidos ha influido en gran medida sobre la lengua y ha favorecido la entrada de numerosos anglicismos, a los que el español de América se muestra muy permeable.

La situación actual del castellano en América se puede describir así: la expansión del español a partir del Siglo XVI lo ha convertido en lengua oficial de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay (junto con el guaraní), Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, México, República Dominicana y Cuba. Asimismo es el segundo idioma hablado en Estados Unidos, sobre todo en Nuevo México, Texas, Arizona, parte de California y Puerto Rico (aquí es cooficial con el inglés), Florida y Nueva York.

  1. Principales rasgos del español de América

Rasgos fónicos

Muchos de estos rasgos coinciden con los meridionales del español peninsular, sobre todo con los del andaluz:

  • El seseo:
    El español de América cuenta con un fonema menos ya que /θ/ y /s/ del español septentrional confluyen en /s/: rasa por raza, sereso por cerezo.
  • El yeísmo:
    La mayoría de los hispanohablantes ya no diferencia al hablar el fonema /ll/ del fonema /y/. Ambos fonemas han acabo por confluir en uno solo, el fonema /y/. Para estos hablantes, el dígrafo ll y la letra y representan el mismo fonema.
  • La aspiración o pérdida de la /s/ final de sílaba o palabra:
    rohca por rosca.
  • La aspiración de /x/, prácticamente generalizada en todas las zonas.
  • La confusión de /l/ y /r/: arma por alma, pielna por pierna.


Rasgos morfosintácticos

El rasgo principal es el voseo, es decir, el uso de vos como segunda persona del singular en lugar de .

Las formas verbales del voseo también difieren en las distintas zonas: vos cantás o vos cantas por tú cantas.

Uso de ustedes en lugar de vosotros: ustedes cantan por vosotros cantáis.

Neutralización de la diferencia entre el pretérito perfecto simple y compuesto, en favor del primero: Juan salíó hace unos minutos por Juan ha salido hace unos minutos.

Uso frecuente del diminutivo en palabras que en el español peninsular no se aplica: ahorita, adiosito.

Adverbialización del adjetivo, extraña en el español peninsular: cantaban lindo, vistes bello.

Uso pronominal de verbos no pronominales en el castellano peninsular: enfermarse, desayunarse.

Utilización de recién como sinónimo de cuando:
Recién llegue, te llamo.

Usos particulares de las preposiciones y locuciones adverbiales:
más nada por nada más, a la mañana en lugar de por la mañana, arriba de por encima de.

Rasgos léxicos

  • Empleo de arcaísmos desaparecidos del castellano peninsular: lindo (bonito), pollera (falda), prometer (asegurar).
  • Abundancia de voces indígenas, algunas desconocidas en el castellano peninsular: cancha, papa, mate,…
  • Uso de neologismos por derivación: límpida (limpieza).
  • Mayor presencia de extranjerismos, sobre todo anglicismos:
    carro (de car), usina (fábrica), chance (suerte), chequera (cartera).
  • Presencia de afronegrismos:
    chango (mono), gongoli (gusano), mango.
  • Usos léxicos especiales, con significados diferentes a los que tienen las mismas palabras en la península: apurarse (darse prisa), pararse (ponerse en pie), tomar (beber), manejar (conducir), vidriera (escaparate), estampilla (sello postal), cuadra (manzana de casas).
  1. El español en el mundo

Aunque la mayor área de extensión del español está en Hispanoamérica, también está y ha estado presente en otras zonas geográficas:

  • Filipinas


    Llegó de la mano de Magallanes en 1521 y más tarde con Juan Sebastián Elcano. En aquel momento el español hablado en Filipinas tenía similitudes fonéticas con el hablado en México. Tras la pérdida de la soberanía en ese territorio (1898), fue decayendo en beneficio del inglés. Todavía hasta 1992 se hablaba como lengua oficial junto al inglés y a la lengua vernácula, el tagalo. A partir de ese año se suprime la cooficialidad y en la actualidad se habla entre un reducido grupo de personas.

  • Guinea Ecuatorial

    Fue colonia española hasta 1778. La labor educativa y divulgadora del español se hace de la mano de los monjes claretianos. En 1968 obtuvo la independencia y desde 1978 el español es lengua oficial del país (junto con el francés y el portugués).

  • El español sefardí

    Los judíos que vivían en España fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Se establecieron en Portugal, sur de Francia, norte de África y noroeste de Europa. Pero especialmente se ubicaron en la ribera norte y sur del Mediterráneo. Estas comunidades sefardíes han seguido utilizando el castellano arcaizante del Siglo XV que se llevaron y además han conservado folclore y tradiciones de sus antepasados.

  • Marruecos y Sáhara Occidental

    El Sáhara occidental fue colonia española y por tanto todavía hay pequeños grupos de población que conocen y utilizan el español. En Marruecos, debido a la cercanía y a las múltiples relaciones que existen entre España y dicho país, mucha gente conoce nuestro idioma, especialmente en el norte.
  1. La necesidad de una norma panhispánica

Pese a la dispersión y el incremento cada vez mayor de hablantes de español en el mundo, la unidad del idioma está garantizada, sobre todo en el nivel culto, en el que no hay casi diferencias entre el español de ultramar y el peninsular. La literatura, los medios de comunicación social, las Reales Academias de la lengua, la labor del Instituto Cervantes son los elementos de cohesión que dotan al idioma de uniformidad y homogeneidad. No obstante, en los registros familiares, populares o rústicos las diferencias son muy notables, sobre todo en el nivel léxico. Pero, por encima de todo, siempre existe una lengua común, una koiné que neutraliza las divergencias y asegura la pervivencia y la unidad de nuestra lengua.

En una tarea de intercambio permanente, las veintidós Academias de la Lengua Española articulan un consenso que fija la norma común para todos los hispanohablantes en cuestiones de léxico, de gramática y ortografía, armonizando la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza.

  1. Marruecos y Sáhara Occidental


    El Sáhara occidental fue colonia española y por tanto todavía hay pequeños grupos de población que conocen y utilizan el español. En Marruecos, debido a la cercanía y a las múltiples relaciones que existen entre España y dicho país, mucha gente conoce nuestro idioma, especialmente en el norte.

La necesidad de una norma panhispánica

Pese a la dispersión y el incremento cada vez mayor de hablantes de español en el mundo, la unidad del idioma está garantizada, sobre todo en el nivel culto, en el que no hay casi diferencias entre el español de ultramar y el peninsular. La literatura, los medios de comunicación social, las Reales Academias de la lengua, la labor del Instituto Cervantes son los elementos de cohesión que dotan al idioma de uniformidad y homogeneidad. No obstante, en los registros familiares, populares o rústicos las diferencias son muy notables, sobre todo en el nivel léxico. Pero, por encima de todo, siempre existe una lengua común, una koiné que neutraliza las divergencias y asegura la pervivencia y la unidad de nuestra lengua.

En una tarea de intercambio permanente, las veintidós Academias de la Lengua Española articulan un consenso que fija la norma común para todos los hispanohablantes en cuestiones de léxico, de gramática y ortografía, armonizando la unidad del idioma con la fecunda diversidad en que se realiza.

Función EMOTIVA: AY QUE DOLOR!

Función FATICA: Una acción interrumpe, como estáis?, adiós, hola..

Función METALINGUISTICA: se centra en el mismo código de la lengua

Función CONATIVA: Oraciones imperativas e interrogativas

Función Poética: Rimas, aliteraciones..

Función REFERENCIAL: Oraciones enunciativas.




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