16 Jul

DATOS BIOGRÁFICOS:


Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara en 1916. En 1949 presentó Historia de una escalera al premio Lope de Vega. Tiene importantes premios como Nacional de Teatro en dos convocatorias sucesivas: 1956 (por Hoy es fiesta) y 1957 (por Las cartas boca abajo), premio Cervantes (1986) fue la primera figuera del teatro español de posguerra, Premio Nacional de Las Letras Españolas en 1996. Fue elegido miembro de la Real Academia en 1971. Murió el 29 de abril de 2000, a los 83 años.

UN TRÁGICO DE NUESTRO TIEMPO:


Buero Vallejo es un trágico.
Para él, La tragedia, , supone una mirada lúcida sobre el hombre y el mundo, su función es doble:
inquietar y curar
.
Inquietar, planteando problemas pero sin imponer soluciones. Característica de su teatro: el final de sus obras suele ser un interrogante para el espectador; de este modo, el espectador prolongará el drama con su reflexión personal. De ahí que la tragedia de Curar, señala la necesidad de una superación personal y colectiva para luchar contra las cosas q se oponen al desarrollo de la dignidad humana. Sus «tragedias» proponen lecciones de humanidad .

TEMÁTICA GENERAL Y ENFOQUES:


Las obras de Buero giran en torno a las limitaciones humanas. Su temática, tiene un doble plano: – Un plano existencial
: meditación sobre el sentido de la vida, siempre situada siempre en contextos muy concretos. – Un plano social
: denuncia de injusticias en las estructuras de la sociedad. Para Buero, cualquier problema dramático es siempre el de «la lucha del hombre, con sus limitaciones, por la libertad». Con ambos enfoques, sacamos un enfoque ético
. Tiene unos elementos constantes en sus obras: la búsqueda de la verdad, el amor a la justicia… Lo esencial es la idea de responsabilidad, unida a la de libertad.

TRAYECTORIA:


La primera época iría hasta 1957. Predomina el enfoque existencial. Desde el punto de vista técnico, las obras se ajustan a una estética realista y a lo que el mismo autor llamó «construcción cerrada» (espacio escénico tradicional). Sus dos primeras obras: – En Historia de una escalera (1949) Es el drama de la frustración, tanto por el peso del medio social como por la debilidad de los personajes para ser fieles a sus ilusiones y a sus impulsos mejores. – En la ardiente oscuridad (1950) es una tragedia de compleja significación. En la q la ceguera es símbolo de las limitaciones impuestas al hombre sea por su condición humana o por la sociedad. Buero plantea si debemos aceptar nuestras limitaciones y ser felices con ellas, o debemos rebelarnos, aunque sea imposible el superarlas. Sus piezas posteriores tuvieron un nivel inferior al por los primeros títulos. Algunas son: La tejedora de sueños (1952), Madrugada (1953), Irene o el tesoro (1954)… En ellas, los planteamientos realistas son compatibles con elementos simbólicos. El contenido de estas obras plantean problemas graves: la pureza moral, la verdad, la presencia de lo misterioso, la esperanza… Sigue el predominio de lo existencial. La transición hacia un predominio de la intención social estará representada por dos obras: Hoy es fiesta (1956) y Las cartas boca abajo (1957). 

Segunda época:

Va de 1958 a 1970 y predomina el enfoque social que no supone un descenso en la atención por el individuo concreto o por las facetas morales. Se insiste más en las relaciones entre el individuo y su entorno. Los actos individuales quedan enmarcados en un tiempo y unas estructuras sociales concretas. Los problemas de la justicia adquieren dimensiones nuevas y más precisas (dentro de los límites establecidos por la censura).En estas obras: Un soñador para un pueblo (1958), sobre Esquilache,; Las Meninas (1960), sobre Ve lázquez; El concierto de San Ovidio (1962), situada en Francia en vísperas de la Revolución; o la posterior El sueño de la razón (1970), sobre Goya, la anécdota histórica es un pretexto para plantear problemas actuales para sortear la censura. – El Tragaluz (1967) tiene algo de obra «histórica» aunque se sitúe en el presente y aluda a la historia reciente (la Guerra Civil y sus secuelas).
La técnica teatral, esta etapa supone un giro en el arte dramático de Buero Vallejo. Paso de la «construcción cerrada» a una «construcción abierta». Esta construcción abierta supone una superación de la escenificación «realista». Principales novedades, que apareceran en El tragaluz.
– Sustitución del espacio escénico realista por un «escenario múltiple», capaz de evocar lugares distintos mediante nuevas técnicas de decorado y luminotecnia.- Construcción más compleja de la acción, que se fragmenta en secuencias con creciente soltura. – Recursos de participación que intentan acercar e introducir al espectador en el drama. El arte dramático de Buero adquiere mayor complejidad y riqueza de planos. Algunas de las obras de estos años (Las Meninas, El concierto de San Ovidio, El tragaluz) figuran entre lo mejor de su producción.

Tercera época:

En esta etapa se intensifican los rasgos aparecidos en la 2 etapa y se produce un «constante ejercicio de experimentación». Buero manifiesta q no permanece al margen de las inquietudes experimentales que proliferan en los años 70. Desde 1970, Buero nos ha dado las siguientes obras: Llegada de los dioses (1971), La Fundación (1974), La detonación (1977), Jueces en la no che (1979), Caimán (1981), Diálogo secreto (1984), Lázaro en el laberinto (1986), Música cercana (1989) y Las trampas del azar (1994). Casi todas han cosechado éxito de público; pero la q mas éxito ha tenido es La Fundación.

Los temas:

los contenidos sociales y políticos se hacen más explícitos. En Llegada de los dioses aparece de nuevo la ceguera de un protagonista, pero ahora simboliza la negativa de un joven a «ver» las iniquidades del mundo que le rodea. La Fundación nos introduce en una celda de presos políticos; uno de ellos trastornado, cree hallarse en un centro de investigación hasta que comprende la situación real. Las actitudes de los personajes y diálogos tejen hondas reflexiones sobre el compromiso con la realidad. La detonación: evoca la figura inconformista de Larra, su creciente desesperación y su suicidio, vistos como consecuencias de una situación social y política.

La técnica:

Buero ha avanzado por la vía de las novedades escénicas iniciada en la etapa anterior.
Rasgo primordial el desarrollo que alcanzan los llamados efectos de inmersión. Son ciertos recursos de sonido, de que nos hacen «oír» o «ver» las cosas tal como las percibe algún personaje. En El sueño de la razón, el espectador oía las voces interiores que poblaban la sordera de Goya; y, en La Fundación, los cambios de decorado nos llevan desde lo que cree ver el trastornado Tomás (el confortable salón de una residencia de investigadores) a la realidad que, poco a poco, irá admitiendo (la celda de un presidio). Con tales recursos el teatro logra expresar la subjetividad, sus obsesiones, incluso sus trastornos psíquicos. A la vez, se hace una participación más intensa del espectador.

Novedades técnicas

Señalemos el especial tratamiento del tiempo en La detonación: la obra es un desfile de episodios de la vida de Larra que pasan por su mente en los instantes previos al suicidio. El tiempo se halla condensado y sometido a ciertas distorsiones.

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