04 Ene

TEMA 15. LA II REPÚBLICA (1931-1936)


La proclamación de la República desde el balcón del Ministerio de la Gobernación en la Puerta del Sol de Madrid, la noche del 14 de Abril de 1931, fue una auténtica fiesta popular. Amplios sectores de la población española celebraban, por primera vez desde hacía mucho años, un cambio político que venía acompañado de ilusión y de esperanzas.

1. LA CONSTITUCIÓN DE 1931. EL BIENIO REFORMISTA.1.1. El gobierno provisional y los problemas iniciales

El gobierno provisional (Alcalá Zamora, Azaña, Largo Caballero, Lerroux…)  inició su labor bajo la presidencia de Alcalá Zamora, un hombre de la derecha republicana, y siguió en su programa las directrices previstas en el Pacto de San Sebastián.  Dentro de un difícil equilibrio entre las distintas tendencias, tenía como principal objetivo convocar elecciones a Cortes Constituyentes, pero tendrá que hacer frente a importantes cuestiones:—La proclamación del Estat Catalá por Francesc Macià en Barcelona el mismo día 14 de Abril. El problema fue resuelto con la aplicación de un régimen autónomo provisional para Cataluña, hasta que las Cortes pudieran aprobar el Estatuto definitivo.—La agitación anticlerical, como respuesta violenta a la pastoral del cardenal Segura, en la que se hacía un elogio de la Monarquía, y a los incidentes ocurridos en la inauguración del Círculo Monárquico en Madrid. Desde Mayo, en Madrid y en otras ciudades españolas, se produjeron desórdenes e incendios de iglesias y conventos.—Un aumento de las huelgas (pescadores, mineros, jornaleros…) que terminaron enfrentando a los huelguistas con la Fuerza Pública, producíéndose varios muertos.

1.2. La Constitución de 1931

Las elecciones a Cortes Constituyentes se celebraron el 28 de Junio mediante sufragio universal de los varones mayores de 23 años (como novedad se pudieron presentar mujeres como candidatas) proporcionando un claro triunfo a la coalición republicano-socialista (el PSOE, de Julián Besteiro, Indalecio Prieto y Fco. Largo Caballero, 116 diputados; el centrista Partido Radical, de Alejandro Lerroux, 90 diputados; el Partido Radical Socialista, de Marcelino Domingo, 56 diputados; Ezquerra Republicana, de Francesc Macià, 36 diputados; Acción Republicana, de Manuel Azaña, 26 diputados…), que contó en las Cortes con mayoría absoluta. La derecha no republicana estaba representada por una minoría.El anteproyecto de la Constitución de 1931 le fue encargado a una comisión presidida por el socialista Jiménez de Asúa y su texto fue aprobado, tras apasionados debates, el 9 de Diciembre de 1931. Entre sus puntos tenemos que destacar:—El reconocimiento del derecho de voto a la mujer, que todavía no se había reconocido en países como Francia. Los que se opónían alegaban su dependencia económica de los padres o esposos y su analfabetismo (58%).—El tema autonómico.
La Constitución incluía una fórmula para posibilitar las autonomías regionales, lo que venía a solucionar el problema suscitado con la proclamación de la República catalana en el contexto de un Estado Federal español.—El tema religioso.
El Estado fue declarado laico en un intento de modernización. Pero se puso de manifiesto el anticlericalismo republicano en la prohibición de impartir enseñanza a las órdenes religiosas, en la anulación de la ayuda económica al clero y en la expulsión de los jesuitas. Sólo quedó autorizado el culto privado. Alcalá Zamora abandona el gobierno y gran parte de la derecha reconsidera su primer apoyo a la República.—El reconocimiento sin limitaciones de los derechos individuales:
Derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a una vivienda digna… En relación con el derecho de propiedad privada, se recogíó la posibilidad de realizar expropiaciones por motivos de interés general.—La nueva organización de los poderes.
Las Cortes adquirían un gran poder, tanto legislativo como de control sobre el gobierno, y constaban de una sola cámara elegida por sufragio universal. El presidente de la República, elegido por los diputados, ocupaba la jefatura del Estado. Su mandato, sin posibilidad de reelección, duraba seis años y sus atribuciones eran reducidas. Se creó un Tribunal de Garantías Constitucionales.La Constitución definía el régimen como «una República democrática de trabajadores de toda clase» y era de carácter progresista, lo que quedaba subrayado con la aprobación del matrimonio civil y del divorcio, aspectos estos últimos que fueron muy debatidos.

1.3. El Bienio reformista o República de Izquierdas (1931-1933)

Para suavizar tensiones, Alcalá Zamora fue elegido presidente.
Manuel Azaña formará gobierno en coalición con los socialistas (gobierno republicano-socialista)
, y con el apoyo de los regionalistas catalanes y gallegos. Azaña se revelaría como la figura clave en estos dos años, llenos de iniciativas, que fueron los más fructíferos de toda la República. Mediante un «reformismo acelerado» tratará de eliminar todos los obstáculos que impedían, a su juicio, la modernización de España. En este sentido se emprendieron una serie de reformas:
a. La reforma militar trataba de someter el Ejército al poder civil gubernamental y reducir el nº de oficiales de 21.000 a 8.000 para ajustarlo a las necesidades reales y a la capacidad presupuestaria del país. La Ley Azaña (Abril de 1931)
Permitíó el retiro a los generales y oficiales que no quisieran jurar fidelidad a la República (casi la mitad de los posibles beneficiarios se acogieron a la ley) y reformó la enseñanza militar. Fue lo que se llamó “el desmoche del ejército”. Azaña consideraba que se había acabado con el ejército que intervénía en la política e impónía sus condiciones al poder civil. Sin embargo, la oposición del Ejército al profundo cambio que supónía la Ley Azaña, juntamente con la supresión de la Academia de Zaragoza, dirigida por el general Franco, y de los ascensos por méritos de guerra, se va a manifestar en la sublevación del general Sanjurjo en Sevilla —la Sanjurjada de Agosto de 1932—. El movimiento militar no contó con el apoyo suficiente y sus dirigentes fueron condenados a muerte, pena que fue conmutada por la de cadena perpetua.También se creó la Guardia de Asalto, como cuerpo adicto a la República y encargado del orden público, con el fin de sustituir al Ejército en esta función.

B. La reforma educativa y cultural

Ésta era considerada la cuestión  clave para conseguir la modernización de España.
Se declara la escuela primaria obligatoria, gratuita y mixta, esto último para escándalo de la derecha. Se incrementó en un 50% el dinero destinado a gastos educativos, se construyó 13.500 escuelas para luchar contra el analfabetismo a la vez que se mejoraba la formación y el sueldo de los maestros, se mejoró la enseñanza secundaria al duplicarse el número de institutos y se potenció la investigación en los niveles universitarios.Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública, entendía que la incultura hacía imposible la igualdad de oportunidades. Durante su breve mandato se construyeron 7.000 escuelas y se obligó al cierre de las escuelas confesionales.
Con Fernando de los Ríos se construyeron 6.500 escuelas y se creó un programa de alimentación infantil.Además surgieron 5.000 bibliotecas ambulantes, que solían ir acompañadas de las Misiones Pedagógicas, formadas por maestros y estudiantes, quienes se dedicaban a tareas de promoción cultural en las llamadas universidades populares. Llevaban a los pueblos el cinematógrafo, el gramófono, reproducción de cuadros famosos, libros y teatro (La Barraca dirigida por García Lorca y el Búho dirigido por Max Aub).
c. La cuestión religiosa fue, sin duda, la que creó más enemigos a la República, pero su planteamiento era obligado, ya que por un lado existía una identificación entre catolicismo, derecha y monarquía y, por otro, el republicanismo había tenido siempre matices anticlericales que derivaban de considerar a esos tres adversarios como uno solo.Teniendo como base la separación de la Iglesia y del Estado, se promulgó la extinción en dos años del presupuesto del clero y culto y el sometimiento de las órdenes religiosas a una ley especial (Ley de Congregaciones Religiosas, de Mayo de 1933). A lo largo de 1932 y 1933 se fueron promulgando leyes y decretos complementarios: disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes; matrimonio civil, divorcio y secularización de los cementerios; prohibición de la enseñanza a las órdenes religiosas. Todo esto significó una situación de constante oposición entre la Iglesia y la República, como quedó patente con la expulsión del país del cardenal Segura, primado de España, por su actitud abiertamente antirrepublicana.En este aspecto la actuación del gobierno republicano-socialista, que deseaba eliminar el poder y la influencia social de la Iglesia, fue inoportuna, pues se agredíó torpemente a los católicos (todos los actos externos de culto necesitaban la aprobación gubernativa y los alcaldes gravaban con impuestos el toque de campanas o los entierros católicos). La República se creó así muchos y  poderosos enemigos que la identificaron con el ataque a Dios y consideraron inaceptables el reconocimiento del divorcio, la supresión de la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en los colegios, la eliminación de los crucifijos de las aulas y la disolución de la Orden Jesuita.

D. La cuestión autonómica

La sociedad española venía arrastrando el problema de las autonomías regionales desde comienzos del Siglo XX. La represión de los nacionalismos, llevada a cabo por la Dictadura de Primo de Rivera, había contribuido a exacerbarlos.En Cataluña se aprobó el Estatuto de Autonomía en Septiembre de 1932 con el voto del 90% de los ciudadanos catalanes. Cataluña se convertía en una regíón autónoma con gobierno propio, la Generalitat, constituida por un presidente, un Parlamento que elegía al presidente y tenía el poder legislativo y un Consejo Ejecutivo. Tendría también policía propia y se reconocían como lenguas oficiales el castellano y el catalán. Al gobierno central quedaban reservadas la defensa nacional, las relaciones exteriores…Macià fue elegido presidente de la Generalitat y Companys lo fue del Parlamento. La aprobación del Estatuto contó con fuerte oposición en las Cortes y en la prensa de derechas, y despertó hondos recelos en los medios militares.En el País Vasco también tenía mucha fuerza el movimiento autonomista, pero el carácter fuertemente confesional del Partido Nacionalista Vasco dificultó las conversaciones con el gobierno de izquierdas sobre el futuro Estatuto de Euskadi, que no llegó a ser aprobado hasta Octubre de 1936. José Antonio Aguirre, líder del PNV, fue elegido primer lehendakari o presidente del gobierno autónomo vasco.El último Estatuto de Autonomía aprobado fue el gallego, en Febrero de 1938, pero no llegó a aplicarse porque Galicia quedó en el bando franquista durante la Guerra Civil.Entre los que veían en el fenómeno de las autonomías el desmembramiento de España crecía la animadversión hacia una República que las propiciaba.

E. La reforma laboral

Francisco Largo Caballero, líder de UGT y ministro de Trabajo, promovíó los seguros sociales, redujo la jornada laboral de los trabajadores del campo a ocho horas, etc. Pero las dos disposiciones más sobresalientes de su gestión fueron:—La Ley de Términos Municipales que establecía la obligación de los patronos de contratar a obreros de la localidad e impedía a los caciques acudir a trabajadores foráneos para controlar a los campesinos. Fue una disposición muy protestada porque, al no tener en cuenta la diversidad de los municipios españoles, en ocasiones, las buenas cosechas no se pudieron recoger enteras.—Los Jurados Mixtos arbitrarían soluciones a los conflictos laborales. Aunque eran escasamente imparciales, porque los presidentes de los Jurados eran elegidos por el gobierno y la representación obrera estaba monopolizada por la UGT, mejoraron de una manera considerable las condiciones de vida de los trabajadores, sobre todo de los agrícolas.Durante el régimen republicano no hubo un plan eficaz contra el paro. Pero, sin embargo, el ministro de Obras Públicas, Indalecio Prieto, propuso un gran plan que incluía la realización de las grandes terminales de los ferrocarriles de Madrid y planes hidráulicos como el trasvase del Tajo a la cuenca mediterránea, que no llegaría a realizarse.

F. La reforma agraria


Fue la más importante de todas. Los problemas principales de la agricultura nacional seguían siendo el latifundismo y el elevado número de jornaleros sin tierra. En 1932 se aprobó la Ley de Reforma Agraria a pesar del obstruccionismo de los partidos de derechas, opuestos a esta reforma en representación de los intereses de los terratenientes.—Las tierras pertenecientes a la extinguida Grandeza de España quedaron expropiadas sin indemnización (65 aristócratas poseían más de 500.000 hectáreas).—Todos los latifundios, terrenos sistemáticamente arrendados y tierras incultas o abandonadas, podían expropiarse a cambio de una indemnización del Estado.—Las tierras expropiadas se destinarían al asentamiento de campesinos, que explotarían las fincas de forma colectiva o cultivarían parcelas individuales, según ellos mismos decidieran.El Instituto de Reforma Agraria creado con la intención de asentar anualmente de 60.000 a 75.000 campesinos no contó con el crédito suficiente para indemnizar a los propietarios y dar créditos a los campesinos para abonos, semillas, maquinaria, etc. Y la reforma, que contaba con la oposición de los terratenientes expropiados, se quedó sin alcanzar sus metas.La protesta de la izquierda por la lentitud de la Reforma Agraria fue la causa del alzamiento anarquista que acabó con los sangrientos sucesos de Casas Viejas (Cádiz, Enero de 1933). En esta aldea andaluza, un grupo de jornaleros anarquistas mató a dos guardias civiles. Como represalia las fuerzas de orden público prendieron fuego a la casa de un líder anarquista y acribillaron a tiros a toda la familia, así como a otros doce campesinos. Este dramático episodio provocó la dimisión de Manuel Azaña en Septiembre de 1933, y el presidente de la República disolvíó las Cortes y convocó nuevas elecciones.Los jornaleros hambrientos de tierra quedaron decepcionados con la República y se inclinaron hacia las soluciones revolucionarias propuestas por los anarquistas.La difícil marcha de la economía, tras la Crisis del 29 y el fuerte incremento demográfico, dificultó enormemente la realización de estas reformas.2

. EL BIENIO RADICAL-CEDISTA Y LA REVOLUCIÓN DE 1934

El desorden reinante, la conflictividad laboral y la oposición de la derecha acabaron por erosionar el gobierno de Azaña. En consecuencia, en el mes de Octubre de 1933, el presidente de la República encargó a Diego Martínez Barrio formar gobierno y convocar nuevas elecciones.

2.1. Las elecciones de Noviembre de 1933: el triunfo de la Derecha

Durante el Bienio Reformista la derecha española tuvo tiempo de reorganizarse. En sus filas se distinguían dos grupos, según su actitud frente a la República:─La derecha posibilista que quería convertir la república de izquierdas en una república conservadora. Aquí destacaba la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)
Creada en Febrero de 1933 alrededor del partido
Acción Popular. Agrupaba amplios sectores católicos de clases medias, alta burguésía y terratenientes, así como pequeños y medianos campesinos. El dirigente más destacado de la CEDA era José María Gil Robles.─La derecha monárquica y antirrepublicana, que pretendía acabar con la República mediante la conspiración militar. Estaba representada por dos partidos: el Partido Carlista o Tradicionalista, de Fal Conde, que manténía la tradición del carlismo decimonónico; y Renovación Española, fundada en 1933, con José Calvo Sotelo como máximo representante, que agrupaba a un cierto número de militares y propugnaba el retorno a una monarquía autoritaria.Por último, aunque con un carácter muy minoritario, estaba la extrema derecha.
Bajo la inspiración del fascismo italiano y el nazismo alemán surgirán partidos totalitarios como las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo, y la Falange Española (FE), de José A. Primo de Rivera, que utilizó el terrorismo de sus pistoleros contra miembros de sindicatos y partidos de izquierda.
Los nacionalistas vascos (PNV)
y catalanes (Lliga, Ezquerra Republicana)
se presentan  en sus circunscripciones electorales.
La izquierda y el centro republicano acuden divididos. En el PSOE emerge cada vez con más fuerza la tendencia liderada por Largo Caballero, partidario de una radicalización del partido, alarmado por la situación austro-alemana y por el crecimiento, a su izquierda, de los comunistas. El PCE presenta un discurso aliancista, propiciado por el cambio que en la dirección del partido realizan José Díaz y Dolores Ibárruri «la Pasionaria».Durante la campaña electoral se pone de manifiesto la división profunda de la sociedad española.
Los socialistas presentan a Gil Robles como fascista y anuncian una revolución  social en caso de que gane la Derecha. Ésta censuraba la obra revolucionaria del gobierno anterior, y presentaba un programa con tres puntos clave: la revisión de la Constitución en lo referente a sus puntos laicos y progresistas, la supresión de la reforma agraria y la amnistía para las personas acusadas de delitos políticos, medida que beneficiaría, sobre todo, al general Sanjurjo.De los resultados de estas elecciones, contrasta el vuelco hacia la derecha del electorado. El grupo parlamentario más numeroso es la CEDA con 115 diputados, aunque el Partido Republicano Radical (que abandona progresivamente su discurso anticlerical) adquiere también una posición decisiva en el nuevo Parlamento con 102 diputados; mientras que los socialistas con 58 diputados reducen su representación a la mitad2.2. El gobierno radical-cedista
Tras su victoria en las elecciones, la CEDA y el Partido Radical iniciaron una colaboración parlamentaria y gubernamental (gobierno radical-cedista)
, cuyo evidente propósito consistía en rectificar la labor del gobierno anterior y detener las reformas iniciadas. El presidente de la República, Alcalá Zamora, nombró jefe de un gobierno monocolor al líder radical
Alejandro Lerroux y puso en «cuarentena» a la CEDA. El gobierno radical tendrá que hacer frente a una serie de problemas:—En Marzo, la crisis provocada en el Partido Radical por el abandono de Martínez Barrio  y de algunos diputados ante lo que consideran una aproximación a la derecha.—En Abril, la CEDA presenta en las Cortes la ley de Amnistía, que en principio fue rechazada por la presidencia de la República. Como consecuencia dimite Lerroux y es nombrado jefe de gobierno Ricardo Samper. La ley, con ciertas garantías para que los militares amnistiados no vuelvan al ejército, es aprobada finalmente.—La Generalitat de Cataluña, presidida por Lluis Companys, aprueba la ley de Contratos de Cultivo, que permitía el acceso, previo pago, a la propiedad por parte de los arrendatarios (los rabassaires), pero fue declarada anticonstitucional. La CEDA acusa de debilidad a Ricardo Samper y amenaza con la retirada del apoyo de su grupo parlamentario. Alcalá Zamora se ve obligado a nombrar nuevamente a Lerroux para la presidencia del Gobierno, que anuncia la entrada en el mismo de ministros de la CEDA el día 4 de Octubre.
2.3

La revolución de Octubre de 1934

Cuando la CEDA, que no había hecho una declaración expresa de fidelidad a la República, introduzca en el gobierno Lerroux a tres de sus miembros, se producirá la reacción revolucionaria de la izquierda, que había difundido la idea de que la entrada de la CEDA en el gobierno llevaría a la implantación del fascismo, el 5 de Octubre de 1934.Para entender esta actitud, es necesario considerar las medidas para la eliminación de las fuerzas de izquierda que desde el poder llevaba a cabo Adolfo Hitler, así como la persecución del socialismo en Austria, que incrementaron la desconfianza de los socialistas en el gobierno de la derecha y en su carácter democrático. Por ello, los socialistas, que habían preparado la respuesta ante un hipotético acceso de la CEDA al Gobierno, y habían aceptado la unidad con los comunistas en la Alianza Obrera, pondrán en marcha la revolución.
En Madrid, Barcelona, Bilbao… y, sobre todo, en Asturias la huelga general es seguida mayoritariamente. La insurrección fracasa pronto ante la reacción del Gobierno, que declara el estado de guerra. En Madrid se frustra un intento de asalto al Ministerio de la Gobernación y se detiene a parte de la dirección socialista (Largo Caballero…). En Cataluña, Lluis Companys proclamó el 6 de Octubre el Estado Catalán dentro de la República Federal española, pero el gobierno dominó rápidamente la situación, y como consecuencia se suspendíó el Estatuto de Autonomía y Companys fue encarcelado.En Asturias, sin embargo, la revolución, organizada por los socialistas, con la colaboración de los anarquistas y de los comunistas, triunfó en las cuencas mineras, llegando los sublevados a ocupar Avilés, Gijón y, más tarde, Oviedo, donde se disponen a implantar «la República socialista», que supondría la toma del poder por la clase obrera y establecer, a semejanza de lo ocurrido en la URSS, la dictadura del proletariado. Durante quince días, la zona minera de Asturias es dominada por los comités locales revolucionarios.El Gobierno pone en marcha una auténtica campaña de guerra para restablecer el orden. Las tropas coloniales (la Legión y los Regulares) desembarcan en Gijón el 10 de Octubre. El general López Ochoa y el teniente coronel Yagüe, bajo el mando del general Franco, acaban con el levantamiento. El 18 de Octubre, el comité revolucionario negocia la rendición de Mieres, reducto final de la revolución.El coste del levantamiento de Asturias (la llamada Comuna española) es el de una pequeña Guerra Civil: más de 1300 muertos, 3000 heridos, tres penas de muerte y más de 30000 detenidos, incluido el comité revolucionario.

2.4. La política contarreformista

                        Durante el Bienio radical-cedista o Bienio conservador, también llamado por las izquierdas «Bienio Negro», se llevará a cabo una  política contrarreformista o restauradora:

A. La contrarreforma agraria y sociolaboral

Se detuvo el proceso de entrega de tierras  a los campesinos y se decretó la libertad de contratación y de fijación de salarios en el campo. Miles de jornaleros fueron expulsados de las tierras que habían ocupado. Los terratenientes se negaron a contratar a quienes hubieran manifestado una actitud reivindicativa y comenzaron a pagar de nuevo salarios de miseria. La huelga general de Junio de 1934 fue reprimida con dureza: 13 muertos,  más de 7.000 jornaleros detenidos y desmantelamiento de los sindicatos agrarios.

B. La política autonómica

Se frenan los intentos autonomistas de gallegos, valencianos, andaluces y vascos. Tras la revolución de Octubre de 1934 se suspende el Estatuto de Autonomía de Cataluña.
c. La reforma militar quedó también detenida y se puso en destinos claves a militares como Goded, Cabanellas, Mola (jefe del Ejército de África) o Franco (jefe del Estado Mayor Central), algunos de ellos manifiestamente antirrepublicanos. Gil Robles destituyó de sus puestos a los militares que tenían fama de ser fieles a la República.
d. La política religiosa y educativa sufríó igualmente un cambio radical. Las Cortes fijaron derechos pasivos para el clero, lo que iba en contra la Constitución, y se paralizó el proceso de secularización de la enseñanza. Se detuvieron también los programas de construcciones escolares y de extensión cultural, al tiempo que se anulaba la enseñanza mixta.Y no se llegó a un acuerdo para revisar la Constitución. Se ponía, así, de manifiesto la inoperancia del parlamento conservador y la impotencia de los gobiernos democráticos de centro-derecha para ofrecer una alternativa real a la política reformista del primer bienio.

2.5. Los escándalos y el final del Bienio conservador

Tras la Revolución de Octubre, las posturas políticas se polarizaron. Gil Robles asumíó la cartera del ministerio de la Guerra y se aceleró la política revisionista. A la vez tomaron fuerza los grupos fascistas (Falange Española de José A. Primo de Rivera) y se acentuaron las posturas totalitarias de la ultraderecha (Renovación Española de José Calvo Sotelo).Los últimos meses de la coalición radical-cedista están caracterizados por los

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