20 Oct

Introducción/


El historiador para conocer el pasado y reconstruirlo dispone fundamentalmente de fuentes, de documentos. Estos testimonios pueden ser de diversos tipos, lo que ha llevado a varias clasificaciones de las fuentes históricas. Topolski distingue entre fuentes directas e indirectas . Las primeras son utilizadas para hacer la historia sin textos, se presentan sin signos convencionales, ellas mismas son hechos históricos, mientras que las segundas sí utilizan los textos escritos, pero presentan un grave problema cual es el examen de la fiabilidad del informante que no atañen a las fuentes directas/Las fuentes indirectas las divide en: fuentes escritas , fundamentalmente de dos tipos: historiográficas y las documentales o archivísticas, y las no escritas que son las que trasmi ten información mediante otros símbolos que no es la escritura/Las historiográficas tienen como misión no solo exteriorizar las ideas del autor sino también informar a las generaciones contemporáneas y venideras de los sucesos acaecidos en ese momento o en épocas anteriores/Las documentales, tienen una finalidad jurídica o inmediatamente práctica/La ciencia que estudia las fuentes documentales y establece mediante una metodología propia, sobre todo su autenticidad o falsedad se llama DIPLOMÁTICA/ Esta re flexión se remonta desde finales de la Edad Media pero fue la Escuela del siglo XVII, encabezada por Papenbroeck y Mabillon, la que agrupó los documentos en auténticos y falsos, más tarde la corriente erudita del siglo XIX fue la que dio la primera clasificación completa de las fuentes: Lelewel, Daunon y en el siglo XX: Droysen, Berheim y Labuda, entre otro/Evolución del concepto de Diplomática

Atendiendo a su valor etimológico, la palabra diploma viene del griego: diploo (doblado), con referencia especial a los documentos empleados en época romana que se expedían en forma de díptico, con dos tablillas de bronce plegadas en mismas. Una contenía el permiso o li cencia de libre circulación dado a los correos que era expedido por el Senado o por emperador. El otro, era el pasaporte entregado a los soldados romanos en el momento de terminar su compromiso militar que les daba el ius civitatis y el ius connubi»/La Edad Media no olvidó del todo el sentido etimológico de la palabra tal como aparece en varios pasajes de Juan de Salisbury o Pedro Blosio, pero hay que llegar al Renacimiento para que la palabra diploma sea aplicada a los documentos más solemnes y antiguos emanados de los soberanos y grandes señores, es decir, aquellos que tienen una cancillería u oficina organizada, siendo esta acepción la más admitida por los historiadores y juristas de los siglos XVI y XVII, aunque quien la consagra es Jean Mabillon en su De*Re*Diplomatica*Libri*sex*(1681) . En el siglo XIX no hay una unificación de criterios . Para unos , el diploma se identificaba como documento medieval, en general, para otros , era el documento alto medieval, para otros , sólo los más solemnes o procedentes de las cancillerías reales . Sin embargo, éste será el siglo de las nuevas aportaciones metodológicas que proceden de la escuela austriacaa alemana con Julius Ficker, Theodor y Heinrich Brunner. Para algunos autores del siglo XXque la Diplomática ha pasado de ser etimológicamente la ciencia de los diplomas a la ciencia de los documentos tal y como la define Battelli en su acepción más simple:
la Diplomática es la ciencia de los documentos /Sin embargo, debajo de ese valor genérico, se puede dar esta definición:
ciencia que determina y dictamina sobre la autenticidad de los documentos, mediante el examen de sus características externas e internas/La Diplomática tiene una materia, una forma y una causalidad propia que le da el valor de ciencia en sí misma, independientemente del auxilio que le pueda prestar a otras ciencias. La materia diplomática es el documento escrito, pero esta definición tropieza con dificultades ya que los tratadistas no se ponen de acuerdo/En época romana las palabras documentum e instrumentum tenían un valor jurídico restringido y significaban cualquier testimonio oral o escrito que sirviera de prueba. Los tratadistas medievales y las ciencias jurídicas e históricas no admiten la significación romana y solo se la aplican a los testimonios escritos. Distinguen tres clases principales: las actas, escrituras y documentos, como veremos más adelante/ La palabra documento queda restringida en su significación, lo que constituye realmente el campo de la Diplomática. Pero se trata de una generalidad que hay que precisar, y en lo que sí están de acuerdo los eruditos es en que el documento es un escrito que tiene a un tiempo carácter histórico ajurídico y una forma de redacción conveniente , aunque no todos admiten la tercera función del documento/Son cuatro los aspectos característico bajo el cual la Diplomática contempla el documento: filológico, paleográfico, histórico, y el jurídico. El diplomatista debe considerar los cuatro pues la primera tarea que le incumbe es interrogarse sobre la credibilidad de lo escrito, determinar la autenticidad diplomática del documento a que no debe confundirse con la jurídica. Algunos autores de la escuela alemana plantean que el aspecto jurídico es fundamental en nuestra disciplina , o sea, si un documento es verdadero o falso o si lo es en todo o en parte, tratando de llegar a concluir que hay concor dancia total o parcial entre los elementos internos y externos que lo forman/Esta búsqueda de lo auténtico es la característica de la definición que da Mabillon. La Diplomática fue considerada desde sus orígenes como una ciencia auxiliar de la Historia, de la Historia que se elabora sobre las fuentes documentales cuya naturaleza sea jurídica , y que tendrá que recurrir a la Historia de las Institucion es, Cronología, Sigilografía, Paleografía, Filología/Hoy día el panorama ha cambiado sustancialmente. Primero, porque el límite que circunscribía la ciencia a los documentos medievales y procedentes de reyes, papas y señores se ha rebasado hasta llegar a los documentos actuales




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