27 Mar

3El texto se refiere a la segunda formulación del imperativo categórico (la formulación de la humanidad): todo ser racional existe como fin en sí mismo y no puede ser usado meramente como medio, al contrario de las cosas irracionales, que tienen valor relativo y se usan como medios.IMPERATIVOS HIPOTÉTICOS Y CATEGÓRICOS.Los imperativos son órdenes o mandatos, y hay dos tipos: a) Imperativos hipotéticos.- Ordenan una conducta como medio para un fin determinado, encontrándose condicionados por la búsqueda de estos fines, que pueden ser la satisfacción de deseos.No sirven como principios de moralidad.B) Imperativos categóricos.- Prescriben una acción por sí misma, sin referencia a ningún fin: son formales, pues no se refieren al contenido.Obligan a la voluntad racional mediante una relación a priori.Se formulan como máximas absolutas, y constituyen los mandatos o leyes morales.Las leyes en general pueden expresarse en máximas (principios subjetivos del querer que proceden de la Razón) o normas (principios objetivos que proceden de las instituciones).Los imperativos categóricos se formulan como máximas absolutas, son el principio supremo de moralidad al cual debe conformarse la buena voluntad y constituyen los mandatos o leyes morales.
FORMULACIONES DEL IMPERATIVO CATEGÓRICO:1.- La primera es la formulación de la ley universal:
“Yo no debo obrar nunca más que de tal modo que la máxima de mi voluntad pueda convertirse en ley universal”.

2.- La segunda es la formulación de la humanidad, según la cual debemos tratar a todas las personas siempre como un fin y nunca como un mero medio.Según Kant, si ha de haber un principio práctico supremo y un imperativo categórico que determine a la voluntad humana.El fundamento de este principio es: la naturaleza racional existe como fin en sí mismo.El imperativo práctico será Obra de tal manera que trates siempre a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, siempre como un fin y nunca como simple medio”. Kant pone varios ejemplos, como el del suicidio
3.- Según el segundo principio, el sujeto de todos los fines es todo ser racional, como fin en sí mismo, de donde sigue el tercer principio práctico de la voluntad, como condición suprema de la concordancia de la voluntad con la razón práctica universal, y es la idea de la voluntad de todo ser racional como una voluntad universalmente legisladora: Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en el reino universal de los fines.

1Kant nace en 1724 en la ciudad de Königsberg, que en aquella época era la capital de Prusia oriental y que actualmente pertenece a Rusia y se llama Kaliningrado.
Es una de las principales figuras del periodo histórico de la Ilustración o Iluminismo que, como su nombre indica, es una época de luz, brillo y esplendor de la Razón. Se trata de un movimiento cultural que se desarrolla en Europa Occidental durante el s. XVIII, llamado por ello el siglo de las luces. Además de Kant, otros destacados filósofos ilustrados son, Locke, Hume y Rousseau. Kant desarrolla una Filosofía crítica denominada Idealismo Transcendental, con la que pretende realizar una síntesis conciliadora entre las posturas contrapuestas de Racionalismo y Empirismo.

2Comienza estableciendo que el hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en sí mismo y no puede ser usado sólo como medio. Por tanto, debe ser considerado como fin tanto en las acciones dirigidas hacia sí mismo como hacia los demás.
A continuación señala que tanto los objetos hacia los que se dirigen las inclinaciones humanas, como los seres naturales que son irracionales, tienen valor relativo condicionado, como simples medios, y por eso son llamados “cosas”. En contraposición a esto, afirma que los seres racionales son llamados “personas” porque en su naturaleza radica el ser fines en sí mismos y no pueden ser usados meramente como medios

4El texto tiene plena vigencia en el mundo actual como se demuestra al compararlo con la Declaración Universal de Derechos Humanos, que es el código ético en el que se fundamenta nuestra sociedad democrática.
Kant considera que los seres racionales, las personas, son fines en sí mismos y no pueden ser usados como medios, ya que tienen un valor interno que debe ser respetado. Este valor intrínseco es lo que actualmente llamamos “dignidad de la persona”, que viene recogida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en la cual, ya desde el Preámbulo se establece la dignidad y el valor de la persona y se considera a todas las personas como miembros de la familia humana. En el primer artículo se afirma que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Por desgracia, ni todos los países ni todas las personas se rigen en sus acciones por el código moral de la D. U. D. H. Ya que existen individuos y gobiernos que usan a las demás personas como meros objetos o fines para sus intereses, ya sean intereses económicos, geo-políticos, etc. Esto se manifiesta en fenómenos de plena actualidad como por ejemplo:  El terrorismo, que considera a las personas como meros instrumentos o cosas, por lo cual los terroristas asesinan a cualquiera (incluso a sí mismos) como simple medio para sus fines. La trata de seres humanos, como ocurre en la prostitución forzada, donde se utiliza a las personas como meros objetos para sacarles un rendimiento económico, privándoles de derechos fundamentales como el de la libertad y el de no recibir trato degradante. La creación de conflictos bélicos enormemente destructivos y sangrientos en países que vivían en paz, causando la muerte de centenares de miles de personas y la migración de miles de refugiados, como por ejemplo las actuales guerras de Libia y Siria generadas por los gobiernos de países muy poderosos que sólo tienen en cuenta sus intereses económicos, geopolíticos y estratégico-militares

Deja un comentario