26 Ene


Función de guardia y custodia de los más jóvenes


En los siglos XV y XVI comienza una nueva organización sociopolítica a consecuencia de la creación de Estados Nacionales. El Estado pretende crear ciudadanos libres y sustituir a la iglesia en la mediación entre éstos y Dios, estableciendo nuevas normas de comportamiento y unas guías públicas de moralidad.Cualquier forma de educación es la imposición de una cultura a la que toda la variedad de culturas representada en el conjunto del territorio debe tender. Esto se traduce en control, vigilancia, represión, conversión y asimilación mediante la violencia física, para reprimir y controlar a la población adulta, y violencia simbólica, sobre la voluntad de los que acaban asumíéndola como una salvación. Influencias de humanistas, reformadores y religiosos imponen definiciones legítimas de lo que es de Dios y lo que es del César, de buen comportamiento, etc. Todo ello enfocado a cada uno de los posibles receptores. Tras la revolución francesa, se procura culturizar a la población adulta y uniformarla como método de control. Se estigmatiza y persigue el vagabundeo y la mendicidad, asociándola a la ignorancia. Para el control de la población infantil, la institución escolar tiene un papel crucial. Distinguimos tres tipos de infancia con distinto tratamiento:-La nobleza ennoblecida, a cuyos vástagos se educa en comportamiento y elegancia, de manera que se distancien de otros grupos, adquiriendo una identidad propia a través de maestros domésticos.-La pobreza enriquecida, los hijos de las clases populares. Recogidos en albergues, hospitales, casas de misericordia y seminarios de pobres.  Se les inculca la moral, formación de hábitos de subordinación, obediencia y laboriosidad. Los programas pasan por la fijación espacial, memorización de catecismos , enclaustramiento semiconventual y reglamentación de sus vidas, que les lleve a la sumisión de la autoridad y al temor al castigo.-La nueva nobleza (burguésía comerciante).  De la mano de los jesuitas, se les educa en compostura, rectitud, modestia, aplicación al estudio, etc. Escamoteando instrucciones en armas o caballerescas como en la clásica nobleza.Con el tiempo, habrán de unificarse bajo esta última, modelo hegemónico en una sociedad en la que el poder económico y político recae en la burguésía. Se crean los centros de acogida en forma de escuelas y se reglamenta en cuanto a niveles, grados contenidos, etc. La iglesia se encarga durante un siglo y medio más de la educación de las clases más bajas, aún tras la ley Moyano de 1857 (escuela obligatoria entre 6 y 9 años) la educación sigue sin ser gratuita, llegando al 52% de población analfabeta en 1920. Salvando la época de la república (1931-1939), no es hasta 1970 con la LGE cuando se establece la educación obligatoria y gratuita. Tras la constitución de 1978 se ha llegado a ampliar en dos años la escolarización.En la actualidad, se promulga la igualdad de oportunidades, aunque coexisten la vía pública y la privada, con diferencias en la socialización, modos y medios de vida, expectativas, etc.En las dos últimas décadas, la escuela ha desempeñado la función de guardia y custodia. La incorporación de la mujer al mundo laborar proliferó la creación de centros de acogida de primera infancia, anteriormente conocidas como guarderías. A esta función, se añade la de retención y contención de la infancia y de la juventud en su incorporación al mundo del trabajo, ligada a la legislación laboral.
Educación obligatoria hasta la edad activa.

Función de cohesión social y de constricción de identidades nacionales

Tras las revoluciones burguesa, americana, francesa y la de Inglaterra, y con la consolidación de los Estados nacionales, se va consolidando también el sistema de enseñanza. La función de la escuela sería facilitar la comunicación unificando la lengua, una historia común, delimitar fronteras con la geografía, homogenizando pesos y medidas para el comercio y lograr la adhesión al poder mediante el adoctrinamiento político e ideológico.El sistema de enseñanza y la constitución de las naciones, coinciden en el punto de homogeneizar, unificar y centralizar las prácticas educativas (agentes, contenidos y procedimientos) bajo un modelo de organización política cada vez más centralizado, secularizado y burocratizado, que garantiza el derecho y deber del ciudadano de la educación. Todo ello, garantizando la igualdad de acceso a ello.Insostenible en el antiguo régimen, el sistema de enseñanza también establece un consenso que posibilite y legitime el orden social establecido por la burguésía a través de unos hábitos de pensamiento y comportamiento inculcados.La necesidad de una homogeneidad y a su vez diversidad, llevó a dividir el sistema educativo en dos partes: Una primera educación básica (lengua estándar, lectura y escritura, aritmética y cálculo, literatura, geografía y buenas costumbres; y el conocimiento especializado, que permite asegurar la división del trabajo. Así pues, el proceso de homogenización y el de diferenciación social no actúan por separado, ambos a cargo de la institución escolar; todo ello sin afectar a otra función fundamental, la de crear consenso, cohesión e identidades comunes que conllevan un orden social.


Formación para el trabajo y distribución de las posiciones sociales


Capacitación para el trabajo:La función manifiesta más importante de la escuela hoy es la capacitación de los jóvenes para el trabajo. La mayoría de individuos sostiene que en la escuela recae la responsabilidad de formar a los futuros ciudadanos trabajadores.Los escolares (y sus padres) toman las decisiones referentes a la escolarización en base al futuro profesional. Los contribuyentes esperan que esta inversión en educación no de otro resultado que profesionales cualificados que enriquezcan la nacíón. Partimos de la consecución de unos mínimos generales y unos conocimientos específicos que lleven a cada puesto en concreto a los profesionales mejor cualificados. Los niveles obligatorios y gratuitos son: una educación básica, infantil y primaria, común a toda la población, una educación secundaria obligatoria (ESO) que daba acceso al mundo laboral, a formación profesional o a las distintas ramas de Bachillerato para llegar a la tercera opción, la universidad.El realce económico vivido en los años 50 y 60, llevó al firme pensamiento de que una buena educación se traducía en un aumento de la productividad y en consecuencia al enriquecimiento del país. Diversos estudios demostraron que muchos estudiantes acababan realizando trabajos para los que no era imprescindible la formación que poseían, verificándose así que una mejor educación no llevaba necesariamente al incremento de la producción.Diversas teorías se desarrollaron para apoyar o desacreditar los enfoques funcionalistas y la teoría del capital humano. Dos muy interesantes para la relación educación-empleo:La teoría de la correspondencia, de orientación marxiana. Defiende que los sistemas educativos se expandieron enfocados al control social necesario debido a la industrialización y la urbanización. Inculcando valores no cognitivos como la disciplina, la obediencia y el respeto a la autoridad, en lugar de conocimientos para realizar tareas concretas.La teoría credencialista, de orientación neo-weberiana. Defiende que los títulos obtenidos son la moneda de cambio en el mundo laboral. La formación cognitiva y cualificativa, se lleva a cabo en el lugar de trabajo, siendo más atractivo para el empleador. Serían los títulos lo más parecido al apellido o el linaje en la antigüedad.Ambas intentan demostrar que el mundo laboral y el educativo no van por el mismo lado por varias razones:-La innovación tecnológica no conlleva necesariamente tareas más complejas.-Muchos puestos de trabajo son desempeñados por personas cuya formación escolar poco o nada tiene que ver con ellos.-Porque lo aprendido en el corto espacio de tiempo escolar se ha de aplicar en un amplio y cambiante espacio de tiempo.-Porque el nivel social sigue determinando fuertemente las oportunidades de acceso a ciertos niveles de la estructura ocupacional.Distribución de las posiciones sociales:Tras la segunda Guerra Mundial, se comienza  a instaurar en muchos países el estado de bienestar. A través del carácter igualatorio de la escuela, empiezan a ser los méritos de cada uno y no el nacimiento los que dan el prestigio. En esta ideología meritocrática según Carabaña:  las posiciones sociales se distribuyen según méritos y no herencia; la educación formal es el medio para adquirirlos; el acceso a esta educación depende sólo de las preferencias y capacidades de cada uno; estas capacidades se distribuyen al azar entre los distintos grupos de población.



Formación para el trabajo y distribución de las posiciones sociales


Capacitación para el trabajo:La función manifiesta más importante de la escuela hoy es la capacitación de los jóvenes para el trabajo. La mayoría de individuos sostiene que en la escuela recae la responsabilidad de formar a los futuros ciudadanos trabajadores.Los escolares (y sus padres) toman las decisiones referentes a la escolarización en base al futuro profesional. Los contribuyentes esperan que esta inversión en educación no de otro resultado que profesionales cualificados que enriquezcan la nacíón. Partimos de la consecución de unos mínimos generales y unos conocimientos específicos que lleven a cada puesto en concreto a los profesionales mejor cualificados. Los niveles obligatorios y gratuitos son: una educación básica, infantil y primaria, común a toda la población, una educación secundaria obligatoria (ESO) que daba acceso al mundo laboral, a formación profesional o a las distintas ramas de Bachillerato para llegar a la tercera opción, la universidad.El realce económico vivido en los años 50 y 60, llevó al firme pensamiento de que una buena educación se traducía en un aumento de la productividad y en consecuencia al enriquecimiento del país. Diversos estudios demostraron que muchos estudiantes acababan realizando trabajos para los que no era imprescindible la formación que poseían, verificándose así que una mejor educación no llevaba necesariamente al incremento de la producción.Diversas teorías se desarrollaron para apoyar o desacreditar los enfoques funcionalistas y la teoría del capital humano. Dos muy interesantes para la relación educación-empleo:La teoría de la correspondencia, de orientación marxiana. Defiende que los sistemas educativos se expandieron enfocados al control social necesario debido a la industrialización y la urbanización. Inculcando valores no cognitivos como la disciplina, la obediencia y el respeto a la autoridad, en lugar de conocimientos para realizar tareas concretas.La teoría credencialista, de orientación neo-weberiana. Defiende que los títulos obtenidos son la moneda de cambio en el mundo laboral. La formación cognitiva y cualificativa, se lleva a cabo en el lugar de trabajo, siendo más atractivo para el empleador. Serían los títulos lo más parecido al apellido o el linaje en la antigüedad.Ambas intentan demostrar que el mundo laboral y el educativo no van por el mismo lado por varias razones:-La innovación tecnológica no conlleva necesariamente tareas más complejas.-Muchos puestos de trabajo son desempeñados por personas cuya formación escolar poco o nada tiene que ver con ellos.-Porque lo aprendido en el corto espacio de tiempo escolar se ha de aplicar en un amplio y cambiante espacio de tiempo.-Porque el nivel social sigue determinando fuertemente las oportunidades de acceso a ciertos niveles de la estructura ocupacional.Distribución de las posiciones sociales:Tras la segunda Guerra Mundial, se comienza  a instaurar en muchos países el estado de bienestar. A través del carácter igualatorio de la escuela, empiezan a ser los méritos de cada uno y no el nacimiento los que dan el prestigio. En esta ideología meritocrática según Carabaña:  las posiciones sociales se distribuyen según méritos y no herencia; la educación formal es el medio para adquirirlos; el acceso a esta educación depende sólo de las preferencias y capacidades de cada uno; estas capacidades se distribuyen al azar entre los distintos grupos de población.


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