29 Sep

Llamamos literatura medieval al conjunto de textos compuestos en castellano desde los orígenes de la lengua hasta el s. XV. Es una época sin unidad política en el espacio geográfico de la península, y por tanto, no podemos hablar de ella como “España”. Fue llamado por los romanos Hispania. Conviven en la península con los pueblos prerromanos y se produce un fenómeno de diglosia: hay varias lenguas en un mismo territorio, una lengua A de mayor prestigio por su utilización en la administración pública y por ser la que hablan las élites (látin en este caso), y unas lenguas B utilizadas en entornos familiares, en los comercios, en la vida diaria, etc. Mediante la diglosia se selecciona la que se usa en función del momento y la situación. Aún hoy nos quedan restos de las lenguas prerromanas escritas en la toponimia o en la epigrafía. Cuando el Imperio romano se resquebrajó, los pueblos germánicos  se establecieron en la península. Traen su lengua germánica que convive con las que ya había en el territorio pero mantuvieron como idioma de prestigio el latín.  En el 711 el pueblo árabe entra por el sur. Toda la Hispania romana pasa a ser denominada Al-Ándalus y Sefarad es también otro nombre para Hispania, en este caso empleado por los judíos. Tras diversas crisis aparece una lengua procedente del latín vulgar que hablaban los cristianos,  junto con el árabe y el hebreo. En un primer momento lo más hablado es el mozárabe. De esta época conservamos los breves y escasos poemas llamados “jarchas”, compuestos en mozárabe.


En el norte de la península encontramos otra lengua romance, derivada del latín vulgar: el gallego portugués. En la zona de la Rioja surgirá el castellano conviviendo con el vasco. Algunas de estas lenguas desaparecen como el asturiano y otras se dividen, como el gallego-portugués. Estas lenguas evolucionan de manera muy lenta con respecto al latín (oeste – norte) mientras que el castellano evoluciona a mayor velocidad y con peculiaridades fonéticas distintas debido a su contacto con el vasco. Es pues el sustrato vasco de la lengua castellana. El primer documento que conservamos en castellano fue encontrado en La Rioja, las “Glosas emilianenses”. El castellano va llegando poco a poco a los documentos y en este ya aparecen algunas expresiones castellanos. El documento se genera en el monasterio de San Millán de Cogolla de mano de clérigos que saben leer y escribir latín. Consiste en un texto litúrgico en latín con glosas (anotaciones aclaratorias). En el sur, encontramos el primer documento en mozárabe, las jarchas, que actualmente se parecen más al portugués que al español. Son poemas populares, son anónimos y transmitidos oralmente pues son la letra de una música. Es el primer testimonio de literatura “española” y de la poesía popular. Las jarchas son composiciones breves, concisas, de alta carga semántica, y casi siempre de temática amorosa. Una voz femenina habla su triste experiencia amorosa a otra voz femenina, su madre . Los árabes componen un poema más extenso en árabe que cierran con una jarcha, por lo que de esta manera pasa de la oralidad a la lengua escrita.  Este poema es la “moaxaja”.


Mester de clerecía (s. XII): El mester de clerecía es el primer movimiento literario en el que encontramos un autor conocido con absoluta seguridad (Gonzalo de Berceo) e incluso parte de una biografía. Está vinculado a la Iglesia y la Universidad. Importante es la influencia francesa, de donde toma el metro. La utilización de versos largos (considerados cultos) rompe y se opone a la épica. Veamos ahora algunos de las obras más importantes conservadas: Librde Alexandre:
Es la primera obra del mester de clerecía que conocemos. Es anónima aunque puede este vinculada a la Universidad de Palencia. Contiene el primer “manifiesto” de la literatura española pues nos muestra las intenciones de la composición en la segunda estrofa. Los versos se componen de alrededor de 14 sílabas divididos por un hemistiquio, una pausa (cesura) dentro del verso que impide la sinalefa entre la 6ª y la 8ª sílaba. La rima del poema es monosílaba. El ritmo muy pausado y su finalidad es el aprendizaje de un mensaje moral. Este tipo de estrofas la misma obra nos dice que se llama cuaderna vía.

Romance


La métrica del romance deriva de la poesía épica (16 sílabas con hemistiquio).

Prosa medieval: Conviene recordar la diglosia existente en toda la Romania y el papel de lengua vulgar del castellano. Las personas que dominan la escritura leen y componen en latín, pues la lengua vulgar no tiene valor para transmitir conocimiento. Alfonso X comienza a impulsar la creación de prosa en castellano. Castilla busca la difusión de una cultura en castellano y crea la llamada “Escuela de traductores de Toledo” compuesta por intelectuales de las tres culturas de la península (cristianos, árabes y judíos).


Toledo hereda la cultura grecolatina desde el árabe y Alfonso X manda trasvasar los textos en latín, hebreo, griego y árabe al castellano para obtener una producción cultural en castellano. Algunas de las obras de Alfonso X son las “Cantigas” (poemas líricos), compuestas en gallego.

Juan Manuel es el primer autor que tiene una fuerte voluntad de autoría. Encarga que toda su obra sea englobada en un manuscrito y que nadie puede alterarlo. Su obra “El Conde Lucanor” sigue el modelo del “Sendebar”. Las historias carecen de unidad a excepción de los diálogos entre el señor y el criado. La novela sentimental y los libros de caballerías. Estos géneros atraviesan la frontera de lo medieval y renacentista pues van desde el siglo XIV hasta el XVI. En la evolución argumental no hay evolución psicológica. Esta característica los diferenciará de otra.

En la novela sentimental está más enraizada en el humanismo y en ella no hay un paisaje definido, todos son paisajes interiores. En cambio, el paisaje de los libros de caballerías es un paisaje mágico, lleno de seres y elementos fantásticos.

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