09 Jun

La arquitectura griega es una arquitectura que va a ir evolucionando a lo largo del tiempo, pero sus carácterísticas se van a definir desde un momento muy temprano. De la arquitectura griega civil han quedado muy pocos restos, por lo que predomina la arquitectura religiosa que se conoce principalmente por Vitrubio.

Las principales carácterísticas de la Arquitectura
Griega son:Es una arquitectura fundamentalmente adintelada, aunque conocen la bóveda no la utilizan.Es monumental, pero no colosal como Egipto.Es muy equilibrada en cuanto al trazado de su plantel esforzado es una fácil lectura proporcionada por qué todo este hecho con una medida, con un canon.Es fruto de un trabajo en equipo, lo que hace que sea una arquitectura de una gran perfección, con mucha armónía. Esto fue conseguido principalmente en la época clásica. Al ser una arquitectura armoniosa es una arquitectura bella.El material es fundamentalmente la piedra y dentro de ellas el mármol es la preferida, pero también se utilizaron otros materiales. En un principio se utiliza la madera o la mampostería, recurríéndose a un enlucido hecho de polvo de mármol que luego se policroma, aunque esta policromía se ha perdido. El color era menos fuerte en el mármol que en otras piedras. El aparejo es con una sillería regular y uniforme.Va a llevar siempre elementos decorativos: cenefas, rosetas, ovas, perlas, palmetas…

Caracteres generales del arte griegoLos edificios griegos eran construidos a la medida del hombre. Los mismos eran concebidos para ser admirados desde el exterior, es por esto que le dan mayor importancia a los exteriores y no a los interiores. Los griegos siempre se esmeraron en los edificios públicos, ya que no daban importancia al hogar. Los edificios más construidos fueron templos, santuarios. Siempre se basaban en el concepto de conjunto.En la arquitectura griega encontramos un elemento considerado básico: la Columna. Se la considera elemento imprescindible de la estética de su arte.La arquitectura griega es arquitrabada o adintelada, en ella dominan las líneas rectas, tanto horizontales como verticales.Gracias al estilo de la columna distinguimos tres ordenes: dórico, jónico, y corintio. Los cuáles expondremos y explicaremos más adelante.Los griegos también se destacaron por el hecho, de no sobreponer jamás pisos. Dedicándonos ahora a los materiales, recordaremos que en sus orígenes utilizaban la madera, posteriormente se hicieron con materiales más sufridos y duraderos. En un principio, utilizaron el aglomerado, y más tarde utilizaron el mármol y la piedra por largo tiempo. Se empezó a utilizar mármol en la época clásica.Los edificios, en especial los templos, eran policromados. Normalmente se “policromaban” los frisos y los relieves. El fondo de las metopas era pintado de verde, y los triglifos de azul.Ahora nos referiremos a la harmonía visual, gran obsesión de los helenos. Para conseguir la total harmonía y perfección en los templos, los griegos utilizaron varias técnicas. Entre ellas se destacan varias. Es el caso de la mala inclinación de las columnas, porqué desde lejos se veían torcidas. También se utilizó la éntasis, que consistía en un ensanche central de las columnas, para evitar el deforme visual. Referido a las columnas, encontramos una desigualdad en la distancia entre ellas.El arquitrabe se ve afectado por el defecto visual, por su posición totalmente horizontal. Para solucionarlo curvarán el estereóbato y el entablamiento.

Contexto

El Mediterráneo entre los s. VIII a.C. Y VII de nuestra era, vio nace y desarrollarse algunas de las civilizaciones que marcaron profundamente el devenir de Occidente. Después de la influencia fenicia, cuya cultura ligada al comercio marítimo se extendíó por las costas norteafricanas e ibéricas e incluso propicio la fundación  de Cartago, la hegemonía griega se hizo patente mediante la diáspora llevada a cabo desde sus superpobladas polis. Sus habitantes hicieron lo propio a lo largo y lo ancho del mar Mediterráneo, un mar interior a caballo entre tres continentes (Europa, Asía y África), establecíéndose en colonias, que fueron especialmente importantes en Asía Menor y el sur de Italia. La poderosa civilización griega fue decisiva en el desarrollo de otras que la siguieron, particularmente la romana, cuyo vertiginoso desarrollo desde el s. IV a.C. Coincidíó con la expansión del Helenismo tras la desaparición de Alejandro Magno. Tras el período republicano, el Imperio Romano alcanzó la mayor extensión que había tenido un estado hasta entonces. La expansión territorial fue seguida de la difusión de su lengua y de un pragmatismo religioso, urbano, arquitectónico y artístico que arraigaron allí donde se asentaron.

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