27 Abr

  1. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930)


  • EL INTERVENCIONISMO MILITAR EN 1923


1923 se estaba conspirando, desde dos movimientos, para terminar con el gobierno liberal:

 El primer vinculado a las Juntas de Defensa de Barcelona, de las que se valdría Primo de Rivera,.El segundo, en Madrid, tenía como objetivo la instauración de un gobierno fuerte y dispuesto a resolver los problemas

 Miguel Primo de Rivera, entro con este segundo grupo, se convirtió en el enlace entre los dos grupos y, más tarde, en jefe de la sublevación.

LOS FACTORES DEL GOLPE DE ESTADO


En Barcelona, el 13 de septiembre de 1923 Primo de Rivera dio un golpe de estado, sin derramamiento de sangre, dominó la situación de la capital catalana.

Alfonso XIII, apoyó abiertamente al general sublevado, a quien confió la tarea de formar un nuevo gobierno. En tres días España dejó de ser una monarquía parlamentaria y se convirtió en un régimen autoritario. El régimen de Cánovas del Castillo había desaparecido.

LOS APOYOS SOCIALES


La implantación del Directorio Militar fue aceptada por la gran masa neutra del país. Los partidos políticos recibieron el golpe con recelo y vacilación.

 El golpe de estado fue posible, por la actitud de dos fuerzas:

la burguesía,

El movimiento obrero No hubo lugar a protestas..

Los anarcosindicalistas y los comunistas, considerando la dictadura como un movimiento que amenazaba a los grupos proletarios y a la propia vida de los sindicatos, se prepararon para defender su existencia. En cambio, el PSOE y la UGT, pasaron de una actitud expectante a la aceptación y colaboración con el gobierno de Primo de Rivera.

  • EL DIRECTORIO MILITAR


Entre 1923 y 1925 política de “acabar con lo anterior”. El Real Decreto de 15 de septiembre fijaba la organización de un Directorio, presidido por Primo de Rivera, que sometía al rey, o al menos a su firma, Toda la administración quedó en manos del ejército.

Medidas urgentes que tomó: Decretó que los ayuntamientos y las diputaciones provinciales fueran intervenidas y publicó el Decreto de las Incompatibilidades, por el cual nadie que hubiese sido ministro o alto funcionario podía intervenir en los consejos de administración de las compañías que contrataban con el Estado, en un intento por separar el poder político del económico.

 Aparecieron dos figuras: la figura de los delegados gubernativos y el Estatuto Municipal de marzo de 1924.

  • LAS INSTITUCIONES DE LA DICTADURA


 nació la Unión Patriótica (UP). NO era un partido político, pero funcionaba como “único partido gubernamental”. En ella el dictador pretendió reunir a todos los enemigos del desorden y patriotas.

 La UP recogía las ansias populistas del dictador, y su autoritarismo.
Era el pulmón democrático para el régimen,

 La UP, el Estado y el Gobierno no se confundían. los miembros de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales.

 En su formación reunió a  gentes procedentes del carlismo, del conservadurismo de Maura, propietarios agrícolas, burgueses industriales, deseosos de gozar del favor del nuevo régimen,. Por eso, la UP nació muerta y su intento de reunir a “hombres nuevos y apolíticos” fue vano.

  • LA SOLUCIÓN A LA CUESTIÓN DE MARRUECOS


La solución del conflicto de Marruecos fue el éxito más evidente de la dictadura. y una conversación con el jefe de la Legión, Franco, y con el general Sanjurjo, le empujaron a proporcionar todos los medios para acabar con el conflicto.
También influyeron el compromiso contraído con Francia en 1912

 se preparó un ejército potente y modernizado que, desembarcó en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925.Abd-el-Krim se entregó a las autoridades francesas.

 El gran éxito fue, político y popular. Reconcilió al dictador con el pueblo, ya que había salvado su honor, con los empresarios inversores en Marruecos y con Hacienda

  • EL DIRECTORIO CIVIL


En diciembre de 1925 se constituyó el Directorio Civil. El Gobierno siguió manteniendo en suspenso los preceptos constitucionales y legislando por decretos.

 tiempos de una economía en alza. El régimen, se limitó a propiciar la industrialización a mejorar la agricultura con nuevas técnicas y a incrementar el comercio exterior. La base de estas tres políticas fue un gran desarrollo de las obras y los servicios públicos y, con el apoyo del PSOE y de la UGT pudo crear una estructura para las relaciones entre los patronos y los trabajadores. El gobierno también intentó reformar la Hacienda al introducir, por primera vez, el Impuesto sobre la Renta.

  • LA OPOSICIÓN Y LA CAÍDA DE LA DICTADURA


LA CUESTIÓN DEL CATALANISMO.

 La cuestión catalana fue uno de los problemas que la dictadura de Primo de Rivera no  pudo o no quiso solucionar, y esto por tres motivos:1) la persecución de la lengua catalana, 2) la intervención del gobierno en la elección de la junta del Colegio de Abogados de Cataluña, obligando a publicar su guía en castellano y 3) su intromisión en la esfera eclesiástica prohibiendo la utilización del catalán en los actos litúrgicos,

 EL MOVIMIENTO OBRERO.

Tampoco supo frenar el movimiento obrero. A partir de 1928 el PSOE empezó a pensar que, ya que no había un auténtico régimen parlamentario, la única solución debería ser la república, y lo mismo propusieron el partido comunista y los anarquistas de la CNT. 

LOS INTELECTUALES.

 Hubo dos fuerzas que contribuyeron a la caída de Primo de Rivera: los intelectuales y el ejército de la Península. Los intelectuales, se vieron atacados con la destitución de Unamuno, , porque se decía que se estaba inclinando hacia el republicanismo. Las revueltas universitarias en el curso 1928-1919 acabaron con represiones y con el cierre de la universidad.

EL DESCONTENTO MILITAR.

 Los militares de la Península se encontraron con un Primo de Rivera favorable a los militares de Marruecos, muy poco favorable a proteger la carrera militar de los de la Península. En 1926, incluso, se preparó una conspiración militar contra el régimen, la “Sanjuanada”, que fracasó.

 Finalmente a finales del 1929, arreciaron las protestas y se precipitaron los acontecimientos.
El 30 de enero de 1930 Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, encargando al viejo militar Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno.

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